Superman

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。 ₊°༺ ✯ ♜ A S P E N ♜ ✯ ༻°₊ 。

—Qué bien trabajas, Aspen. Ahora sé por qué tu padre dice que eres "el diamante de la familia".

—Siempre dice eso justo antes de venir a criticar absolutamente todo lo que hago —respondo, sin mover ni un sólo músculo del sofá—. Como sea, el diamante volvió a ser una roca.

—Wow, alguien debería llamar a Dwayne Johnson para decirle que piensas robarle el apodo.

No me río porque no puedo y porque su chiste no fue tan bueno. Collin se sienta a mi lado, aparentemente preocupado. Siento como si me hubiera arrollado un autobús y por un momento pienso en qué tan mala idea sería pedirle que me golpeé hasta que muera. No tardará mucho, Collin seguramente sabe cómo dar un golpe que me mate rápido.

—¿Qué tienes? —pregunta por fin—. Te ves horrible, ¿estás bien?

Siento como si mi corazón hubiera dejado de latir y mi estómago lo estuviera obligando a seguir... pero seh, bastante bien.

Bueno, ya, si soy melodramático. No le digan a Gigi que lo admití.

—Sí —suspiro, porque creo que no tiene caso preocuparlo—. Olvídalo. Todo está excelente.

Collin levanta una ceja.

—Ajá... Si logras repetir esa frase con una voz que no me haga querer lanzarme a un acantilado sin paracaídas, te creeré.

—Mejor llévame al acantilado contigo —murmuro, cubriendo mis ojos de la luz con mi antebrazo—. Estoy harto de mi vida, es cómo una montaña rusa.

—Qué poético estás hoy... o tal vez deprimido, no sé diferenciar una de otra —confiesa, con tono cómico, pero al ver mi nula reacción me sacude un poco, tratando de que al menos muestre señales de vida—. ¿Qué? ¿Gigi te confesó cuántas veces te engañó?

Ya no sé cómo explicarle que nuestra relación estaba llena de acuerdos, Gigi tenía su vida aparte de la mía. Sólo pretendíamos querernos para el público... y un poco para nosotros mismos.

—Ojalá fuera eso —cierro los ojos, lamentándome por mi desgracia—. Pasó algo malo, Collin.

— ... ¿Oliver murió?

—¡No! —exclamó de inmediato, pretendiendo que mi corazón no está latiendo muy rápido al imaginarlo—. No, Oliver está bien... pero yo no.

—¿Tú? —pregunta, asiento—. Okay, ¿esto amerita un café... o una botella entera de tequila?

Me río. Bueno, pensé que no podría hacerlo en mucho tiempo, pero probablemente Collin es la única persona que podía lograr sacarme una sonrisa en momentos así.

Collin... y él.

—Podríamos empezar por el café.

Él sonríe, poniéndome una mano en el hombro cuando por fin decido levantarme.

—¿Maka?

—Maka —respondo desde aquí puedo oler el exquisito café que estamos por probar. Adoro esa cafetería, sus lattes tienen espuma con forma de gatitos—. Gracias por hacer esto.

—Oh, está bien, para eso existo —responde Collin, en juego—. Para resolver tus desastres y corazones rotos.

¿Cómo le digo que creo que esta vez es una mezcla de ambos?

Tonto, tonto, tonto.

A ver, por un lado me alegro de que me estrellara tan rápido con la realidad.

¿Quién diría que sólo hacía falta un beso para saber que Carter y yo no debemos estar juntos?

El robo perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora