Capítulo 36
—Si todos los días fueran así… —Las palabras del chico me sorprendieron.
—¿A qué te refieres?
—Si todos los días pudiéramos estar así, vendrán días fáciles. Son tiempos en los que los niños están de vacaciones, se irán a cursos de verano. Fabiola pidió sus vacaciones, todo será fácil excepto por Gastón —dijo Cristiano—. Lo más probable es que se enfrente a las últimas tres semanas de curso.
—Sí, Cristiano, sí lo fueran —dije repitiendo su diálogo. Catherine últimamente ha tomado la actitud de usar todo el tiempo disponible antes de que llegue la etapa de mostrarse tal y como es. Sin embargo, todavía quiere disfrutar al máximo el tiempo con Camila.
—¿O sea que hay casa sola?
— puedes Apagar las cámaras nada
—Así es —dije ampliando una sonrisa.
—¿Qué vas a decir si preguntan por qué las cámaras no están encendidas?
—No sé. No quiero pensar en eso ahora. Los niños tendrán curso de verano como a las 3. Irán al cine, regresaremos como a las 5 y después… pero ahora quiero disfrutarte, saber que estés aquí —dije colocándome frente a él. Estábamos frente a frente acostados en su medio patio. Me coloqué encima suyo y después lo pensé con ternura, succionando un poco de los pelitos de su barba.
—Basta, Cristiano —dijo él deteniéndome—. Estamos muy cerca, aún no puede pasar.
—¿Qué te detiene?
—Es mi lugar de trabajo. Tú eres un niño.
—Fruncí el ceño. Desde que cumplí 18 y dijiste que era tu novio oficial, te ruego que dejes de tratarme como si fuera un niño tonto que no sabe lo que está haciendo. Te recuerdo que he tenido más sexo que tú en tu vida —dije casi gritando—. Pero solo has tenido un hombre y yo he tenido si acaso dos o tres. Así que por favor déjame demostrarte y déjame hacerte sentir vivo y mío en una sola piel.
—Además, aquí no es el lugar.
—No será un pretexto y tú no me quieres tocar. Por favor, no dudes ahora.
—Pero no podemos, tengo miedo.
Lo vi como niño pequeño temblando y tembloroso, su piel se sentía fría y seca, su aliento era frío y tímido. Sabía perfectamente que tenía la razón, no mentía, tenía miedo a lo que pudiera pasar, no quería que yo lo tocara. Lamentablemente para mí y para los deseos de mi cuerpo, Mauro no estaba listo. Me retiré de él y me senté en el suelo.
—No entiendes que, desde noche , no he estado con ningún hombre que no sea. ¿No será que todavía lo amas? —dije de forma despectiva y casi gruñendo.
—No vuelvas con eso. Las inseguridades no debemos tener. Porque tenemos constancia de que nuestra relación es prohibida. Trabajo en la casa donde tú vives, soy tu cuidador. Por favor, no tenemos tiempo de inseguridades, niño.
—¿Cuál es el asunto para ti? soy un niño, chico pequeño, pero nunca soy mi amor o novio. Siempre soy como si fuera uno más del Renacer Ni siquiera cuando estamos a solas puedes transmitirme la seguridad que necesito para entender.
—Por favor —dijo Mauro, pasándome la mano por la nuca y sentándose a mi lado—. Necesito que entiendas el riesgo. Pero no creas que no te deseo. ¿O no crees que no quiero que seas tú? ¿Crees que no anhelo que me toques? Pero es que no. Necesito… ¿crees que no me cuesta contenerme? Pero no es el momento ni el lugar. Por favor, comprende —dije acariciando la mejilla del chico en la espera de que con el roce de mis dedos pudiera reconfortarlo.
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PROHIBIDO SEGUIR AL CORAZON
Fiksi RemajaMauro, un psicólogo abnegado en la Casa Hogar Renacer, siempre ha sido un bastión de rectitud y estabilidad, guiado por una vida profesional intachable. Su dedicación hacia los jóvenes a su cargo ha sido inquebrantable, hasta que el destino pone en...