Capítulo Veinte

146 18 2
                                    

Luego de la acalorada discusión, Louis y Harry regresaron juntos a su residencia. Durante el trayecto, sostuvo la mano de Harry en su regazo. Aunque su esposo no pronunció palabra alguna, giraba la cabeza hacia él con frecuencia.

Al llegar a la mansión, ambos se encaminaron a sus respectivas habitaciones, aunque Louis tenía en mente un plan distinto. Solicitó a Fred, con tono discreto, que le preparara un baño y que fuera lo más reservado posible para no alertar al personal.

Una vez a solas en la bañera, sé sumergió en el agua caliente, lavando su cuerpo con meticulosidad y determinación. Deseaba estar impecable, sin rastro alguno de suciedad.

Mientras el agua se enfriaba, Louis emergió, secándose con esmero. Ante el espejo iluminado por la luz de la chimenea, examinó su cuerpo desnudo. Las cicatrices en su espalda, brazos y las magulladuras en sus rodillas eran testigos mudos de sufrimientos pasados, recuerdos de una fragilidad que no estaba seguro de querer exponer.

Durante demasiado tiempo, había dejado que sus inseguridades, acalladas pero presentes, dictaran los límites de su vida. La vulnerabilidad de sus marcas, trazos evidentes de su historia, había sido un obstáculo insalvable, una barrera que le impedía alcanzar la intimidad que tanto anhelaba. Sin embargo, la figura de Harry se erguía como una promesa de algo distinto. Cada mirada, cada gesto de su esposo había empezado a desdibujar esos límites, y ahora, Louis se sentía irresistiblemente atraído hacia él.

Decidido, se vistió con un camisón de lino, añadiendo una bata para cubrirse. Con una vela en mano, se dirigió a los aposentos de Harry, moviéndose con sigilo por los corredores oscuros. Abrió la puerta con suavidad y, al entrar, apagó la vela con un suave soplido, dejándola sobre una mesa cercana.

Harry yacía en la cama, profundamente dormido, con el torso desnudo visible bajo las sábanas desordenadas. Louis lo observó por un momento, notando el aire de agotamiento en su semblante. Se preguntaba si había perdido el sueño a causa de sus recientes tensiones.

Con cautela, se quitó la bata, dejándola en el respaldo de una silla antes de acercarse al lecho. Se arrodilló sobre el borde de la cama y, con delicadeza, depositó un beso en el pecho de Harry. El calor de su piel, junto con su aroma familiar, le brindaron una sensación de seguridad que tanto anhelaba. Con la nariz reposando contra el torso del alfa, absorbió aquel confort antes de susurrar:

—Harry.

El alfa abrió lentamente los ojos, parpadeando mientras su mirada se enfocaba en Louis. La sorpresa inicial en sus ojos verdes pronto se transformó en una cálida sonrisa.

—Hola —murmuró, alzando una mano para acariciar su rostro.

Impulsado por un deseo que había contenido durante mucho tiempo, Louis se inclinó para besar los labios de Harry. El contacto comenzó suave, pero rápidamente se tornó más urgente y desesperado. Louis gimió en su boca, subiéndose a la cama para posicionarse a horcajadas sobre sus caderas. Harry, en respuesta, se sentó, rodeando su cintura con sus fuertes manos, intensificando el beso.

Su movimiento sobre Harry era instintivo, sus caderas ondulando con una necesidad primigenia. Harry lo sostuvo con firmeza, ayudándole a mantener el ritmo de sus caderas chocando mientras el deseo aumentaba. Los labios de Harry descendieron al cuello de Louis, besándolo con calor, haciendo que echara la cabeza hacia atrás en un gemido silencioso.

—Ah... —susurró Louis, sintiendo cómo su camisón se humedecía. La sensación de su propio cuerpo reaccionando era abrumadora y nueva, pero no podía detenerse.

Harry, con manos expertas, comenzó a deslizar la ropa de Louis hacia arriba. El omega, aunque avergonzado, permitió que la prenda se deslizara por encima de su cabeza, revelando su cuerpo desnudo. Harry dejó caer la prenda al suelo, tomándose un momento para admirarlo con una mirada intensa que lo hacía sentir expuesto y deseado al mismo tiempo.

Intrigues of Nobility 〔omega!louis〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora