XI

88 10 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.






















De pronto se escuchaba como algo se acercaba. Todos voltearon hacia donde provenia y era un ejército de Enanos.

—Pie de Hierro—comentó Gandalf. Los Enanos que se encontraban en La Montaña celebraban la llegada de Pie de Hierro.

Thranduil ordenó algo en élfico mientras dabs la vuelta para quedar enfrente y sus guerreros empezaron a avanzar hacia Pie de Hierro y su ejército. Los Hombres del Lago también avanzaban.

—¿Quién es ese? —le preguntó Bilbo a Gandalf mientras también avanzaban—No parece muy contento.

—Es Dáin, Señor de las Colinas de Hierro, primo de Thorin.

—¿Se parecen?

—Siempre me ha parecido Thorin el más razonable de los dos.

Dáin avanzaba encima de su cerdo para poder hablar alto y claro con los demás.

—Buenos días, ¿cómo estamos? Tengo una proposición que haceros si no os importa dedicarme un momento de vuestro tiempo. ¿Tendríais el detalle... DE LARGAROS DE AQUÍ? —Los hombres del Lago emoezaban a retroceder—¡Todos! ¡Ahora!

—¡Seguid firmes! —ordenó Bardo a su gente.

—Vamos, señor Dáin—ahora Gandalf se dirigía al primo de Thorin

—Gandalf, el Gris—decía Dáin—dile a esta gentuza que se marche ¡o regaré el suelo con su sangre!

—No es necesaria la guerra entre Enanos, Hombres y Elfos—Gandalf se acercaba a Dáin—Una legión de Orcos cruza la montaña. Que se repliegue tu ejército.

—No me arreplegaré ante ningún Elfo. Y menos ante ese desleal duendecillo del bosque. Solo desea la desgracia de mi gente. Si osa interponerse entre los míos y yo, ¡le abriré su linda cabeza! —Thranduil sonrió ante la amenza de muerte de Dáin—A ver si sigue sonriendo después! —Todos los Enanos festejaban ante las palabras de Pie de Hierro.

—Está como su primo. Loco de atar.

—¡¿Lo habéis oído?! ¡A luchar! ¡Demos su merecido a estos miserables!

Uno de los Enanos dijo algo en Khuzdul, haciendo que los demás reaccionaran.

Ante ese acto, los elfos se posicionaban para la lucha. Pero un temblor empezó a sentirse y escucharse. Todos prestaron atención a esto.

—Devoradores de la tierra...—susurró Vanna. Justo en ese momento las criaturas mencionadas por Vanns salieron del interior de la tierra, dejando unos túneles abiertos.

—Oh, no puede ser—dijo Dáin.

—¡Adelante,—Azog ordenó a sus tropas—mis huestes!

—Odio decir esto, pero... Gandalf y yo teníamos razón...

Huestes de Orcos salían por los túneles para empezar una guerra.

—¡Las ordas del mal se ciernen sobre nosotros! —Dáin y parte de su ejército se posicionaba para luchar contra los Orcos— ¡Al combate, al combate hijos de Dúrin!

Dahlia estaba asustada. Jamás había estado en una batalla así. Miró a su madre y esta lo notó.

—Escúchame, mi niña—Vanna le hablaba con tranquilidad para calmar a su hija—no hace falta que te quedes. Pero si lo haces, recuerda que solo són Orcos. Tú sabes usar mejor la espada y el arco. Recuerda esas tardes en las cuales entrenabas con tu hermana, y con tu padre. Todas esas amenazas las cuales venciste. Esto solo será una lucha más en tu historial, pero más memorable. Si te quedas, hazlos sufrir y mata—A Dahlia se le escapó una lagrima y sonrió ante tal discurso de su madre—Hazlo por papá y por Amapola. Arrasa con lo que veas,

—Y generoso no seas—Dahlia terminó la frase. Juntaron sus frentes antes de ir a luchar—Acabo de recuperarte, no te mueras.

—Yo también te acabo de recuperar. Tampoco dejes que te maten.

—Descuida.

Acto seguido, Vanna Narcisa Amarnë y Dahlia Dagger alías La Alquimista y La Dama de Rojo fueron a luchar contra Orcos.

La guerra no había hecho más que empezar.




















La guerra no había hecho más que empezar

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La Dama de Rojo//Legolas Hojaverde (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora