Capitulo 13. Eleonor

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Joel llegó a la casa de Eleonor faltando diez minutos para la hora pautada, su mente era poderosa en cuanto a eso, si iba a llegar tarde a un lugar donde previamente tenía un compromiso, le era imposible pensar en nada más, siempre puntual, siempre intentando ser correcto.

— Joel — Su hermana abrió la puerta de la casa y lo recibió con un abrazo. Joel tardó algunos segundos en reaccionar.

— Hola para ti también — dijo rodeándola con sus brazos.

Era como ser pequeños otra vez.

— Pasa, no te quedes en la puerta. Traje algo de comida, no iba a tener tiempo de cocinar.

— No tenías que hacerlo, podíamos reunirnos en otro lugar.

— No es problema. Quería que comiéramos algo diferente.

— Nunca comemos juntos. No importa que fuera algo hecho en casa o comprado. El resultado será el mismo.

Ella subió los hombros y se hizo la que no le importaba.

Su hermana llevaba puesto un vestido gris oscuro de oficina que llegaba hasta las rodillas y su cabello recogido en un moño que la hacía lucir más adulta de lo que era.

— ¿Que tal tu marido? ¿como van las cosas con el? — Joel solo preguntó por educación, mientras la acompañaba al comedor.

Había situaciones entre su hermana y el que jamás cambiarán.

Una de ellas era como se sentía con relación a ese zopenco.

— Esta bien. Debe de estar trabajando. — La forma en como ella lo dijo y el tono que empleo, prendió la señal de alerta en Joel, quien se acercó a su hermana menor y la miró preocupado.

— ¿Todo bien Eleonor?

— Todo normal. Vamos a comer antes de que se enfríe.

Se sentaron en el comedor, mientras Eleonor desempacaba todas las bolsitas con comida.

Había arroz de dos tipos, incluido una especie de Chofan, con zanahorias y demás. Carne de pollo parecida al teriyaki y unas bolitas de pollo frito, en otro bowl se fijó que tenía carne de cerdo guisada en lonjas, y otro envase con ensalada verde: pepino, tomate y lechuga. Los aderezos estaban en envases pequeños hondos. Joel observo todo confundido.

— Es mucha comida Eleonor. ¿Pretendes guardarle algo a Jose Daniel?

— El no suele comer en la casa y menos si es algo del almuerzo. — Se sirvieron y taparon lo restante.

— Entiendo — dijo Joel aunque para él no tenía ninguna lógica. Cada acción sólo le hacía creer más en el hecho de que el tipo era un verdadero Snob y un creído. El venía de una familia acaudalada, con dinero desde que había nacido, sin trabajos ni circunstancias que pudieran destrozarlo. Al menos no como la muerte de el padre de Joel cuando los tres hijos eran prácticamente adolescentes, y las decisiones de una madre soltera de mudarse a su país de origen.

Si bien los galeano no había pasado hambre ni necesidades físicas, adaptarse a la República Dominicana y a no tener un padre había sido más que suficiente.

Él les había dejado dinero suficiente para que pudieran tener una casa propia y para poder asistir a colegios decentes, donde les enseñaran lo mejor. Para su padre la educación era la única herencia que podía dejarles. Siempre lo decía y lo sostuvo hasta el último momento.

La madre de ellos, se esforzó en graduarse de educación y ser maestra en el colegio donde los tres estudiaban, fue un verdadero orgullo ver a su madre con toga y birrete a los cuarenta y seis años.

Su Alumna (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora