XIV.- Secretos Revelados

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— ¡A la madre! — exclamó Scott con sorpresa al ver las hermosas y enormes alas del castaño rodearlo a él junto a Isaac y Jackson.

— Impresionante. — dijo Cora acercándose a su hermano y tocando sus alas, las cuales reaccionaron ante su toque.

— Tengan cuidado, mis alas son un tanto delicadas así que cualquier toque puede afectarme. — le explicó Stiles mientras se movía de manera nerviosa ante el toque de su hermana.

— Ey no lo toquen demasiado, no le gusta aunque esos tres son la excepción. — dijo Ray apartando a la manada de su amigo y dejando que solo se quedaran sus tres compañeros.

— Gracias, Ray. — susurró Stiles.

Ray había sido una de las dos personas que sabían acerca de su verdadera naturaleza, su padre lo había mantenido en secreto todo su vida incluso de su madre así que ahora le tocaba a él mantener el secreto pero por ciertos accidentes decidió hablar. Ray lo conocía muy bien, sabía sus debilidades así que se daba cuenta de si esta nervioso o incómodo como en ese momento, odiaba que la gente tocara sus alas, tenía miedo de que se las arrebataran ya que eran su mayor tesoro y le aterraba no volver a volar.

— Ahora lo que tienes que hacer es hablar con Wyatt pero ni siquiera se te ocurra buscarlo solo y en este momento. — le regañó el lobo con el ceño fruncido, conocía al Hale y sabía que era capaz de correr a buscar a Wyatt en ese momento y lo único que sucedería es que el lobo lo mandara al carajo y le dijera más palabras hirientes, tenía que esperar por lo menos un día para poder hablar mejor con él, después de todo no había persona más orgullosa que Wyatt.

— Esta bien. — dijo Stiles con un ligero puchero en sus labios, retrajo sus alas detrás de su espalda y ahora toda la manada podía verlas descansar con gracia.

La manada estaba realmente sorprendida, en todo este tiempo que habían conocido a Stiles era una persona seria, madura y algo sarcástica, pero ahora con ese lobo y esa pequeña manada parecía actuar como un niño, no les desagrada, por todo lo contrario era realmente tierno e interesante ver otra versión del chico.

— Nosotros te acompañaremos, no vamos a dejar que te vuelva a decir algo hiriente. — le dijo Jackson de manera seria.

— Esta bien, pero no se enojen mucho. Wyatt está en su derecho de decirme cosas así, después de todo él piensa que asesiné a su novio, compañero y el amor de su vida.

— ¿Por qué? Esta claro que tu no lo hiciste, no tienes el olor de alguien que ya ha terminado la vida de otra persona. — le dijo Isaac mirándolo con tristeza.

— Él piensa que sí. — suspiró y miró a todos, Ray le sonrió dándole la fuerza que necesitaba para contar todo — Hace unos años en Nueva York cuando nuestra relación con la manada era muy estrecha yo salía con Ray mientras que Wyatt salía con mi mejor amigo, Samuel. Wyatt y yo aunque no lo crean nos llevábamos bastante bien y solíamos salir los cuatro todo el tiempo, Sammy yo teníamos un día a la semana que era de mejores amigos y salíamos solos sin nadie, uno de esos días ocurrió el peor día de mi vida. Salimos como siempre pero captamos a una persona bastante sospechosa, así que la seguimos, cuando llegamos a una de las zonas más solas no miró con una sonrisa escalofriante.

*

Stiles frunció el ceño al ver los orbes negros de ese hombre frente a ellos además de que su piel estaba increíblemente pálida, sintió a Sammy tomarle la mano y sujetarla con fuerza.

— ¿Sammy?

— Tenemos que irnos, es él.

Stiles miró al hombre nervioso. Les habían dicho en una reunión de manada que tuvieran cuidado ya que había un demonio que había tomado el poder de un brujo y nogitsune así que si lo veían tenían que huir, no había posibilidad de enfrentarlo. Samuel sabía que esa cosa iba detrás de su mejor amigo, podía sentir el poder que tenía el castaño por más que lo escondiera.

— Vámonos. — dijo Stiles mientras retrocedía junto con su amigo.

— Oh queridos no pueden irse, es hora de comer y no puedo dejar que se vayan. — les dijo el hombre con una voz cantarina.

— ¿Quién eres? — se atrevió a preguntar Samuel, aunque su voz temblara jamás dejaría que se acercara a su mejor amigo, no le importaba morir por él. Había escuchado hace tiempo que había dos tipos de almas gemelas: aquellas que estaban destinadas a tener un amor profunda y pasional, una relación de pareja; y las que eran ese amor tan fuerte y profundo que demuestra que encontraste a la persona que es como tu y que no se dejarán de lado, aquella amistad que trascenderá por siglos. Stiles y Samuel tenían la segunda, en el momento que se encontraron supieron que estarían del lado del otro sin importar cuanto tiempo pase o lo que llegue a suceder.

— Me llaman de muchas maneras pero ustedes pueden decirme Bazyli. Ahora querido Mieczyslaw tu eres la comida que he esperado toda mi vida, tu poder me hace sentir escalofríos, me emociona saber como es tu poder dentro de mi. — lamió sus labios — Sera exquisito. — terminó de decir el demonio con una sonrisa enferma adornando su rostro.

— No vas a tocarlo.

— Lo haré pero para eso pasaré sobre tu cadáver.

Stiles no supo reaccionar, el dolor lo inundó, dolía pero quería acercarse a Sammy que yacía en el suelo, la sangre brotaba de sus ojos, oídos, boca y nariz, respiraba con fuerza pero aun así le dedicó una sonrisa al castaño.

— Adiós, Mica. Mi Mica, mi alma gemela, el mejor amigo que he tenido. — las lágrimas corrían por sus mejillas — Por favor vive, sé feliz y no te lamentes nada de esto, por favor vive...

Stiles gritó con fuerza y cuando abrió los ojos se encontró a sí mismo frente a la casa de la manada, lo último que recuerda entre llantos y gritos roto fue la voz preocupada de Ray.

*

— Cuando desperté les expliqué lo que había sucedido solo que a Wyatt le oculte algunos detalles, le sería más fácil sobrellevar el dolor si tenía a alguien a quien culpar de la muerta de su mate, su compañero así que no me importo mucho. — les explicó Stiles un poco más calmado que antes.

— Por eso el idiota decidió cargar con ese dolor todo este tiempo. — dijo Ray poniendo los ojos en blanco.

— ¿Por qué no me lo dijiste?

Todos miraron a la puerta del loft donde estaba Wyatt con lágrimas corriendo por sus mejillas.

— No quería lastimarte.

El lobo se acercó al humano y le dio algunos golpes, no tan fuerte como para lastimarlo pero aun así se desquitaba mientras sollozaba.

— ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué me ocultaste que algo tan importante? ¿Por qué dejaste que te dijera todas esas palabras hiriente? ¿Por qué? ¿Por qué? Imbécil. Idiota.

Stiles miró con tristeza y cariño al lobo y lo abrazó con fuerza, ambos dejaron salir todos esos sentimientos que habían guardado todos esos años. 

El Hale AdoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora