XXVIII.- La esperada muerte

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Kate sonrió con diversión y se transformó en un hermoso lobo de color miel, era un poco más pequeña que Laura en su forma de lobo, pero aún así le llegaba a la cintura al fae.

— Vamos a cazar a esos bastardos. — le dijo Stiles mientras acariciaba la cabeza de su tía.

A su lado sonrió un chico de piel pálida con algunos lunares, cabello azabache de ojos carmesí, sus alas eran de un ónix parecido al cielo nocturno y con la luna brillaban de manera hermosa. Su brazo derecho estaba cubierto de tatuajes de runas y el izquierdo tiene las fases de la luna. Él es Bran, un fae oscuro que hizo un pacto de sangre con Stiles.

Los faes oscuros son una raza casi mitológica dentro de su propia raza, ellos viven escondidos y solo los faes de la realeza pueden hacer un contrato de sangre con ellos. Una vez que se hace este contrato o pacto las almas de los dos faes involucrados quedan unidos para siempre, si uno muere el otro también lo hará; tienen un vínculo más profundo que cualquier sobrenatural. Se convierten en hermanos y en almas gemelas, a veces puede ser de forma romántica y otras veces no.

En el caso de Stiles y Bran ellos se comportan como el ying y el yang, dos caras de la misma moneda. Son hermanos y muy unidos, son las personas que más se conocen al otro. Bran se queda normalmente en la oscuridad, le gusta ser la sombra de Stiles, mientras que el castaño vive en la luz. Están tan conectados que al pelear se mueven como uno solo y pueden comunicarse de manera telepática como los otros faes, pero solo Stiles puede escuchar la voz de Bran.

Hace tiempo que no asesino alguien, será divertido. Ese viejo ha hecho sufrir a muchos inocentes. No entiendo a los humanos, sobre todo a los cazadores, y su manía de disfrutar de asesinar a los nuestros.

— Ellos son los verdaderos monstruos, por eso es nuestro deber acabar con el mal desde la raíz. Que nosotros seamos diferentes no les da el derecho de decidir si vivimos o morimos, esa solo es un pobre escusa del miedo.

Kate gruñó levemente como respuesta. Los faes sonrieron.

Stiles levantó la mano al acercarse a un pequeño campamento en lo profundo del bosque donde se encontraban Gerard y sus cazadores. Bran asintió y se fundió con las sombras atacando a cada centinela matándolos de un corte limpio separando sus cabezas de sus cuerpos.

Esa mujer y el Argent están en la tienda más grande. Hay dos soldados más con ellos, pero son muy débiles. ¿Se encargan ustedes o lo hago yo?

Gracias, Bran. Nosotros nos encargamos. ¿Puedes ver que todos sigan dormidos en la mansión? Me imagino que mis hermanos y mis lobos ya se dieron cuenta de nuestra partida, nada más evita que se internen en el bosque.

Lo que digas, mi querido hermano.

Stiles caminó de manera tranquila entre los cuerpos de los humanos, Kate se movía con gracia a su lado. Entraron a la tienda como si fuera de ellos sorprendiendo a los humanos.

Gerard los miró con odio mientras que Tamora Monroe retrocedió levemente con miedo en su mirada.

Stiles chasqueo los dedos y dos dagas de luz atravesaron los corazones de los dos soldados que estaba ahí dejándolos solo a los cuatro.

— Ha pasado tiempo, Gerard. Mi tía también esta feliz de verte. — se burló Stiles mientras se sentaba sobre la mesa donde tenían los planos de la mansión.

Kate gruñó de manera grave mientras raspaba el suelo con una de sus patas, lista para el ataque.

— Mieczyslaw Hale, pensé que habías muerto junto con tu familia en ese incendio. — le dijo Gerard con odio.

— Eres muy lento, se te escaparon muchas personas. Jamás pensaste que buscaríamos venganza, ¿no? Pensaste que éramos niños que habían quedado muy asustados como para hacerle frente a la persona que incendió y encerró a toda nuestra familia en nuestro hogar. — rio levemente mientras jugaba con una pequeña daga china — Tu error, Gerard fue permitir que los cachorros quedaran con vida. — sus ojos brillaron en dorado — Nosotros estamos sedientos de venganza y en el momento que decidiste pisar Beacon Hills nos volvimos locos. — sonrió con diversión — También secuestraste a mi tía, la alejaste de su familia y manada, luego asesinaste a su mellizo y a su madre y como cereza del pastel decidiste torturarla toda su vida. Yo la encontré y la ayude, nos unimos y ella es la que acabara con tu patética vida. ¿Cómo se siente que las criaturas que tanto aborreces serán las que se convertirán en lo último que verás?

Gerard rio de manera fría.

— ¿Qué podría hacerme un mocoso como tú? Solo eres el pobre humano de tu familia como tu padre, inútiles y débiles, siempre detrás de esos monstruos.

— Te contare un secretito solo porque estas a punto de morir y al único lugar que llevarás esto será al Purgatorio donde revivirás tu muerte una y otra vez, donde serás cazado por todos aquellos a los que asesinaste. — sonrió de manera oscura — Viejo estúpido, yo no soy un humano. — dejó sus alas visibles y las extendió, estás tomaron un tono más oscuro logrando que los dos cazadores retrocedieran con terror — Yo soy un fae y estoy cansado de esconderme al igual que el poder de este pueblo.

La tierra comenzó a temblar con fuerza, el viento sopló tirando todo a su alcance, el cielo rugió con furia, la lluvia carmesí los empapo mostrándoles lo que la verdadera furia era. La luna, amada madre que había perdido a tantos hijos se volvió del color de la sangre de aquellos niños que le arrebataron.

Esa noche el bosque de Beacon Hills se vio cubierto de la sangre y gritos agonizantes de sus enemigos. Los padres que tantos hijos habían sido arrebatados pudieron descansar en paz y la loba junto al ser mitológico obtuvieron la venganza de muchas vidas.

El infierno se desato en la tierra y solo los monstruos perecieron ante las garras de un ángel.

Las llamas se extendieron y se llevaron los cuerpos a lo más profundo del Tártaro para una condena eterna en la tierra de los "monstruos" donde la escoria es cazada sin descanso y el dolor es interminable.

Los Hale fueron vengados.

Las madres descansaron.

Los hijos lloraron.

Y el dolor llegó a su fin. 

El Hale AdoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora