Epílogo

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— ¿El abuelo desapareció tanto tiempo? — preguntó un pequeño de cabello castaño de ojos verdes.

— Así es, tu abuelo se fue por unas semanas, pero en donde estaba pasaron seis años.

— ¡Wow!

— Cielo, ¿están contándole historias a Eli de mi pops, de nuevo? — le preguntó un Thomas adulto a un Joe igual que tenía a su pequeño hijo híbrido de ocho años.

— Es mi manera de recordarlos y al cachorro le encantan.

Thomas abrazó a su esposo con fuerza.

— ¡Papi! ¡Tío, Tommy!

A lo lejos sobre el Nemeton se encontraba Stiles con sus alas extendidas. Una mano tocó su hombro y al voltear se encontró con un hombre idéntico a él de ojos verdes con motas grises.

— Vamos, cachorros, los demás nos están esperando.

— Me gusta verlos crecer.

— Ahora es su momento, nosotros ya tuvimos el nuestro.

— ¿Es nuestro momento?

— Todavía no, cachorro, pero lo será pronto.

— Vamos a casa, papá con Der, Thals y los demás.

El mayor sonrió y caminó envolviendo con sus alas a su hijo hasta que desaparecieron al acercarse a los demás Hale que sonreían con cariño.































Mucho tiempo más tarde...

Quizás en otra vida...

— ¡Mica! Te estoy diciendo que no corras, puedes chocar con alguien.

— Oh vamos, Der. No seas aguafiestas.

— Lau, no te burles de tus hermanos. — dijo Thalia Hale mientras regañaba a su hija mayor.

— Papi, hacen mucho ruido. — dijo Cora aferrándose a los brazos de su padre.

— ¡Tía Kate! ¡Tía Pam! — gritó Stiles corriendo a abrazar a sus tíos favoritas.

Las mujeres rieron y recibieron a sus sobrino con los brazos abiertos.

— ¡Sti! ¡Sti! — gritaron tres niños acercándose al menor de los Hale con tres flores en sus manos.

— ¡Scotty! ¡Jax! ¡Issi!

Los niños se abrazaron y poco después otros niños se unieron a ellos.

A veces en otra vidas las cosas simplemente salen... Mejor...

El Hale AdoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora