GiyuuTan| Llantos

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Fandom: Kimetsu no Yaiba.

Personajes: Giyuu Tomioka y Tanjiro Kamado.

Advertencias: ●AU Moderno: Reencarnación. ●Post-Final: 100 años en el futuro. ●Ligera diferencia de edad. ●Tanjiro D(M)ilf.


—Ah, realmente tengo mucha hambre...— sentía que iba a desfallecer si no llevaba algo a su estómago— Oye, Murata, ¿cuando llegaremos a ese lugar?

Escuchando el constante lloriqueo de su compañero de clase Murata se apresuró aún más.

—Estamos cerca, muy cerca. ¡Aguanta un poco más!

—Dijiste eso hace 5 minutos...

Murata negó con la cabeza, llevándose su mano a su propio estómago que gruñía.

—¡Oh, allí está!

A la vista estaba un pequeño local de tejas rojas y paredes verdes y una pequeña cerca de madera que protegía sus enredaderas. 

Sin perder tiempo sujetó a su amigo y comenzó a correr.

El repiqueo de la familiar campana alertó al dueño de clientes.

Limpiando sus manos llenos de arroz caliente y saliendo del mostrador Tanjiro fue a saludar con alegría.

—Murata-kun, eres tú. ¡Bienvenido!

Murata se inclina con una sonrisa. El interior seguía siendo cálido y con un ambiente tranquilo y familiar.

—Traje a un amigo esta vez. Este es Anohito-kun.

—¡Que bien! Bienvenido, Anohito-kun — Tanjiro veía como el amigo de Murata se ponía cada vez más rojo al verlo. Se preguntaba porqué razón—. ¿Lo de siempre?

—Si, por favor.

Asintiendo Tanjiro se retiró para preparar el menú principal.

Buscaron un sitio cerca de una de las ventanas junto a la esquina.

Ahora sentados, Anohito miraba con las mejillas rojas al dueño del local ir a la cocina. 

—Tanjiro-san es tan bonito...— dijo, todavía encantado por su amable sonrisa y olor agradable.

Su cabello castaño cómo el fuego en la oscuridad, su pequeño y curvilíneo cuerpo, su vestimenta de kimono tan modesta y tradicional. Todo era tan sencillo pero muy colorido y familiar.

—Es verdad. Tanjiro-kun siempre ha sido muy bien parecido.

—Y... su cuerpo... es...— cada vez más sonrojado Anohito miraba al suelo, recordando con vergüenza las caderas de Tanjiro-san moverse—. Él realmente...

Escuchándolo murmurar Murata hizo sonar una pequeña campana y de inmediato un apuesto hombre de mirada apagada se acercó, colocando dos vasos de agua frente a ellos en la mesa.

—Enseguida traigo la comida...

Tan rápido como apareció se esfumó.

Anohito anonado miraba el agua helada, realmente habían personas atractivas en el local.

—El marido de Tanjiro-kun sigue siendo distraído... je, je.

—¿Eh, qué?— Anohito parpadea con incredulidad y toma de los hombros a Murata—. O-oye, espera, ¿dijiste "marido"?

—Si, el mesero es el marido de Tanjiro; Tomioka-san.

Procesando la sorpresiva revelación Anohito rápidamente pide más información a su amigo, quien había matado sus esperanzas en menos de 10 segundos.

Agosto de MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora