Zukaang|Llegó el bebé

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Fandom: Avatar.

Personajes: Suko y Ang.

Advertencias: ●Canondivergencia. ●Post-Final.


Un gran festival se celebra en la ciudad principal de la nación del fuego.

Tambores y flautas llenaban el ambiente festivo; danzantes y carrozas desfilan por las calles; y visitantes de todo el continente se reunieron para este día tan especial.

—¡Te dije que el emperador Zuko perseguía al avatar no porque deseara matarlo, si no porque deseaba convertirlo en su reina!

En este punto los amigos del hombre ya estaban ahogados en alcohol, pero sabían que el otro estaba a un paso más allá de la imaginación.

—Dices eso otra vez y te decapitaran...

—Sh, mentira no es —defendió otro—. ¿Por qué otra razón movería cielo, tierra y mar para estar con él después de la batalla?

Era famosa la historia del emperador Zuko buscando al avatar por cada nación, de nuevo, luego de aquel día.

Pero su amigo estaba confundiendo dos fechas distintas. Su lengua estaba ligera y decía disparates.

—Te digo, eso fue después, no antes.

—¡Y yo te digo lo que sé, estuve con él en esas expediciones!

Los demás negaron divertidos por sus ocurrencias.

Todos estuvieron allí, cuando vieron a avatar por primera vez en la aldea del agua y todo lo demás.

—El emperador Zuko no podía salir con chicas en ese entonces, estaba enamorado de ¡Bhuagh!

—¡Agh, que asco! —el idiota había vomitado sobre la mesa, arruinando la comida—. ¡Controlate, hombre!

—Lo queríaaa cahjar, para volverlo shu... reinaaa!

No entendían lo que decía. Era confuso si decía "cazar" o "casar", lo cual si era gracioso.

—Uh, ugh... otra... vez... —lo empujaron contra el suelo, lejos de ellos.

La gente a su alrededor veían la escena con risas. Desde que se coronó al nuevo emperador los días han sido alegres y tranquilos.

¿Qué si Zuko estaba enamorado de Ang y por eso no podía corresponderle a algunas chicas?

Eso puede saberlo únicamente su "reina".


—Gracias por maravillarnos con su grata presencia, Su Momeza —Ang reverencia desde la cama.

Momo también lo hace.

La puerta se abre y por ella entra su marido.

—Aang.

—¡Ups!— él se oculta entre las sábanas y finge dormir. Momo corre a la ventana y se arroja de espaldas con honor.

—Se que estas despierto. Te dije que-

—No hagas movimientos bruscos —dijeron al mismo tiempo. Aang se quita de encima las lujosas sábanas—. Lo sé, pero estoy bien.

—No, no lo estas. Acabas de traer al mundo a un bebé real, nuestro hijo, cada centímetro de tu cuerpo debe estar matandote.

Aang odiaba lo exagerado y dramático que podía volverse Zuko.

Solo fue uno, y eso era culpa de Zuko en primer lugar.

A pesar de los 10 años que llevaban juntos a veces era difícil seguirle el ritmo.

Agosto de MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora