II

83 8 3
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.





















—Llegas tarde—Frodo le dijo a Gandalf—y tú también—le dijo ahora a Dahlia.

—Un mago nunca llega tarde, Frodo Bolsón—Gandalf contestó al joven Bolsón—Ni pronto. Llega exactamente cuando se lo propone—después de un momento de silencio, los tres empezaron a reír.

—¡Cuanto me alegro de veros Gandalf, Dahlia!—Frodo se lanzó al carromato y abrazó al Mago y a la Elfa.

—No nos ibamos a perder el cumpleaños de tu tío Bilbo—dijo Dahlia.

—¿Traeis notícias del mundo exterior?—preguntó Frodo mientras seguían su rumbo a Bolsón Cerrado—¡Contadmelo todo!

—¿Todo?—Gandalf rió—Eres demasiado curioso para ser un hobbit. De lo más antinatural—Pasaron por un pequeño puente—¿qué podría contarte? La vida del ancho mundo transcurre como en la pasada edad. Ocupada en sus ajetreos. Casi al margen de la existencia de los hobbits—pasaron por un pueblo tan pequeño que solo tenía unas cinco  o seis casas. En aquel pueblecito parecía haber mucho comercio—De lo que estoy muy agradecido.

Entonces, llegaron al lugar más esperado: Hobbitton.

—¡Oh! La lárgamente esperada fiesta—dijo Dahlia emocionada cuando vio como preparaban la fiesta.

—¿Cómo está nuestro viejo amigo?—preguntó Gandalf—He oído que va a dar una fiesta de especial importancia.

—Sí, es verdad. Recibí la carta.

—Ya conoceis a Bilbo. Tiene a todo el pueblo alborotado.

—Bueno, eso siempre le ha entusiasmado.

—Ha invitado a media Comarca.

—No me digas.

—Algo trama.

—¿Tú crees?

—Está bien, guardad vuestros secretos—Ahora se dirigió a Gandalf—Antes de tu llegada, los Bolsón gozabamos de buena fama.

—Sin duda

—Ni teniamos aventuras ni haciamos nada inesperado.

—Si te refieres al incidente con el dragón, yo no tuve nada que ver—se defendió el Istar

—No, que va—dijo Dahlia de forma sarcástica

—Únicamente le di un empujóncito para que saliera.

—A pesar de todo, te han puesto la etiqueta de perturbador de la paz.

—Vaya, vaya...

Justo en ese mommento, unos niños llegaron corriendo hacia el pequeño grupo de tres, llamando a Gandalf pidiendole que lanzara sus fuegos artificiales. Dahlia sonrió ante la situación dado que le pareció muy tierna. Cuando dejaron a los niños atrás, Frodo y Dahlia miraron a Gandalf. Este lo notó y lanzó los fuegos artificiales, haciendo que los pequeños se divirtieran. Gandalf rió y Dahlia Frodo sonrieron divertidos.

—Gandalf, Dahlia—Frodo se levantó de su asiento— Me alegro de vuestro regreso.

—Nosotros también, amigo—Frodo bajó del carro.

Gandalf y Dahlia siguieron su ruta hacia Bolsón Cerrado y al fin, llegaron.

En la puerta había un cartel que decía:

Prohibida la entrada
Sólo asuntos  de la fiesta

El de gris y la de rojo entraron y llamaron a la puerta.

—¡No grácias!—se escuchó desde dentro—¡No más visitas, ni admiradores, ni parientes lejanos!

—¿Ni tampoco viejos amigos?—le cuestionó Gandalf. Como respuesta, Bilbo abrió la puerta de su hogar para saludar.

—¿Gandalf? ¿Dahlia? —dijo todo emocionado.

—Bilbo Bolsón...

—¡Mis queridos Gandalf y Dahlia!—tanto Gandalf como Dahlia se arrodillaron para poder abrazar a Bilbo.

—Cumples 111 años, ¿quién lo iba a decir? No te afectan los años.

Los tres rieron y entraron en casa de Bilbo. Estaba emocionado por ver a sus amigos.
















¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La Dama de Rojo//Legolas Hojaverde (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora