~Epílogo~

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La vida después del matrimonio puede llegar a ser algo hermoso, pero también tiene sus pequeños momentos de caos. Entre leves discusiones por temas de mínima relevancia y algunos que otro desacuerdo, al final del día todo se logra resolver gracias al maravilloso poder de un inmenso amor que, gracias a que sufrió tanto, con cada caída solo se volvía más fuerte.

Así era el caso de Max y Bradley Cremanata. Siendo tan diferentes algunos desacuerdos siempre terminaban por hacerse presentes. Pero, eran también sus diferencias lo que los hacía tan especiales. Se complementaban perfectamente uno con otro y así como se conocieron, el amor odio ya era un tipo de amor muy en ellos. Con más amor que odio a decir verdad.

Ambos chicos continuaron su carrera universitaria. Bradley volvió a la administración de empresas y Max siguió con su ingeniera en sistemas además de una licenciatura en música. La única diferencia es que mientras que Max tenia que seguir en la facultad, Bradley se daba el lujo de continuar su carrera a través de internet por computadora y que así no intermediaria tanto con el aspecto laboral.

Claro que, el hecho de Max siga asistiendo a la facultad, no impedía que ambos pudieran vivir juntos en su pequeño hogar. Una bella casa de dos pisos de un inmenso tamaño, aunque sin llegar a la exageración de una mansión. Un hogar común para una familia muy bien acomodada económicamente tratándose de Estados Unidos. Además de que la casa contaba con un inmenso jardín, del cual Bradley disfrutaba a través de la vista de su ventana y que además planeaba que se disfrutará por alguien más en el futuro.

Los años volaron como hojas secas que se lleva la brisa del otoño. Bradley se graduó antes que Max y logro que su agenda se acomodara de tal manera en que pudiera asistir a aquel evento. Fue una gran fiesta y todos sus compañeros de trayectoria a través de años de aprendizaje le hicieron saber al chico cuánto iban a extrañarlo a él y a su racha de victorias en los juegos extremos.

Luego de eso llegó la enorme cantidad de felicitaciones por parte de familia y amigos cercanos. Tanto sus padres como su pequeña hermana le hicieron saber lo enormemente orgullosos que estaban de él.

Pedro, como siempre, daba a conocer su idea de que aquella carrera no le traería un futuro prometedor pero igual demostró estar feliz por el muchacho.

Finalmente llegó la parte que más amaba, el cálido abrazo junto con las encantadoras palabras de su ahora esposo. El cual no solo le otorgó eso, si no también un hermoso ramo de flores, dejando boquiabiertos a los demás graduados.

La noche se celebró con un exquisito asado por parte de Pedro y Goofy en la casa de la pareja. Celebración a la cual también asistieron los mejores amigos de Max con sus respectivas parejas. Incluso la madre y hermana de Bradley asistieron dándole regalos al pelinegro por su nuevo logro.

La noche fue agradable, todo estuvo lleno de risas y alegría. Sin duda uno de los mejores recuerdos que los chicos guardaría muy bien en su memoria y en fotografías.

Por un momento Max se sumió en su propia mente para observar su alrededor. Hace años consideraba que solo estaban su padre y él. Solo serían ellos dos por siempre y estaba bien. Pero el estar bien no significa que no pueda ser excelente.

Solo le basto ir a la universidad y prestarle atención a un competitivo chico en una cafetería para que todo su mundo girará más que las acrobacias que hacía en patineta. Ahora estaba casado con aquel competitivo chico, tenía una maravillosa madre quien agrego a la familia una pequeña hermana. Sus amigos seguían estando ahí pero ahora con parejas que ahora eran como amigas hermanas para él. Simplemente una gran familia la cual agradecer. Además de también los Gammas, buenos amigos, que como siempre, llegaban tarde a todo pero siempre con buen humor.

Bradley se tomó el tiempo también para observar, su familia paso a ser de una gran elegante mesa con linaje de oro a una pequeña mesa de madera en el jardín con más amigos que familia de sangre, limitándose a su madre y hermana. Siendo sincero consigo mismo, era mucho mejor. No odiaba a su familia del todo, pero hay una gran diferencia entre una familia de sangre y una familia que te ama con inmensidad más allá de formalidades.

Los dos estaban completos teniendo más de lo que podían pedir y viviendo con la sencillez que puede entregar la felicidad verdadera.

Entre toda esa idea, Bradley tuvo una pequeña idea, algo que podría mejorar la situación aún más.

Una vez los invitados se fueron y quedaron los dos chicos a solas en su habitación dispuestos a dormir profundamente, Bradley decidió compartir su idea.

— Galán... — llamo con suavidad mirando al suelo mientras se encontraba sentado sobre la acolchonada y cómoda cama.

— ¿Eh? — preguntó Max del otro de la cama distraído en su teléfono

— Tengo una idea... Un poco loca.

— ¿Del tipo de ideas que te deja agotado? — preguntó Max de manera juguetona

— No tonto — respondió entre risas — es algo más.

— ¿Qué cosa? — preguntó el pelinegro ya confundido

— ¿Y si adoptamos?
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⏰ Última actualización: Sep 16 ⏰

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