XXVI.- Decisión

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Laura suspiró, no había mentiras en las palabras de la mujer, pero al ver su rostro solo podía recordar a su manada, su familia y sus gritos al ser consumidos por el fuego, todas esas veces que tuvo que huir con sus hermanitos para mantenerlos a salvo. Era difícil, pero por el otro lado veía la manera tan cariñosa y protectora que tenía su hermano con la mujer que no podía evitar calmar a su ansioso corazón aunque su mente solo le dijera que corriera y alejara a su hermano de esa mujer para protegerlo y que no se lo arrebataran.

Peter sentía a su lobo tomar el control, pero la mirada de su sobrino lo detenía, esa mirada era la misma de su cuñado tan llena de determinación y amor, no podía arrebatarle a alguien preciado para él.

Cora quería llorar y gritar. No podía ser posible que esa mujer fuera su tía, su propia sangre y lo único que le quedaba de su padre. No podía creer que esa mujer, a la que había odiado todos estos años era en realidad otra víctima en la interminable lista de Gerard. Y estaba frustrada consigo misma por no poder sentir ese lazo sanguíneo.

Derek solo se sentía triste, él había sentido algo en Kate antes de que su manada muriera, él había sentido un lazo con la mujer pero lo había encerrado muy dentro de él porque no lo creía verdad. ¿Cómo esa mujer que parecía tan popular podía ser una loba y una Hale? No lo entendía. Pero, ahí frente a él estaba la prueba contundente después de tantos años y no podía negarlo.

Pamela solo suspiró. Ella sabía que la existencia de Katherine Argent parecía casi un fantasma en a familia Argent, en su corazón siempre supo que ella era inocente, desde que la vio a lo lejos pero no se atrevió a alejarse. Sentía una gran tristeza en su corazón porque podía ver todo el dolor en la mujer.

— Sé que es difícil enterarse de todo esto, pero no necesito que me perdonen o sientan lástima por mí, ni siquiera espero que me consideren familia. Puedo entender su posición, pero sé que todos queremos acabar con Gerard y todos los cazadores que son como él. — miró al rubio — Eso sí, Christopher tengo que agradecerte porque siempre fuiste la única persona que me trato con amabilidad y cariño todos esos años, gracias por eso y por cuidar de mí. Eres mi hermano a pesar de que la sangre no nos una. — le dijo Kate con una ligera sonrisa adornando su rostro.

Chris se acercó a la mujer y la abrazó con fuerza acariciando su cabeza.

Desde niños el hombre había visto la dureza de su padre con su hermanita, porque sin importar los años siempre vio a Kate como esa niña pequeña que trataba de no llorar a pesar del dolor que tenía.

— Lamento lo que Gerard te hizo y todo lo que te arrebato. No voy a permitir que vuelva a tocarte. ¿Qué tanto te ha afectado el acónito? — le dijo Chris con ternura mientras tomaba los brazos de la mujer entre sus manos.

— No mucho, dejé de recibir ese daño hace tiempo así que no llegó a mi corazón.

— Nuestros mejores médicos la atendieron así que logramos eliminar el 98% del acónito en su cuerpo. El otro 2% fue complicado, pero no le hará daño, lo único es que con el tiempo sus habilidades se debilitarán un poco. — les explicó Stiles con tranquilidad mientras Gawel colocaba su mano sobre el hombro de su líder.

— ¿Eso significa que su vida no peligrará? — le preguntó Allyson un poco más calmada. Kate siempre fue buena con ella y siempre la trató de alejar de Gerard.

— Exacto. No es por presumir, pero tenemos a los mejores médicos. — dijo Ludwik con orgullo.

— ¿Cómo pudo entrar al mundo de los faes? — preguntó Liam inclinando levemente su cabeza.

— Se le pudo conceder la entrada por su sangre fae y cuando el abuelo supo de su existencia no le importó abrir un portal como conmigo. — sonrió.

— ¿Conociste a tu padre? — le preguntó Chris con cierta ternura y la mujer sonrió, se sentía como cuando eran niños y el mayor siempre la protegía.

— Sí, es un bueno hombre y cuando Gerard muera planeo quedarme en el mundo de los faes con él.

— Tienes un hogar.

— Lo tengo.

Stiles sonrió y luego vio a los Hale, ellos seguían callados al igual que la mayoría de la manada. Sabía que los demás Betas podían sentir todo lo que ellos estaban sintiendo así que no sabían como reaccionar.

— Sé que esto es demasiado para asimilar, pero no tenemos mucho tiempo. Gerard ya se encuentra en BH y no vino solo. Encontró a una mujer que era débil y pudo jugar con sus miedos. — asintió hacia Lazor, quien mostró una especia de holograma con la información de una mujer negra — Ella es Tamora Monroe, una mujer nacida aquí, pero se vio envuelta en el mundo sobrenatural y vivió aterrada porque casi muerte gracias a una de las tantas amenazas que ha habido. Para nuestra desgracia, ella se convirtió en una soldado increíblemente inteligente y fuerte, sabe como convencer a los demás para que la sigan y hace todo lo que Gerard le ordena.

— Esto es importante, porque ellos reclutaron a un pequeño ejercito de locales que conocen a todos en el pueblo y alguna forma obtuvieron una lista con los nombres de las personas que pertenecen al mundo sobrenatural. — les dijo Pier mientras le mostraba la lista y la repartía.

— Desgraciadamente, Gerard no va a tardar en enviar a sus nuevos soldados detrás de cada sobrenatural en BH. — les dijo Lazor de manera seria.

— Necesitamos una buena estrategia para evitar que ellos ganen así que solo necesitamos adelantarnos a dos personas inteligentes. La ventaja que tenemos es que entre nosotros hay un genio, solo necesitamos vigilar nuestros alrededores. — dijo Gawel de manera seria.

— Voy a usar mi magia para localizar a los cazadores y cuando los encontremos vamos a acabar con su vida. Si no quieren hacer eso lo entendemos, solo tienen que dejarnos ese trabajo. Kate se encargará de Gerard y personalmente quiero encargarme de Tamora Monroe. — le dijo Stiles tratando de ignorar el sentimiento amargo de ver como sus hermanos parecían evitar su mirada.

Nosotros estamos a tu lado.

No te desanimes.

Ellos solo parecen estar analizando la información.

No te odian.

Son lobos, son idiotas. Aunque creo que tu tía es mucho más inteligente.

Stiles sonrió y agradeció tener a sus chicos a su lado, ellos siempre estaban de su lado y lo hacían sentir mejor.

— Bien, manos a la obra. — dijo Wyatt mientras le daba una palmada en el hombro a su amigo.

— ¿Necesitas ayuda con mi magia? — preguntó Pamela por primera vez mientras se acercaba a Stiles y a Kate con una dulce sonrisa.

— No, pero me gustaría que trabajaras con Gawel para fabricar antídotos rápidos y eficientes contra todo tipo de acónito.

— Por supuesto, cielo. — se acercó a Kate y tomó sus manos con cariño — Lamento que hayas pasado por tanto dolor, pero no te preocupes esto terminará y podrás tener una nueva vida. — le dijo Pamela con cariño.

— Gracias y lamento todo lo que Gerard te arrebató.

— No es tu culpa, además tu también sufriste la pérdida de tu madre y de tu mellizo. Sé que algún día los volveremos a ver. — miró a su familia — Tienen que tomar una decisión. ¿Prefieren mantener a los Betas a salvo o asesinar a esos cazadores?

Laura vio a su tía y suspiró sintiendo las respuestas de sus hermanos y tío.

— Vamos ayudar a salvar vida, los Betas no asesinarán a nadie, pero ayudaremos. — miró a la mujer — No sabemos como sentirnos con la verdad que descubrimos, pero tampoco confiamos por competo en ti, confiamos en Mica. — dijo Laura de manera seria.

Kate asintió y Stiles suspiró más tranquilo. 

El Hale AdoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora