Cleptómano

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。 ₊°༺ ✯ ♖ C A R T E R ♖ ✯ ༻°₊ 。

Lo voy a matar, lo voy a matar, lo voy a matar, me voy a matar, me voy a matar, me voy a matar, matar, matar, matar.

Qué bueno que nadie puede escuchar mis pensamientos o ya sería considerado el próximo Jeffrey Dahmer.

Sí podría ser un asesino en serie. Mataría únicamente a los presumidos y arrogantes llamados Aspen.

Sostengo mi celular con fuerza, como si eso fuera un determinante de qué tan rápido contesta Andrea. Ni siquiera sé para qué la quiero aquí.

¿Apoyo moral? ¿Planear el asesinato de Aspen? Ambas son grandes opciones.

—Carter, seguía dormida, así que más te vale que sea urgente.

—¡Aspen me robó al inversionista!

Acabo de darme cuenta que sueno como un niño de cinco años reclamando que le quitaron su paleta.

Una paleta de millones de dólares.

—¿Qué? —escupe, hasta acá huelo su aliento mañanero asqueroso.

—Aspen, ¿Kesington? ¿El demonio en traje? ¡Acaba de robarme a Robert Mills! ¡Se suponía que entrara a Craw pero Will me llamó y...!

—¿Cuántas cosas malas tienen que pasar para que entiendas que Will sólo trae desgracias a tu vida?

—Oye, ya basta —la corto—. No fue su culpa, fue de Aspen, ¿podemos por favor concentrarnos en mi crisis?

La escucho suspirar.

—Estaré ahí en diez minutos.

Me quedo frente a mi edificio porque, quién sabe, tal vez si lo descuido, Aspen podría tomarlo y llevárselo también.

Maldito cleptómano.

Creo que tenía mucho sin estar tan enojado. Podría gritar o podría lanzar huevos a KST y bailar danza irlandesa sobre los cascarones o sobre la cara de Aspen.

No, no creo que eso le guste a Mills. Probablemente sólo me ganaría una orden de alejamiento de su parte.

Además no sé bailar danza irlandesa.

De todas formas, ¿cómo se atrapa a un inversionista? ¿Cómo carajo hizo Aspen para que se fuera con él? ¿Fue dejando un camino de galletas de animalitos hasta que entró a su edificio?

No creo. Pero ahora quiero galletas de animalitos.

—Carter.

Me asusto tanto que doy un salto que bien podría ser calificado para las olimpiadas. Andrea arquea una ceja, no lleva ni una sola gota de maquillaje así que en verdad estaba durmiendo y tiene cara de querer matarme.

Aunque me gustaría que concentrara esa energía en matar a Aspen. Sería como tener mi propio perro de ataque, uno muy bien vestido.

—Deja de mirarme así —casi le ruego, ella pone los ojos en blanco—. Esto es muy malo, ¡papá va a ahorcarme!

—Debería dejarlo, la verdad —me responde, mirándose las uñas despreocupadamente—. Le has dado muchas razones para hacerlo últimamente: volviste con Will, eres la portada de Scandals, perdiste al inversionista...

—¡No lo perdí, sé exactamente dónde está! —grito, quiero reírme de mi propio chiste pero no es momento—. En serio, Andrea, ¡ayúdame!

—¿Qué se supone que haga? ¿Entrar a KST y traer de las orejas a Mills?

El robo perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora