Suerte

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。 ₊°༺ ✯ ♜A S P E N ♜ ✯ ༻°₊ 。

Soy el hombre más desafortunado que ha caminado en este planeta.

Y no es que esté siendo dramático.

Es que todo pasó tan de repente que ni siquiera me dio tiempo de asimilarlo. Hace unas horas estaba tan estresado que pude haberme comido los documentos frente a mí sólo para no tener que verlos y de la nada ya estaba escondiéndome para viajar en helicóptero y estar en una especie de reality en el que Carter era el protagonista (o el villano) mientras William y la tonta amiga de mi hermano eran humillados frente a quinientas personas.

Fue una venganza exquisita, lo reconozco.

Y ahora, a las dos y media de la mañana, me encuentro camino al hospital en el mismo helicóptero que me trajo, con el mismo chico al que me he dedicado a molestar y hacer enfurecer desde los catorce.

Mi vida es tan normal.

Estoy seguro de que el piloto tiene en marcación rápida a la policía porque desde que subimos y le pedí que nos llevara al hospital tiene una cara de asustado que incluso me hizo dudar si no soy realmente un asesino en serie.

Aunque si lo fuera, no mataría a Carter. ¿A quién me divertiría molestando si él muriera? No tiene hermanos y Andrea me arrastraría por toda la calle si tan sólo hiciera el intento de molestarla.

Su cabeza está en mi hombro, y he tratado de no moverme mucho para no despertarlo. Aunque sé que no va a hacerlo gracias a lo que sea que William le haya dado. ¿Qué tan enfermo de la cabeza debes estar para que se te ocurra drogar a tu ex novio? ¿O a quien sea?

Ah, pero todos en Harvard me señalaron como loco cuando dije que William tenía algo raro. Incluso decían que parecía que estaba celoso.

Gente tonta. Me encantaría ver sus caras ahora mismo.

Carter murmura algo y tengo que moverme para asegurarme de que no despertó, por supuesto que no lo hizo, pero termina acomodándose hasta quedar recostado en mi regazo. Resoplo. Dios, ojalá hubiera bebido más, al menos así no recordaría nada de esto mañana. Tristemente, estoy más sobrio que un sacerdote.

Bueno, en realidad no sé si los sacerdotes beben. Supongo que la copa de vino que sirven durante la misa no será la única, ¿verdad?

¿De qué estaba hablando? Ni idea. Me duele la mano, tal vez debí pensar más en practicar boxeo cuando el papá de Collin me lo ofreció. Es que en ese momento parecía una decisión tan estúpida... ahora creo que el estúpido soy yo por haber golpeado a William sin tener idea de cómo dar un golpe.

No, no fue por Carter. Es que se lo merecía.

Casi pude ver los pequeños trozos de basura volando de su cuerpo cuando se cayó al suelo. Tal vez me excedí un poco, pero no podía dejar que se fuera así nada más.

Lo hubiera hecho por cualquiera.

Por un momento me tenso cuando Carter vuelve a moverse, pero pronto noto que sólo lo hace porque le incomoda la vibración de mi celular en mi bolsillo. Levanto su cabeza y lo saco rápidamente antes de dejarlo caer, él se queja, tal vez fui un poco brusco. Ups.

—Lo siento —susurro, Carter gruñe en respuesta, luego sube lentamente una de sus manos para cubrirse los ojos de la luz que emiten los pequeños foquitos en el techo del helicóptero. Yo trato de no pensar de qué está cubierto mi celular cuando lo contesto—. Hola, Collin.

Te llevaste el avión —es lo primero que dice, con la voz tan gangosa que tengo que preguntarme si en realidad es él, luego me río en voz baja—. ¿Por qué te llevaste el avión? ¡Yo no vuelo!

El robo perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora