SatoSugu| Primeros pasos

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Fandom: Jujutsu Kaisen.

Personajes: Gojo Satoru y Geto Suguru.

Advertencias: ●Canondivergencia (What if?). ●Intento de humor. ●Embarazo por maldición. ●Satoru celoso de un bebé.

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—Te caes, te caes... —Satoru coloca su indice en la frente de su pequeño milagro—. ¡Pum, te caíste!

Sus carcajadas crecían a cada segundo, viendo con diversión sádica como el enano intentaba ponerse de pie y continuar.

De cabello negro y ojos azules, con el pañal enorme en su trasero, era inclusive algo torpe a la vista. Tenía la cara roja y estaba frustrado.

Esa expresión en su rostro solo hacía que sus ganas de molestarlo crecieran cómo espuma en el mar.

—¡Pum, te caes otra vez!

Y Satoru volvió a reírse con malsana satisfacción.

—¡Satoru!

Él levanta las manos hacia arriba, fingiendo no haber hecho nada malo.

¡Chas! Ahora su cabeza estaba abultada por un gran chichón.

—¡Suguru~! —él lloriquea.

Suguru lo mira con desdén mientras se sienta a su lado en el suelo.

—Deja de molestarlo.

—Es porqué es tonto.

—Satoru, es un bebé.

—Ser un bebé no significa que tiene que ser estúpido. A su edad yo-

—Él no es tú, deja de ser tan egocéntrico.

Satoru hizo un puchero y se cruzó de brazos, dándose la vuelta en una rabieta.

—Que infantil —Satoru no tenía remedio. Era más un bebé que un adulto—. Tienes 32 años y aún así...

¿Qué clase de adulto molestaría a un bebé con tanta crueldad y se reiría en su cara?

A veces odiaba la facilidad con la que Satoru parecía no encajar y evitaba toda lógica.

Si sus hijas veían a su papá maltratar a su hermanito se encargarían de dejarlo afuera con la lluvia cayendo sobre él sin compasión alguna.

Suguru toma a su bebé y le deja un poco lejos de ellos. Vuelve a su sitio y aplaude consecutivamente.

—Ven aquí, Zen...

—¿Porqué tú si puedes tratarlo como un perro pero yo no puedo reírme de su estupidez? —murmuró con envidia.

Suguru rodó los ojos con hastío. No estaba tratando a su hijo cómo un animal, él sólo lo estaba incitando a poder acercarse a ellos.

—Oh, él se está poniendo de pie.

Mirando ahora a ambos, Satoru se dio cuenta que era así.

Sus regordetas piernas temblaban e intentaba con fuerza levantarse. Su cara estaba roja por el esfuerzo.

Satoru se ríe.

—Parece que va cagar.

—Satoru, no te burles.

Él tenía que mostrarle su apoyo, no reírse de sus intentos.

No podía imaginarse como sería cuando este bebé llegará a la adolescencia mientras tiene un padre como Satoru. Suguru supone que se las apañaría.

Ahora debían concentrarse en que el bebé pudiera lograr caminar hacia ellos.

—Zen, aquí, ven con papá —Suguru vuelve a aplaudir, viendo con alegría como su hijo hace el amago de levantarse—. Eso es.

Parecía un mono...

—¡Él lo está haciendo!

Pensar que Satoru hace un momento lo estaba molestando y ahora ya estaba junto a él animando cual padre amoroso.

—Esfuérzate, esfuérzate~

Él primero dio un inseguro paso hacia el frente.

Luego el segundo, el siguiente, y otro, y otro.

Satoru a su lado estaba temblando y llorando de la emoción.

Veían juntos, ilusionados, que su retoño con pasos tambaleantes y una sonrisa sin dientes se acercaba a ellos, sus manitos estaban en el aire, buscándolos con desesperación.

Suguru se apiadó de su bebé y se acercó a él, tomandole en brazos cuando comenzó a tambalearse, evitando que se golpeará contra el suelo.

—¡Pha, pha, pha!

—Si, si. Estoy aquí —Suguru palma su trasero con calma—. Eres muy valiente, Zen. Bien hecho.

—¡Zen, eres tan lindo ♡!

Satoru se lanzó dramático al suelo y se arrastró hasta poder abrazar la cintura de Geto. Frotó su sucio rostro y fingió limpiarse.

—Tal vez comer un pastel es un buen premio, ¿no lo crees, Satoru?

"Pastel" y ya tenía a Gojo otra vez feliz, sacudiendo el trasero como un perro.

¿Quién era realmente el bebé (y la mascota) aquí?

—¡Que sea de fresa!

Suguru sacude la cabeza con feliz y rendida decepción.

—Es para Zen, no para ti. —Actuaba como si lo mereciera—. No te daré nada, Satoru.

—¿Qué, porqué no?

—Estabas empujando y molestando a Zen.

Satoru sacudió con desden la mano y muestra una gran sonrisa.

—No es mi culpa. Él es, muy débil.

Y él era Gojo Satoru.

Los débiles siempre son la diversión de los fuertes. O al menos los que eran estúpidos.

¿Qué tenía de malo aceptar ese hecho?

Satoru Gojo realmente estaba podrido: molestando a su propio hijo mientras pelean por la atención de Suguru Geto.

Y Zen va ganando.

Agosto de MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora