SorMik| Revelación del sexo

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Fandom: Tales of Zestiria (Anime, Videojuego).

Personajes: Sorey y Mikleo.

Advertencias: ●Armatizacion. ●Ligero smutt.  ●Spoilers. ●Mención de la muerte de personaje secundario: Zenrus (abuelo).


Como un serafín cosas como la descendencia y la reproducción eran poco común entre ellos, casi nulo, por obvias razones.

Sin embargo, cuidar de un humano era aún más raro.

Y eso, sumado a la relación de un humano y un serafín, que no fuera el clásico de pastor y serafín, ya no le parecía tan raro al pueblo de Elysia.

Aquel sitio que los vio crecer juntos los recibió con los brazos abiertos de nuevo.

Sorey se disculpó muchas veces, después de siglos de haber huido de casa.

Todos estaba sorprendidos con su renacimiento.

A su lado Mikleo se mantenía apartado mientras sonreía.

Sorei se había convertido en un serafín, luego de haber derrotado con éxito al Señor de la Calamidad.

Ahora, por fin unidos y sin la posibilidad de ser separados por la muerte, podrían permitirse aclarar esos sentimientos que habían ocultado por bastante tiempo y explorar Ruinas Antiguas tal y como se lo prometieron desde que eran unos niños.


—Mikleo, dime si duele.

Aunque así fuera, él lo aceptaría.

Amaba a Sorey, humano o serafín.

No podía dejarlo ir y con esto, enlazando sus almas como iguales, la certeza de jamás perderle se pactaba.

—¡Ah!

Su cuerpo ardía cómo si estuviera hecho de fuego; por fin se sentía completo. Mientras más se hundía más encontraba la satisfacción y la plenitud.

Sujetando con dedos temblorosos el cabello castaño y apresado la cadera con esbeltas piernas Mikleo quería que Sorei lo bendijera con su energía.

Aquel ritual de los humanos donde alcanzaban el cielo por algo tan pequeño como la semilla de su ser amado.

—Mikleo yo... ¡yo voy a correrme!

—¡Hazlo, adentro!

Cayendo sobre las sábanas desordenadas y con la respiración agitada, Mikleo y Sorey continuaron una apasionante noche bajo la luz de la luna en su íntima cabaña.


—Felicidades, Mikleo.

La matrona se inclinó con profundo respeto, todos los demás en la habitación lo hicieron también.

Sorey lo veia con bastantes lágrimas en los ojos, su mirada esmeralda brillaba bajo la luz del sol.

—Que alegría, no estabas muriendo, ¡estas preñado!— Sorey se arrojó sobre él, envolviendo sus brazos por su cuerpo mientras él aún se recuperaba del shock—. Vamos a ser padres, ja, ja, ja.

Los serafines reunidos mostraban sonrisas felices; las mujeres saltaban de alegría y los hombres se apresuraban a ir a cazar para preparar una abundante comida.

Una fiesta comenzaba por toda la aldea, la noticia recorría cada casa como viento huracanado.

Los niños se reunieron alrededor de su cama, mirándole con profundo interés y entusiasmo.

Agosto de MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora