Pretzel

992 143 199
                                    

。 ₊°༺ ✯ ♜ A S P E N ♜✯ ༻°₊ 。

Hmm...

Sí, es curioso.

Pensé que me sentiría mejor después de todo esto, pero la verdad ni siquiera fue divertido. Y cuando se lo dije a papá actuó como si le hubiera avisado que me quedaba una hora de vida y la gastaría besando vagabundos.

Sería una experiencia interesante.

En fin, he pasado tres horas mirando la pared de mi oficina y lo único que he concluido es que debería pedir que la pinten de un color más alegre, al menos creo que eso me animaría un poco.

Como ese pretzel, ¿dónde lo habrá comprado Carter? Estaba muy bueno para ser de ese local pretencioso a tres cuadras.

Ah, tal vez busque el lugar cuando regrese de mi almuerzo con Dylan, aunque ya voy tarde, no creo que...

—¡Aspen!

Oh, increíble. Único día que quiero que se vaya y está aquí con una gran sonrisa que lo hace ver como portada de película de terror tailandesa.

—Hola, Dylan —saludo, con la fuerza de un muerto—. Vaya, me esperaste.

—Sí, tengo algo importante que contarte, ¿podemos saltarnos el almuerzo aquí e ir por algo más sencillo?

Un pretzel, por ejemplo.

—Oh, sí, claro —acepto, sonriendo para dejar de verme como papá cada vez que pierde durante el ajedrez—. ¿Qué tenías en mente?

—Un hot dog, y luego tal vez podríamos ir a Central Park y...

Sigue numerando actividades como si no recordara que sólo tengo media hora libre antes de que nuestro padre me desherede a mí también.

—Wow, espera —le pido con toda la suavidad posible—. Debes elegir una de todas esas actividades para hoy, ¿sí? No tenemos tanto tiempo.

—Bien, entonces sólo vamos por el hot dog y te cuento —acepta de inmediato, contento.

Es extraño. Mi hermano suele tener la energía de un viejo de noventa años con problemas de pulmón, pero hoy algo lo ha hecho recuperar la sonrisa y al parecer ha recordado que no tiene la edad de Yoda, sino la de Luke cuando era su aprendiz.

Y no es que yo sea chismoso, pero me muero de ganas porque me cuente lo que es.

Estoy ocupado haciendo tantas suposiciones que no me doy cuenta que llegamos al carrito de hot dogs hasta que el olor a salchichas remojadas del día anterior me abre el apetito. Dylan me entrega el mío y ambos caminamos con nuestro almuerzo a una pequeña banca que está por caerse.

Ah, ahora el verdadero vagabundo soy yo.

Uno bien vestido.

—Bueno, cuéntame —lo animo, dando un par de palmaditas en su hombro—. ¿Qué es tan importante que merece este manjar de dioses?

Muerdo mi hot dog con ganas. No puedo creer que aún tenga tanta hambre después de ese tremendo pretzel que robé, soy un monstruo. Hibernaré después de esto.

—Bueno, Lina consiguió a mi primer cliente —confiesa, quiero poner los ojos en blanco pero también quiero que Dylan mantenga su emoción, así que no lo hago—. El chico con el que está saliendo hará una gran fiesta para su nueva película. Así que yo organizaré el gran evento, Lina dice que la casa es enorme...

No digo nada al respecto, sólo espero a que termine de enlistar el tipo de luces que pondrá en cada área de la casa. Mi hermano siempre ha querido ser planner de eventos, y no es que tenga nada de malo, es una excelente opción de negocio... si no eres Dylan.

El robo perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora