Capítulo Diecinueve

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Louis despertó en medio de la noche, sumido en un profundo malestar. No era el dolor habitual que había experimentado hacía días, sino una necesidad ardiente que lo consumía desde adentro. Se incorporó en la cama, apartando las mantas con urgencia, y se dio cuenta de que su miembro estaba endurecido bajo el camisón, pulsando con deseo. Su corazón latía desbocado mientras se daba cuenta que su trasero se sentía resbaladizo. Exploró con una de sus manos entre sus piernas encontrando sus mejillas completamente empapadas.

¿Qué está sucediendo?

Sentía como su cuerpo ardía, como su miembro se rozaba contra la tela, provocándole escalofríos que no se atrevía a calmar con el tacto. El pánico casi se apoderó de él, y decidió salir de su habitación. Rápidamente, tomó una bata y se envolvió en ella, determinado a correr hacia los aposentos de Frederick en busca de ayuda.

Al salir al oscuro pasillo, no vio a nadie a su alrededor. Con pasos silenciosos, intentaría avanzar desde el piso superior hacia el piso de servicio. Mientras recorría los pasillos, percibió un aroma tentador y fuerte que hizo que su miembro se crispara y más líquido se deslizara por sus muslos.

Harry.

Avanzó rápidamente hasta la puerta de su habitación y entró sin vacilar. A la luz de la luna que se colaba por la ventana, Louis vio la figura de Harry tendido sobre su espalda. Un brazo musculoso descansaba sobre su cabeza, el otro extendido a su lado. Lo poco de cordura que le quedaba le hizo acercarse lentamente en lugar de lanzarse hacia él.

El amplio pecho desnudo de Harry se elevaba y bajaba en una respiración tranquila. La vista hacía que sus pezones se sintieran como dos botones duros y sensibles.

Frente a él estaba el objeto de su deseo, el macho que podría calmar el fuego que le comía por dentro.

Con un movimiento rápido, se quitó la bata y levantando su camisón hasta las rodillas, se montó sobre las caderas de Harry, meciéndose con urgencia. Unos instantes después, sintió que Harry empezaba a endurecerse bajo él.

Un gemido somnoliento escapó de los labios del alfa.

—¿Mmh? —Murmuró, aún adormilado, y al siguiente momento lo apartó de su lado de la cama—. Louis, ¿qué estás haciendo?

Louis frunció el ceño confundido, abriendo las piernas hacia Harry, sabiendo que el olor le atraería.

—Te necesito...

Con una rapidez inusitada, Harry se levantó de la cama, corrió a coger una manta y cubrió a Louis con ella.

El omega frunció el ceño y miró al hombre parado a poca distancia. Harry, con una prominencia notoria bajó sus pantalones de dormir, se le antojaba irresistiblemente tentador sentirlo profundamente dentro de su cuerpo. Se estremeció soltando un gemido y se despojó de la manta que lo cubría.

—Olvidé decirte sobre el celo.

Louis lo miró confundido y avanzó hacia él nuevamente. Harry rápidamente tomó una bata y se la puso apresuradamente, ajustándosela firmemente frente a él.

—Louis, he llamado al servicio. Frederick viene y te llevará de vuelta a tu habitación.

Louis negó con la cabeza, comenzando a desprender los botones delanteros de su túnica. El alfa no podía estar rechazándolo. Pero en un movimiento rápido Frederick entró.

Louis le gruñó, frustrado porque le interrumpieran y aún más enojado porque no quería a ningún otro omega cerca en ese momento.

—¡Fuera! —gritó, pero su criado no le hizo caso. Lo envolvió por completo con la manta, restringiéndolo dentro, y con la ayuda de dos sirvientes que llegaron detrás de él, lo arrastraron de vuelta a su habitación.

Intrigues of Nobility 〔omega!louis〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora