GenTan| Primera sonrisa

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Fandom: Kimetsu no Yaiba.

Personajes: Genya Shinazugawa y Tanjiro Kamado.

Advertencias: ●AU Moderno (Reencarnación). ●Mención de temas sensibles (violencia intrafamiliar, abuso psicológico). 


Genya nunca había estado seguro.

Siempre había pensado que la felicidad era lejana.

Y aún más lejano era poder formar una familia.

Por esa razón había renunciado a sus sueños y deseos cuando su hermano mayor, Sanemi, constantemente le recordaba su inutilidad.

Creciendo en un hogar disfuncional, sin una madre y con numerosos hermanos, todos huérfanos, pensaba que era mejor absorber y desechar sus propias necesidades y en su lugar concentrarse en mantener a su familia.

Amaba a sus hermanos, pero debido a su mala vida en la que la prioridad eran ellos y dónde debía volverse un adulto, Genya había comenzado a odiar la idea de tener cerca a alguien, especialmente a niños. 

Sin darse cuenta al principio, se había comenzado a volver como su hermano mayor.

Siempre estaba esa punzada de resentimiento y al darse cuenta de su intensa ausencia y la forma en que comenzaba a tratar a los demas decidió que era hora de comenzar a tratar sus problemas y dilemas.

Le tomó años reparar su autoestima, su vida, sus pensamientos; las joyas que creía perdidas.

Esas esperanzas habían comenzado a emergir poco a poco cuando el último de sus hermanos abandonó el nido y pudo valerse por sí mismo.

Decidiendo terminar su actual trabajo fue a una nueva sección de la ciudad.

Mientras confundido miraba una calle buscando su nuevo trabajo una amable persona se ofreció a guiarlo.

No recuerda mucho de lo que hizo ese día.

Pero lo que si quedo grabado en su memoria fue unos hermosos ojos rojos, un cabello castaño y una sonrisa tan alegre que sus entrañas se removieron a lugares que no creía posibles.

Tal vez fue lo que llamaban amor a primera vista.

—Soy Tanjiro Kamado, un gusto.

Ah, realmente tenía una voz preciosa.

Nadie quería acercarse a él, tal vez por su poco encantadora apariencia; quizás su mala lengua o su personalidad brusca y esquiva.

Fue algo paulatino, y poco a poco quedaba más encantado de la personalidad fuerte y carisma brillante de Tanjiro.

Con cada roce de sus manos su corazón saltaba y el constante rubor en su rostro le quemaba las mejillas.

Inevitablemente comenzó a enamorarse.

—¿No te llevas bien con tu hermano?— Tanjiro preguntó mientras curaba la herida en su frente.

—Es sólo que...— Genya negó y cerró la boca, sin decir nada más.

Tanjiro le miraba con una expresión triste y luego tomó su mano entre las suyas con fuerza.

—Aunque sea tu hermano mayor, él no tiene derecho a expresarse mal de ti y golpearte de esa forma.

Genya quería replicar, pero Tanjiro rápidamente lo atrajo a su pecho y lo abrazó por bastante tiempo.

Sonrojado y con lágrimas en los ojos Genya se mantuvo en su cálido refugio.

Comprendiendo su propio valor y abandonando a un hermano mayor que se creía con el derecho de juzgar sus amistades y el amor que tenía por Tanjiro, Genya acabó en una habitación de hotel; sin dinero y sólo con la ropa que llevaba puesta esa noche.

Después de largas semanas sin señales de vida apareció frente a Tanjiro durante un día de lluvia.

Poco a poco, con el amor de Tanjiro y su propia fortaleza comenzó a curar esas heridas y desear tener una vida sin complacer a otros.

Teniendo una oportunidad para vivir por lo que ama y sus sueños, había encontrado otra nueva razón para poder sonreír todos los días.

—Este es Hikaru, di hola papá Genya.

Con una apariencia desastroza pero alegre, Tanjiro, ataviado en ropa de hospital, le presentó al pequeño bulto que sostenía con amor.

Acercándose con lágrimas en los ojos y las piernas temblorosas Genya por fin pudo ver a quien durante 9 largos meses había esperado con ilusión.

Tanjiro sonreía, como siempre, manteniendo a su corazón vivo y seguro.

Bajando la mirada, por fin sus ojos se encontraron. Los de él eran sin duda los de Tanjiro.

Pero... esa sonrisa, sin duda, mirándose cómo en un espejo y admirando su reflejo, era suya.

Un perfecto arco hacia arriba, con los labios apretados.

Tanjiro miraba su interacción con alegría.

—Su primera sonrisa.

Y era sólo para él.

Genya comenzó a llorar, se encorbó sobre la cama y Tanjiro alarmado lo llamaba.

Que felicidad.

Daría su mejor esfuerzo por qué esa sonrisa se mantuviera día a día; porque significaba mucho para Genya.

De nuevo había sido salvado.

Algo tan simple como una sonrisa puede hacer mucho por una persona.

Agosto de MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora