𝐏𝐑𝐎𝐓𝐄𝐂𝐓 || Maze Runner Fanfic

Frío

Capítulo. 4

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Vio a la misma niña con un traje blanco caminando al lado de la señora. Se veía impaciente, emocionada, dando saltitos mientras se asomaba en las ventanas que había entre los pasillos.

Daban paso a cuartos vacíos y blancos.

—¿Dónde están? —dijo buscando alrededor—. No los veo.

—Discúlpame, pero me temo que no podemos ir con ellos.

—¡Qué!? —chillo parando en seco—. ¡Pero por qué?! ¡Me dijiste que iríamos con los chicos!

La señora se giró para ver a la niña molesta, a nada de una pataleta.

—¡Me mentiste! ¡Dijiste que los vería hoy!

—No puedes Caroline, eres.. diferente.

—¡Pero no lo soy! ¡Soy igual que todos!

La mayor suspiro, parecía estar reuniendo toda su paciencia.

—No lo eres, existe algo en ti que te hace especial.

—Pues entonces quítamelo! ¡¡Quiero estar con los chicos!!

Ella sonrió y se acuclilló para quedar a su altura.

—Eso estamos tratando de hacer —sobo sus pequeños brazos—. ¿De verdad quieres que te lo quitemos?

—¡Si así puedo estar con los chicos, sí! —dijo decidida asintiendo.

—De acuerdo pequeña —sonrió y se levantó para tomarla de la mano y seguir caminando.

—Me va a doler? —inquirió inocente viéndola.

—Solo un poco, pero verás a tus amigos después de eso.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo.

La niña la miró entrecerrando los ojos, la mayor la vio y río.

—¿Qué pasó?

—¿Lo cumplirás esta vez?

—Sí.

—Eso espero —la señaló con el dedo.

Cruzaron una puerta al final del pasillo, un cuarto con cámaras y aparatos frente a otra ventanilla desde la que podía ver un cuarto blanco exageradamente iluminado.

—Solo recuerda que Cruel es bueno.

Ella despertó con lágrimas en sus ojos.

Caroline se incorporó sintiendo como la cabeza le empezó a dar vueltas de nuevo. Le dolía el pecho, respirar, sentía que se ahogaría.

Trató de callar un sollozo cuando se dio cuenta de que Chuck estaba a su lado durmiendo y como pudo se levantó caminando lejos de ahí, escuchando algunos ronquidos. Parecía ser de madrugada.

Se preguntó qué era lo que había soñado.

Suponía que era ella, la había llamado Caroline.

«Pero, ¿Qué era lo que me hacía diferente? ¿Qué chicos? ¿Qué me iban a quitar? ¿Quién era esa señora? —y lo más importante— ¿Qué amigos?»

Se dio cuenta que había amado a esas personas.

Se sintió vacía por dentro, ni siquiera los recordaba.

No supo cómo, pero llegó hasta el mirador y decidió subirlo.

La iluminación de la madrugada le dio la misma vista de ayer, pero esta vez le pareció hermosa. Sin embargo, se acostó, admiró el cielo y se permitió tener miedo, tratando de asimilar su realidad, pero no se permitió llorar.