Jess: ¡¿Qué?! ¡Repite eso!
Taylor: ...lo compensa con el balcón
Jess: no, eso no, lo otro.
Taylor: ah... ¿Qué solo tiene una habitación?
Jess: sí, ¿Cómo que tiene una sola habitación? No puede tener una sola habitación, ustedes son dos.
Taylor: no importa, podemos dormir juntos, como lo hemos hecho toda la vida.
Jess: ¿acaso quieres que te vuelva a hacer lo de la otra vez?
Taylor: eh... sí, ¿para eso no fue que acepte mudarme con él?
Jess: ¿pero así de fácil?
Taylor: por eso no te preocupes, hay un sofá cama por si pasa algo.
Jess suspiró: bueno... muy bien, te dejo, tengo que ir a... a terminar de arreglar mi cuarto.
Taylor: ajá, hablamos luego.
Taylor puso el celular encima de la mesita del baño y volvió a lo suyo. Minutos después recibió otra llamada, era Trevor.
Trevor: Aló Taylor...
Taylor: ajá ¿Qué pasa?
Trevor: lo que quiero decirte es que pasado mañana, miércoles, nos podemos mudar.
Taylor: ¿De verdad?
Trevor: sí, mañana iré a hacer el papeleo.
Taylor: muy bien.- si quieres te acompaño.
Trevor: no es necesario, no te preocupes bebé, hablemos luego.- diciendo esto Trevor colgó el teléfono.
Taylor se alegró, aunque toda esa felicidad se desvaneció rápidamente.
El chico salió del baño y se vistió. De repente, a su cabeza llegó un pensamiento preocupante: pero ¿cómo vamos a pagarlo? Si mañana hará el papeleo supongo que Trevor tiene dinero para pagarlo, pero creo que él no tiene trabajo. Debo preguntarle acerca de eso.
El día de la mudanza fue un día muy triste para la familia de Taylor, claro no se puede decir lo mismo de la de Trevor, realmente estos se sentían orgullosos.
Jess sugirió quedarse esa noche con ellos.
Trevor pensó: sabía que esto iba a pasar, ahora todos mis planes están arruinados... le va a decir que sí.
Taylor le dijo a Jess con una voz firme y seguro de sí mismo: no Jess, no te preocupes por nosotros, estaremos bien.
Jess pensó: ok, ya está listo, lo hará bien.
La despedida fue la parte más triste y larga de todas. Aunque cuando hay una despedida usualmente la parte que más duele es cuando se van. Este caso fue la excepción, ninguno de los dos supo cómo actuar.
Trevor se pasó la mano por el cuello y giró un poco la cabeza a la dirección contraria a la que estaba Taylor.
Taylor rompió el hielo diciendo: deberíamos ir a comprar algunas cosas de comer, mis padres me dieron dinero para que nos sustentáramos hasta conseguir un trabajo.
Trevor: ¿Eh?... No hace falta, tengo suficiente dinero para que podamos hacer la compra de todo el mes. Si quieres vamos ahora al supermercado.
Taylor asintió, pero en el fondo se preguntó: ¿Cómo es que tiene tanto dinero?... ¿Sus padres se lo dieron?... No, no, no, eso no es de mi incumbencia.- prefirió quedarse callado.
Al regresar del supermercado todavía seguía el ambiente frío.
Taylor luego recordó algo: ¡Oye! Trevor, ninguno de los dos sabe cocinar.
Trevor: ¡Diablos sí! Sabía que algo se me estaba olvidando.
Taylor: ¿qué hacemos?
Trevor: um... busquemos un tutorial.
Taylor: ¿crees que uno funcione?
Trevor: no, pero hay que intentarlo.
Ambos chicos se metieron a la cocina, tras ver algunos videos completos; empezaron a cocinar. La idea era hacer unos tacos.
Taylor le dijo a Trevor que hiciera las tortillas mientras el cocinaba la carne. Minutos después Trevor ya se había quemado el dedo.
Taylor se acercó a él.- sana, sana, colilla de rana, si no sanas hoy te vas a sanar mañana.- le dijo este chico, luego le dio un besito en el dedo. Grave error. Al rato Trevor probó la tortilla caliente y se quemó la boca.
Taylor se acercó a él: sana, sana, colilla de rana, si no sanas hoy, te vas a sanar mañana- le dijo lo mismo y le pasó la mano por la cabeza. El chico se dio la vuelta para volver a lo suyo, sin embargo, Trevor lo agarró de la muñeca y preguntó: ¿Solo eso? Mi lengua también merece un besito.- sin que Taylor pudiese reaccionar lo agarró del cabello y lo besó. Trevor lo soltó teniendo una gran sonrisa en la cara. El chico se quedó igual como si no hubiese pasado nada o algo muy normal.
Luego de cenar Taylor le dijo a Trevor que vieran una película.
Trevor aceptó.
(Para los que tienen la duda de si la comida quedó buena o mala, sí, estuvo bien.)
Había un televisor en la habitación por eso la verían ahí.
¿De qué quieres que sea?- preguntó Trevor.
Taylor: no sé, elige tú.
Trevor: muy bien, una de terror. Veamos el aro.
¡De terror! ¡De terror no! Me asusto muy fácilmente.- pensó Taylor.
Ambos vieron la película, y el problema no fue al momento de verla, si no; al dormir.
Se fueron a acostar, apagaron las luces y se acurrucaron. Taylor se cubrió con las sábanas hasta la cabeza. A la media noche no pudo más con el calor, se quitó las sabanas de la cabeza para poder refrescarse un poco. Al hacerlo creyó ver una sombra cerca de la puerta y saltó hasta encima de Trevor.
Trevor se levantó asustado y de manera brusca: ¿Qué sucede? ¿Qué pasó?
Taylor: vi... vi una sombra en la puerta, seguro es la niña.
Trevor: ¿Ahora de qué hablas? Duérmete, es tarde.
Taylor: ¿Y si la niña me lleva al pozo?
Trevor: no te va a llevar a ningún lado, estoy aquí, duérmete.
Taylor: no quiero dormir.
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Hasta luego
RomanceTrevor y Taylor son mejores amigos desde sus cinco años, son los amigos más cercanos de todo el pueblo donde viven. Después de un tiempo, el día de su cumpleaños número 16 Taylor recibe la noticia de que Trevor se va del pueblo para no volver. Taylo...