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Ambos chicos estaban de lo más tranquilos, profundamente dormidos y sin ninguna preocupación. Solo disfrutaban de su cercanía y la paz que se daban el uno del otro. El sol ya hace un buen tiempo que había bañado a la habitación con su luz dorada pero ni eso fue capaz de despertarlos de su plácido sueño. No fue hasta casi la una de la tarde que el castaño se vio obligado a abrir sus ojos gracias al insistente sonido de su teléfono llamando por décima vez en la mañana.

— Maldición... — se quejo despertando poco a poco alzando su brazo hacia la mesita al lado de la cama tomando su teléfono y después contestar — ¿Hola? — dijo aún soñoliento sintiendo como sus ojos aún le pesaban

Max por su parte, aún un poco dormido, tomo la cintura de Bradley en sus brazos pegándolo a él.

— Jefe llega tarde a la junta, recuerda que iba a hablar con... — le recordó uno de sus empleados llamando desde la compañía cremanata

— Que lo pospongan hasta mañana y si no les gusta que se larguen. No haré ningún trato con ellos y tampoco tengo ganas de verlos. Me tomaré el día, te quedas a cargo.

— Pero señor...

Bradley colgó la llamada interrumpiendo sus palabras y volvió a recostarse suspirando con pesadez.

— ¿Problemas? — preguntó Max aún con los ojos cerrados

— Algo así, son solo diseñadores que insisten en darle un nuevo cambio de imagen a la estética a los hoteles y me tienen hartó. Hay situaciones de más gravedad a las cuales darles prioridad como para concentrarse en pequeñeces como esa — se quejo un poco sintiendo como el estrés volvía a él

— Bueno, es bien sabido que tú no eres muy fan de hacer cambios.

Bradley supo a lo que se refería, hace tanto tiempo le temía al cambio de aceptar sus sentimientos hacia alguien que era totalmente diferente a lo que el creía "era lo adecuado para él" y también temió al cambio de apartarse de su familia y cambiar todo lo que conocía por esos sentimientos, incluso temió el hecho de que el mismo estaba cambiando y no era el chico que el creía ser si no que siempre fue lo que su padre quería que fuera y por miedo a cambiar precisamente jamás se atrevió a descubrir como era el realmente pensando y actuando de forma independiente.

— Max... ¿Crees que pueda tener una mínima oportunidad de que todo vuelva? ¿Qué lo que teníamos vuelva?

Max dudo unos segundos sobre que decir. Era claro que eso era lo que más deseaba pero no sabía si siquiera era lo correcto.

— Bradley, tu y yo ya no somos nada. Y ambos sabemos que regresar a lo que fue va a ser muy complicado. Ambos tenemos pareja actualmente y simplemente yo no encajo con tu estilo de vida — explico Max un poco entristecido levantándose un poco para verlo directo a sus azules ojos.

— Max, si te soy sincero tu podrías besar a cientos de chicos o chicas y beber hasta olvidar lo que sientes por mi quizás teniendo algo de éxito. Pero yo jamás podría olvidarte, eres todo lo que necesito y todo lo que quiero. Quizás es parte de tu forma de ser olvidar y seguir pero simplemente yo no quiero olvidar y seguir. Yo quiero tenerte.

— Bradley, sabes perfectamente que no hay manera de que funcione. Ni siquiera es común una relación como la nuestra ante la sociedad común.

— Ahí va otra excusa, una estúpida razón más por la cual no debería verte. Pero no quiero escucharlas Max, ya no más. Tendrías que, simplemente, detener el estupido mundo para detener lo que yo siento por ti Max — explico un poco más frustrado

— ¿Y entonces qué? ¿Nos conformaremos con tener una aventura amorosa y sexual a escondidas de las vidas establecidas que tenemos?.

— Incluso con eso yo estaría conforme. No es justo lo mucho que he llorado y sufrido porque esto solo tiene más y más obstáculos, cada que nos acercamos es un mar de problemas y ni siquiera es malo lo que hacemos. Solo nos amamos ¿Eso es malo? ¿Amarse es lo malo? — preguntó Bradley mirando a Max entrando en desesperación mientras sentía sus ojos humedecerse — Todo lo que necesito es un poco de amor, amor verdadero y aire para respirar, me estoy ahogando en este maldito camino por el que voy.

Bad Romance ~ Maxley - cafeypanconazucar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora