Pinocho

829 131 196
                                    

。 ₊°༺ ✯ ♖ C A R T E R ♖✯ ༻°₊ 。

Soy un hombre simple.

Ja.

Ni yo me la creí. Lo único simple sobre mí es mi gusto culposo por las malísimas películas adolescentes y mi paladar de niño de cinco años. Sólo necesito nuggets en forma de dinosaurio y un vaso de leche con chocolate para ser feliz.

Bueno, y tal vez algunos extras. Hombres guapos, pizza, un par de baby mangos, música de Taylor Swift y a mi perro.

La fórmula de la felicidad.

Aunque ahora creo que podría reemplazar "hombres guapos" por sólo uno de ellos: Dany.

Ojalá pudiera decir que he podido disfrutar al máximo que venga a verme diario solo para besarme o desearme un lindo día. O los pequeños miles de regalos que me ha dado hasta este punto. Pero no. No lo he hecho porque desde que estamos saliendo, mis traumas también han decidido hacerlo, ni siquiera era consciente de que los tenía, pero desde que terminé con Will, ahora salen de mí, se sientan a desayunar conmigo y tengo a la maldita inseguridad y al miedo persiguiéndome por todos lados.

Eso o ya por fin me estoy volviendo loco. Qué triste, Andrea apostó que sería hasta que cumpliera setenta y me diera demencia senil.

Apuesto a que lo único que recordaría serían audios virales de TikTok y diálogos random de películas de Disney.

Volviendo al tema, creo que salir tanto tiempo con Will me había acostumbrado a sus constantes comentarios y yo me adormecía a propósito para que no me afectara cuando empezaba a decirme cosas como "ahora tienes más líneas de expresión", " tu cabello es de un tono extraño" o "te ríes demasiado alto".

Así que ahora, todos los días me la paso huyendo de esas inseguridades como si fueran un político en campaña.

Maldita sea.

—¿Carter? —me llama Dany, lo miro de inmediato y él sonríe. Ah, ¿por qué es tan lindo? ¿Por qué tiene que verse así cuando me siento como el mayor adefesio que ha pisado el planeta? —¿Pasa algo?

—No, nada —miento. De inmediato me toco la nariz para comprobar si sigue del mismo tamaño—. Sólo estoy... indeciso sobre lo que debería pedir.

Asiente y ambos volvemos la vista al enorme menú. Veamos, debe haber algo que me haga sentir mejor aquí. Un buen cóctel de amor propio o un plato sopero de autoestima me servirían.

También el número de un psicólogo.

—Buenas noches, ¿están listos para ordenar?

No, pequeño y lindo mesero, claro que no estoy listo para ordenar. Pasé quince minutos viendo mi reflejo en una cuchara y sólo llegué a la conclusión de que tal vez Will tiene razón y debería ponerme botox.

Puede que no sea tan buena idea. O sí. Sólo me aseguraré de que no sea la misma persona que se lo puso a Zac Efron.

—¿Carter? —vuelve a decir Dany, esta vez parece preocupado. Dios, es muy guapo para estar preocupado, si sigue así, pronto él también necesitará botox por mi culpa—. ¿Ya decidiste?

—Oh... quiero el salmón, por favor —termino diciendo.

Carter, eres increíble.

Ni siquiera me gusta el salmón.

El mesero se va mientras me juzga con la mirada. Entonces en realidad me veo anciano. Oh, no, podrían pensar que soy el sugar daddy de Dany, ¿no? Maldita sea, ya me imaginé los titulares de mañana en la mañana: "Chico guapo acosado por viejo decrépito".

El robo perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora