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XVI

Era la segunda vez que se miraba frente a un espejo luciendo cómo la mejor versión de sí, sólo que la ropa no era prestada, y Sergey se había tomado la molestia de vestirlo para que no desentonara entre los que estarían en el hotel.

—¿Nervioso? —le preguntó su hermano, y por un instante no lo reconoció, había contratado a alguien para que le maquillara, y sin el montón de cicatrices, lucía muchísimo más joven y no tanto cómo un estereotipo de jefe mafioso.

—Diría más bien ansioso, tengo años sin ver a Ryan y no quiero cagarla —ante sus palabras, Sergey simplemente le dio un par de palmadas en la espalda.

—No te preocupes, haré negocios con Thuag sin importar qué tanto arruines las cosas, tengo varias alternativas y contramedidas, aunque claro —sonrió, también viéndose en el espejo y acomodando un poco su ropa—. Sería excelente que no metieras la pata —y por el buen humor que cargaba, parecía extasiado con ver su rostro sin cicatrices, aunque parte del párpado interno de su ojo derecho aún se veía, pero la cicatriz que provocaba esa condición, no se veía en lo absoluto—. Recuerdas el flujograma, ¿No?

—Encontrarme 'de casualidad' a Ryan, hablar y llevarlo a su suite —rememoró, vio cómo la sonrisa en el reflejo se ensanchaba.

—Bastante simple, ¿No crees? Yo me encargaré del resto, ya después puedes ir a quedarte inconsciente en el bar, yo invito.

—¿No te estás adelantando demasiado a que todo saldrá bien? —se burló Druan, que era parte de las contramedidas y alternativas de Sergey, estaba sentado, mirando con aburrimiento la escena.

—Ya dije, haré negocios con ese muchacho o bien él podrá acompañar a su padre —se arqueó de hombros casual, alejándose del espejo, él lo miró aterrado, más no dijo nada, sabía muy bien qué respuesta le podría dar su hermano, así que se mantuvo en silencio, terminando de apreciar su apariencia en el espejo.

Lucía fantástico, tan solo deseaba sentirse como tal.

Ninguno intercambió más palabras, por lo que cada uno tomó rumbo a su puesto dentro del plan, él fue literalmente tirado al lobby, esperando encontrarse de forma ''casual'' —comillas faltan para resaltar el sarcasmo— con Ryan allí, que supuestamente estaría llegando en media hora o tal vez menos.

Deambuló por el sitio, intentando actuar casual, fijándose de forma poco natural en la ostentosa decoración del sitio, porque aunque había gente adinerada en el sitio, y capaz algún famoso, no tenía ganas de acercarse a nadie; y bueno, tampoco es cómo si Sergey le dejara.

Estaba seguro que apenas entablara conversación con alguien de valor para su hermano, éste saltaría de la nada y le apuñalaría en el sitio. No necesitaba pruebas para confirmar eso, y dudas no tenía al respecto. Estuvo caminando sin sentido, revisando cada cierto tiempo su teléfono y reloj para hacer que de alguna manera el tiempo pasara más rápido.

Y en una de esas, chocó con alguien más pequeño que él, estuvo a un instante de insultarle para que se fijara por dónde iba pero no tuvo tiempo de reaccionar cuando esa misma persona le jaló la cara e hizo que se doblara a un nivel más bajo, apretando sus mejillas en el proceso.

—¡¿Segundo?! —la persona que él había estado buscando, le encontró. Aunque ahora lucía diferente, tenía el pelo corto y ondulado, de un color negro intenso, al igual que sus enormes ojos, y lucía muchísimo más repuesto; no era el rubio esquelético que había conocido años atrás—¡Que alegría verte! Luces horrible, pero ¡Me alegra verte! —finalmente le soltó la cara y lo abrazó con entusiasmo, él se lo regresó un poco aturdido, aún procesando el encuentro.

—¿Tan mal me veo? ¿En serio? —preguntó de regreso y con una sonrisa cuando Ryan se apartó un poco del abrazo, aunque seguía pegado a él, él por su parte tenía sus manos puestas sobre la cintura del ahora moreno, en serio que era de cintura fina.