Capitulo 14. Tu alumna

19 3 0
                                    


Eleonor se quedó en silencio un largo rato, los minutos se hicieron eternos mientras Joel intentaba idear un plan para que lo que acababa de decir no sonara tan ilegal y vergonzoso.

— ¿Tu almuna? Una estudiante.

Eleonor se levantó del mueble y se puso las manos en ambos extremos de las caderas.

— ¿Acaso te volviste loco? ¡Puedes arruinar toda tu carrera por un polvo!

Joel estaba con los ojos abiertos espantado y sorprendido, su hermana jamás utilizaba un lenguaje tan soez y barrial.

— Cálmate — Él se levantó también y se movió alrededor de la mesa, pasándose la mano por la nuca y señalandola — Estás adelantandote a los hechos. No tengo nada con ninguna estudiante.

— ¡Ay, por favor!

— ¡Que no! no tengo nada con ella.

— ¡Pero te mueres por tener sexo con ella! — vociferó ella apuntándole con un dedo con una manicura perfecta.

— ¡Deja de hablar así! — le gritó el fuera de sí. Esto no era como él lo había planeado. No había tenido el tiempo suficiente de calcular todas las posibles respuestas a las que podría apuntar su hermana.

— Te estas metiendo en una camisa de once varas.

— Hablas igual que mamá. — Su madre siempre usaba esa clase de refranes dominicanos. Era increíble como tenía uno para cada ocasión.

Ambos se volvieron a enmudecer, cada uno meditando sobre situaciones diferentes.

Joel lo único que podía pensar en ese momento, era en cuanta falta le hacía su madre a ambos. Aunque nunca lo había admitido a voz llena y cantante, él se había derrumbado con el fallecimiento de esta. Cada una de sus hermanas se alejó a su manera.

— Debes cuidarte — Murmuró su hermana mirándolo preocupada.

— No tengo porque hacerlo. Nada está pasando. Nada ha pasado. Tienes que creerme cuando te digo que ella es solo mi alumna y mi preocupación por su situación es mera y exclusivamente impersonal.

— Tus ojos brillan cuando piensas en ella. Recuerda que vivo para entrevistar personas en distintas situaciones. Conozco a toda clase de gente y se cuando miente y cuando no. — Ella se acercó a él y puso las manos en sus hombros. — Tu querido hermano estás enganchado por esa faldita.

— No hables así, de verdad. No pareces tu.

— A los hombres les gusta eso. Entienden mejor.

— Si pero eres mi hermana. No puedo escucharte hablar de polvo, cogerse uno con otro...— El soltó un suspiro incómodo — es horrible. Soy tu hermano mayor. Estoy acostumbrado a escucharte hablar correctísimo desde siempre.

— No soy una niña Joel.

— Eso ya lo se.

— Háblame de esta chica entonces. — Ella se separó de él y volvió a sentarse peros e levantó de inmediato y sin decirle a Joel salió veloz de la sala de estar.

Joel se quedó mirando el lugar por donde los pasos de su hermana se habían dejado de escuchar.

Eleonor regreso a los pocos minutos con una botella de Chivas Regal 12 años.

— Vamos a necesitar esto para soltarnos.

— ¿Más suelta de lo que ya estas? — Se burló el.

Ella se rió también medio nerviosa, medio incomoda.

— No estoy suelta. Solo es el tiempo que no hablábamos lo que te hace creer que estoy distinta. — Era una excusa y ambos lo sabían. Lentamente el ambiente se fue suavizando.

Su Alumna (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora