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La mañana del sábado, el joven Cremanata recién llegaba a lo que alguna vez fue su hogar. Una enorme mansión bastante alejada de la sociedad citadina común. Apenas los neumáticos de su auto tocaron esas tierras las rejas que impedían el paso se abrieron. Siguió su camino hasta quedar frente a las puertas de, lo que poco consideraba, su hogar. Luego de salir del automóvil uno de los trabajadores de más alta edad se apresuro a tomar las llaves de este de las manos del chico. 

 - Joven Bradley, es un placer volverlo a ver después de tanto tiempo ¿Qué tal su estadía estudiantil? - pregunto el caballero de la manera mas amable 

- Bien, supongo - respondió sin mas con frialdad disponiéndose a entrar y enfrentar el infierno

(Recomendación: escuchar música clásica de su preferencia en esta parte para mejor experiencia) 

La ama de llaves, algo sobrevalorada en ese lugar aun para su época según el gusto y deseo del señor, abrió la puerta al chico y de inmediato se retiro sin articular palabra. Pocos trabajadores en esa casa tenían el permiso para articular palabra con la familia Cremanata desde hace tres generaciones pasadas. Apenas entrar, Bradley noto la imponente presencia de su padre con un puro en la boca humeante hasta mas no poder y una mirada tan seria y pesada como de costumbre. A su lado un gramófono reproduciendo la música clásica con melodías mas exquisitas y  las tonadas más hipnotizantes. Por instinto propio, el castaño enderezo su postura y respiro profundo de la manera mas silenciosa posible para tomar valor.  

- Padre - Hablo en voz alta para anunciar su presencia ocultando sus manos tras su espalda y reflejando seriedad en todo momento. Al no recibir respuesta continua con la palabra - supe que deseabas verme con urgencia.

El mayor solo respondió con un gruñido ronco y grave, comenzó a caminar directo a su oficina dándole a entender a su hijo menor que deseaba que lo siguiera. El castaño, ya acostumbrado, entendió al instante y le siguió el paso en silencio. Apenas entraron el mayor ordeno que cerrara la puerta y el obedeció. Ambos tomaron asiento, su padre en su escritorio y Bradely en el asiento que estaba frente a él. Mirándose fijamente ninguno articulo palabra en unos segundos silencioso que parecieron toda una eternidad por la tensión del momento. Lo único audible fue el tictac de un gran reloj de péndulo de unos cuantos pasos de lejanía. Bradley trato de seguir mostrándose neutro y tranquilo, aunque sus temores, como siempre, estaban a flor de piel, como siempre que lo ve con esas grandes cejas fruncidas y los ojos fijos en el casi de manera asesina. Por un momento pensó en la posibilidad de que su padre se hubiera enterado sobre su visita en el hospital para ver el estado de Max o, peor aun, la visita a su casa. Claro que este miedo desapareció cuando la voz grave del mayor finalmente hablo. 

- Le pedí a tu madre que te llamara porque hay un asunto de suma importancia que necesito hablar contigo Harrison - explico el mayor sin apartar su vista de él.

Bradley ahogo un quejido pero no puedo evitar rodar los ojos molesto por el simple hecho de escuchar su segundo nombre, el cual no era mucho de su agrado y escuchar que alguien lo mencionara no le hacia ninguna gracia. 

- Como bien recordaras, hace poco que fue la boda de tu hermano.

- hace unos dos años, si lo recuerdo pero eso no fue hace tan poco tiempo ¿Pero eso a que viene? - pregunto él castaño confundido 

Él mayor se puso de pie y camino hacia la ventana mas cercana para observar la vista de la mañana primaveral entre sus jardines perfectamente bien cuidados bañados por el resplandeciente sol y el aire fresco moviendo las hojas de los arboles y las flores puestas ahí por el deseo de su esposa. Le complació ver la fuente en medio de todo en perfecto estado y funcionando correctamente como debía ser. 

Bad Romance ~ Maxley - cafeypanconazucar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora