𝐏𝐑𝐎𝐓𝐄𝐂𝐓 || Maze Runner Fanfic

Preparemos a Alby

Capítulo. 44
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Tomó otro bocado del arroz que Sartén les había preparado y después de tragar continuó con su pregunta mientras señalaba a la ojiazul:

—Quiere decir... ¿que, si el tomate sabe algo que tú no, puedes averiguarlo si espías en su cabeza?

La pelinegra suspiro y se puso las manos en la cara. Al parecer cansada de sus preguntas.

—¿Por qué le dijiste de esto? —frunció el ceño hacia Thomas.

—Carol quiso decirles —se encogió de hombros mientras devoraba la carne de su plato—. Por cierto... ¿Dónde está?

—Se fue con Minho... —dijo Newt—. No la verás hasta después de un bueeeen rato.

El rubio y Will compartieron miradas cómplices, el pecoso le guiño un ojo y este negó divertido.

—Dijo que quería hablar con nosotros, nos buscará después.

—¡Pero respondan! —chillo el pelirrojo—. ¿Puedes o no?

—No Will no, no funciona así —suspiro—. Aunque ahora ni siquiera podemos intentarlo porque ya no podemos comunicarnos así.

—¿Por qué?

—Ni idea, pero me siento más normal —el castaño rió entre dientes.

—¿Te molestaba escucharme hablar en tu cabeza? —dijo Teresa a su lado.

—Oh no, no —negó de inmediato mientras forzaba una sonrisa—. Solo que ahora puedo escuchar solo mis propios pensamientos...

—Si bueno, tienes razón. Se siente más tranquilo.

—Voy a buscar a Carol —emitió Chuck, pero el pecoso lo tomó de la camisa y lo sentó en el mismo lugar—. Auchs... ¿¡Por qué!? —lo señaló sonriendo malicioso—. Le diré a Carol.

—Te quedas, Carol vendrá sola —lo vio con una sonrisa en los labios—. No creo que quieras que Minho te regañe.

Chuck se tapó las orejas con las manos— No, gracias.

—Ten, el tío Will te trajo algo —le dio de su presa y este se lo comió bajo su mirada divertida.

—Bueno, si ven a Carol... díganle que me busque después —hablo el castaño mientras se ponía de pie e iba a lavar su plato—. Yo iré... a descansar también.

—¿Quieres que te acompañe?

—No... la verdad, descanso mejor solo.

Soltó y salió de la cocina, sintiéndose un poco mal por los ojos tristes de la chica. Pero realmente, necesitaba estar a solas para poder cernir lo que pensaba hacer.

Debía pensarlo bien.

—Que descanses Tommy —le gritó viendo su mano en forma de despedida desaparecer por la puerta.

—¿Por qué le dices Tommy?

Se encogió de hombros— ¿Celoso?

—Sí y mucho —rodó los ojos—. Yo llevo un año contigo y no me has puesto ningún apodo.

El rubio alzó la comisura de su labio— Deja de ser infantil, ni siquiera Chuck lo es.

—Es porque es Chuck —lo vio fingiéndose ofendido—. Yo soy yo.

—Tiene un punto —dijo el nombrado señalando al pecoso—. Yo no soy así, pero él sí puede serlo.

—Gracias por el apoyo —apretó los labios.