Capitulo 10.

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04 de Diciembre 2024
Narra Guido.

Mire mi teléfono cansado. Patricio ya se había puesto intenso con que mañana era mi cumpleaños y que quería que hagamos algo, el siempre buscaba alguna excusa para comer y tomar algo, pero el sábado ya lo festejo y la verdad es que, con todo lo que me estaba pasando, no tenía muchas ganas de hacer algo mañana, el sábado me era inevitable porque mi vieja ya había organizado todo, sino tampoco haría algo. No sabía cómo más calmarlo así que puse en silencio el teléfono, le puse no molestar para que no me llegue ninguna notificación y lo bloqueé.

—¿Estuvo acá? —le pregunté a mi mamá mientras la ayudaba a juntar la mesa después de almorzar juntos.

—Si, se quedó mientras Bianca iba al cumple de su amigo te dije.

—No, ma, no me dijiste que Gio estaba acá. Me dijiste que Bianca pasó a tomar un café, pero no sabía que el gordito había estado acá. ¿Cómo está? —pregunté algo ansioso.

—Muy bien, está hermoso, es muy inquieto y súper curioso. Me hace acordar muchísimo a vos cuando eras chico. —sonreí ampliamente y la vi poner el agua para hacernos unos cafés para después soltar un suspiro apoyando sus dos manos en la mesada.— Charle con Bianca. Me contó que se vieron, hijo. ¿Cómo estás con eso? —Me tomo por sorpresa esa noticia. No sabía que charlaba acerca de eso con mi mamá. No sabía que cosas le había contado y que no.— Me contó todo. Que la salvaste y bueno que te dio un ataque. Por eso te pregunto más que nada. Tengo entendido que quedaron en charlar al respecto de todo lo que pasó. —apagó la pava y preparó los café. Mi mamá ya me conocía. Ya sabía que con estas cosas, por ahí, me tomaba mi tiempo. Lo pensaba mucho antes de abrir la boca al pedo.

—Si, le pase mi número. No espero que me mande pronto, pero lo deseo con muchas ganas. Estoy... —suspire con pesadez.— estoy algo abrumado, aturdido por todo, ma. Pero en algún momento íbamos a tener que hablar de esto. Yo no tolero un día más sin conocer a mi hijo, sin saber que tiene para decirme. Lo ultimo que hablamos fue por teléfono, una charla nada agradable y no la volví a ver más. Ni siquiera sé si su papá me quiere ver. Estoy seguro de que cuando me vea Juan Carlos me va a querer matar. Tampoco sé si me lo voy a cruzar. No se... no se si vamos a volver a estar juntos. —eso era algo nuevo que le decía a ella. El único que sabía que yo seguía enamorado de Bianca era Fernando, nadie más.

—No, hijo, Juan Carlos es un hombre bastante grande. No se ha querido meter mucho más en ese asunto, pero algunas veces me pregunto cómo estabas vos. ¿Te seguís sintiendo atraído por ella?  —me pasó mi taza y nos fuimos a sentar a la mesa del comedor. Yo solo asentí y mi mamá suspiro.— paso a paso, hijo. Te voy a decir lo mismo que le dije a ella cuando me vino a contar todo... a paso de hormiga, es un trabajo duro, para los tres. Gio no se si espera que sus papás estén juntos, no es algo que lo intrigue la verdad. Yo creo que primero lo primero, que sería intentar arreglar la relación con Bianca, no hablo de amor, sino de compartir la mapaternidad. —asentí estando de acuerdo con ella.— Y después puedas fijarte si aún estás enamorado de ella o... del recuerdo que tenes de ella. Así como vos cambiaste ella también lo hizo, hijo, no creas que sigue siendo la misma, no te confíes en el pasado. Ambos han madurado. Y si enserio crees, en algún punto más adelante, que pueden llegar a tener una relación pregúntate cuánto estás dispuesto a dar por eso, porque ya le has fallado varias veces. No soy quien para señalarte como pareja, porque es imposible que te pueda juzgar desde ese lado ya que soy tú madre, pero viéndolo desde afuera cualquier madre hubiera hecho lo que hizo Bianca y no se si volvería. Así que antes de creer y pensar en amores con ella arregla primero tu cabeza.

—Yo creo que es algo más platónico que otra cosa, sé muy bien que lo que menos va a querer ella es volver conmigo. No le debo reflejar ni confianza, ni seguridad, ni estabilidad, y mucho menos ahora que tenemos un hijo en común: creo que ha de tener otras prioridades. Me parece que peco un poco de ignorante, pero estoy seguro de que va a cambiar mi cabeza en cuanto me meta a full con mi paternidad. —me fue inevitable no sonreír. Estaba emocionado.— Espero ser el papá que él quiere y necesita.

Memorias | Guido Sardelli Donde viven las historias. Descúbrelo ahora