Capítulo Diez

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Harry abrió la puerta con cuidado y entró en la habitación. La estancia estaba inundada de luz natural que se filtraba a través de las ventanas altas, las cortinas blancas se mecían suavemente con la brisa del verano. El clic suave de la puerta al cerrarse resonó en el silencio, haciendo que Harry se sintiera un tanto nervioso, aunque no podría haber dicho exactamente por qué.

Al levantar la mirada, se encontró con Louis, erguido con una ceja arqueada en medio de la habitación. El camisón blanco que llevaba puesto era etéreo, dejando entrever pero sin revelar, un velo sutil sobre su figura esbelta y sus delicadas curvas.

—¿Quién te ha permitido entrar en mis aposentos?

Harry se detuvo un momento, sin aliento ante la presencia. Observó cada detalle, desde la forma en que la luz bañaba el color chocolate de su cabello hasta el brillo en sus ojos azules.

Un aroma cálido y acogedor inundó el aire cuando Harry se acercó un paso más, casi sin poder contener la atracción que sentía hacia el omega. Su corazón latía con fuerza en su pecho, mientras se esforzaba por encontrar las palabras adecuadas.

—No lo sé, yo... —tartamudeó Harry.

Louis dio un par de pasos hacia adelante, su aroma de omega llenando el aire y envolviendo a Harry en una sensación embriagadora. Una de las mangas de su camisón se deslizó suavemente sobre su hombro, revelando la piel pálida y sedosa de Louis. Con despreocupación, el omega volvió a acomodar la tela, sin importarle el efecto que tenía en Harry.

—Estás actuando de manera irracional, Vizconde.

—Necesitaba verte —respondió Harry en un susurro, cayendo de rodillas frente al omega, quien lo observaba con una mirada de superioridad desde lo alto.

De un momento a otro el omega se paró justo frente a él, y Harry envolvió desesperadamente una de sus piernas con las manos, hundiendo su rostro en la cadera de Louis.

—Por favor...

—¿Por favor que? —inquirió Louis. Uno de sus pies se dirigió hacia la entrepierna de Harry y presionó.

Harry siseó de placer, y Louis, con mano firme, agarró su cabello y lo tiró hacia atrás con brusquedad.

—¿Te estoy causando dolor? —preguntó el omega, aumentando la presión con el pie.

Harry se estremeció y negó con la cabeza, apretando más fuerte su agarre en el camisón de Louis. Levantó la vista, sus ojos nublados se encontraron de nuevo con los azules que lo miraban con desdén.

—Louis...


Harry despertó abruptamente, sus ojos abriéndose de golpe cuando una voz ajena irrumpió su sueño. Incorporándose en la tina, sus ojos verdes se dirigieron cautelosos hacia la figura masculina que se destacaba en la entrada, un aire de vulnerabilidad cubriéndole al notar su propio estado de excitación oculto bajo el agua.

—Señor, ha llegado una visita. Lady Caroline y Lady Genevieve se encargan de atenderle —anunció el criado.

—¿Qué visita?

—Su hermana ha solicitado que se mantenga como una sorpresa.

Una sonrisa se formó lentamente en los labios de Harry.

—Gracias. Estaré abajo en un momento.

Con renovada disposición, Harry se vistió y descendió por las escaleras, sus pasos resonando con un eco sutil en la mansión. Al llegar a la sala, divisó a su hermana y su amiga, elegantemente dispuestas como de costumbre.

Intrigues of Nobility 〔omega!louis〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora