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Esa noche ambos residieron en casa de la tía de Bradley siendo ella quien ofreció que así fuera. A Bradley le parecía mucho más cómodo el hotel pero tampoco quería rechazar la oferta de pasar una noche en el lugar que le traía lindos, aunque pocos, recuerdos familiares de su niñez. En el transcurso del día Max supo cómo ganarse la aprobación y el cariño de la mayor, si bien tener encantó para agradarle a cualquiera de cualquier manera era una cualidad suya bastante notable, había de admitir que no fue una tarea tan complicada con ella.
Pasar la noche juntos les fue de lo más placentero, esas pocas noches así eran lo mejor para Max después de no haberlo visto ni sentido en casi todo un año en qué se distanciaron. Algo que amaban ambos es el detalle que Bradley dijo sobre el lugar, casi todos los días eran lluviosos y esa noche no era la excepción. En ese punto de su relación el sonido de la lluvia era el clima perfecto para ayudarlos a dormir de lo más tranquilos.

— Bradley... — llamo Max a el castaño

— ¿Mmmm? — respondió el en un sonido apagado y debilitado

— ¿Sigues despierto? — preguntó sin poder distinguir esto debido a el antifaz que tenía Bradley en los ojos

— Si ¿Por qué? — preguntó en lo que parecía un quejido

— Eh estado pensando ¿Qué pasará cuando demos con ese hombre? Si de casualidad todo resulta como queremos que resulte ¿De verdad eso podría ayudar a que lo nuestro funcione? — preguntó el pelinegro temeroso

— Bueno... — suspiro — de no ser así tendremos que escapar del país a uno donde no nos conozcan ¿Te gusta suiza? — preguntó bromista pero con una voz que delataba su notorio cansancio

— Brad hablo en serio — insistió Max

Bradley se quitó el antifaz de los ojos y conecto sus ojos con los de Max dando una suave caricia a su mejilla con su pulgar. Max sonriente acurrucó su rostro en la mano del castaño.

— Te he prometido esto varias veces y nunca eh tenido el valor de cumplir esa promesa. Pero te juro, por mi madre, que está será mi última oportunidad para quedar bien con mi padre y al mismo tiempo seguir teniendo te a mi lado Max Goof. Si no sucede así, entonces mi familia dejara de existir para mí. Y está vez pienso cumplirlo, ya no quiero vivir sin ti. Así nuestro destino sea el nuevo Romeo y Julieta no me interesa, yo me quedaré contigo siempre y cuando no seas tú el único que ponga un obstáculo capaz de detenerme.

— Eso no sucederá, te lo prometo Bradley, yo tampoco quiero vivir sin ti.

— además, ahora hay una promesa que nos une — menciono Bradley tomando la mano de Max para besar justo el dedo que tenía puesto el anillo.

— así es.

— Es más, voy a poner fecha para esto ¿Qué tal en seis meses?

— ¿Seis meses? — dijo entre risas — Es muy pronto, ni siquiera habré acabado mi carrera.

— ¿Quieres esperar los tres años de carrera que te faltan? ¿Me vas a castigar de esa manera Goof? — preguntó Bradley de forma dramática y burlona

— Bradley por favor, no es para tanto.

— Un año, solo uno. Luego de eso me pierdes y ya no me recuperas — siguió con su tono burlón y dramático

Max entre risas acepto y lo beso hasta que Bradley tuvo que detenerlo excusándose con que no podía perder más horas de sueño o dejaría de ser hermoso. Volvió a poner el antifaz en sus ojos y ambos volvieron a abrazarse con fuerza teniendo intenciones de dormir profundamente. Esto hasta que Bradley volvió a quejarse.

— Max, estoy teniendo algo de calor contigo aquí ¿Podrías separarte aunque sea solo un poco? — apenas sintió como Max lo soltaba suspiro y le dio la espalda — gracias eres muy gentil. — fueron unas pisadas en el suelo lo que lograron confundirlo que se quitó el antifaz de los ojos y se dio la vuelta para ver qué había sucedido, en eso noto a Max sentado en el suelo sollozando de forma dramática — Dios, amor — se quejo entre risas.

Por la mañana les esperaba un delicioso desayuno de parte de la tía. Había huevo, tocino, waffles, jugo de naranja, café, fruta fresca recién cortada y otros manjares. A Max le pareció algo excesivo para ser solamente tres personas.

— ¿En serio comeremos todo esto? Creí que solo éramos tres aquí  — preguntó Max confundido

— Oh cielo, solo toma lo que creas conveniente para quedar satisfecho. Lo demás se puede dejar a los sirvientes si es que no se llenaron con su propio desayuno. — comento la dama sentándose a desayunar

Bradley y Max imitaron su acto e igual se sentaron a degustar los excelentes platillos. La comida era la forma de presumir de aquella mujer sobre que era una excelente ama de casa. De verdad creía tener un talento único para la cocina que nadie más podía igualar.

— Querida tía, todo esto es excelente — comento Bradley sonriente

— Lo se, me encanta superarme cada día más con lo que cocino. Muchas de mis amigas me han llegado a juzgar por ser yo la que se ensucia las manos en la cocina pero la verdad es que a mí me encanta, en ese aspecto me importan relativamente sus comentarios y disfruto de hacer esta actividad que además hace tan feliz a mi familia. Además, bien que se quejan pero les encanta mis galletas de mantequilla ¡Oh! Querido — se dirigió hacia Max — ¿Sabías que a él también tiene talento para cocinar? Definitivamente heredó el sazón de su querida abuela.

— ¿En serio? — sorprendido Max miro a Bradley — no sabía que cocinabas.

— No lo hago mucho, con mi padre lo tengo prohibido así que no es mucha mi práctica.

— Pero las veces que ha llegado a cocinar nos ha entregado unos manjares exquisitos. Cómo a los 5 años que hizo unos cupcakes encantadores. Verdaderamente nos alegro la tarde a mi, a su madre y a varias amigas nuestras de la infancia que a veces nos acompañan a compartir una agradable lectura.

— No sabía que conocía a la madre de Bradley desde joven

— ¡Oh si! Desde muy pequeñas somos inseparables. De hecho, fue por mi que los padres de Bradley se conocieron. Cuando mis padres me presentaron a su apuesto tío yo quedé encantada, pero en cuanto me enteré que tenía un hermano de inmediato pensé en mi querida amiga Jane y se lo presente de inmediato, aunque se rumoreaba bastante sobre tener un romance secreto con el mejor amigo de mi hermano. Ella siempre lo negó pero yo sabía que lo mejor para sacarla de esas suposiciones era que se comprometiera de una vez por todas. Fue entonces que los dos se conocieron y al poco tiempo, gracias a las mágicas y encantadoras palabras del padre de Bradley, terminaron casados.

— ¿Romance con el amigo de su hermano? Eso debió ser una locura — comento Max interesado en la historia.

— Oh si cariño, admito que incluso yo vi algunas inclinaciones de interés de parte de ambos pero el pobre chico no tenía ni donde caerse muerto. Vamos alguien moreno y además de cuna inferior, en esa época era el rechazo total. Nadie supo si logro conseguir el amor después de Jane se alajera pero si algo es seguro es que definitivamente debe extrañarla.

La mujer entusiasmada por contar toda la historia con lujo de detalles se puso de pie buscando una fotografía de aquel hombre y en cuanto la encontró se las mostró a ambos. Los chicos, apenas miraron el cuadro, quedaron sorprendidos al notar que se trataba del mismo hombre al que habían ido a buscar en primer lugar. Ambos tenían muchas preguntas que hacerle a la mujer.

Bad Romance ~ Maxley - cafeypanconazucar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora