Capítulo Dieciocho

130 18 0
                                    

La luz que se filtraba a través de las altas ventanas era fría y gris, haciendo que la atmósfera del lugar pareciera aún más sombría. Harry estaba sentado en una de las sillas de madera rígida, la espalda recta pero adolorida.

Después de tres días en el hospital, Louis seguía en su cama, atendido por las enfermeras y vigilado por el personal médico. Los días habían pasado lentamente, llenos de visitas breves a su cabecera, donde apenas había encontrado consuelo en su presencia silenciosa. La ansiedad lo había acompañado en cada momento, como una sombra inseparable.

La sala de espera estaba decorada con austeridad: muebles de madera oscura, una mesa central con algunas revistas médicas y un jarrón con flores marchitas. En un rincón, una estufa de hierro fundido intentaba caldear el ambiente, aunque sin mucho éxito. El murmullo lejano de conversaciones y el ruido de pasos apresurados en los pasillos creaban un eco constante, un recordatorio del ajetreo del hospital.

Harry alzó la vista cuando la puerta se abrió y entró la Dra. Pritchard, su expresión seria pero amable. La médica, con su bata blanca y maletín en mano, se dirigió hacia él con pasos decididos.

—Señor Styles, necesito hablar con usted. Por favor, acompáñeme a mi oficina.

Harry se levantó de inmediato, su corazón latiendo con fuerza ante la perspectiva de noticias sobre Louis. Asintió con firmeza y siguió a la doctora a través de los pasillos estrechos y fríos del hospital. Pasaron por puertas numeradas y habitaciones ocupadas, hasta llegar a una puerta de roble macizo con una placa de bronce que decía "Dra. Pritchard".

La médica abrió la puerta, permitiendo que Harry entrara primero. La oficina era pequeña pero ordenada, con una gran ventana que dejaba entrar la luz difusa del día. Un escritorio de caoba ocupaba el centro, cubierto de papeles y libros médicos. Las estanterías estaban llenas de volúmenes encuadernados en cuero y frascos de vidrio con diversas sustancias. El ambiente olía ligeramente a desinfectante y tabaco.

—Siéntese, por favor —dijo, señalando una silla frente al escritorio.

Harry se sentó, tratando de mantener la entrelazadas en su regazo.

—Doctora, ¿cómo está Louis? ¿Hay alguna noticia?

La Dra. Pritchard se acomodó en su silla, tomando un profundo respiro antes de hablar, sus ojos fijos en los de Harry con seriedad.

—Hemos estado monitorizando su condición de cerca y, lamentablemente, hemos identificado un problema muy serio.

Un nudo se formó en su garganta, y su mente se debatía por procesar la gravedad de aquellas palabras.

—¿Qué clase de problema? —preguntó, su voz apenas un susurro.

La doctora se inclinó hacia el frente, apoyándose sobre sus codos antes de hablar.

—Le hicimos un lavado de estómago y descubrimos que tenía en su sistema un tipo de medicamento altamente ilegal, Señor Styles.

Harry frunció el ceño, la confusión nublando su expresión.

—¿De qué se trata?

La doctora le dirigió una mirada severa, un destello de juicio en sus ojos.

—¿Es usted consciente de que Louis ha estado consumiendo inhibidores?

Harry sacudió la cabeza, incrédulo ante tal revelación.

—Eso es imposible.

—Bueno, parece que lo ha estado haciendo durante años a juzgar por las reacciones tan violentas de su cuerpo. Que haya sobrevivido la otra noche es un milagro. Si no hubiéramos actuado con rapidez, es posible que hubiera sucumbido a una hemorragia interna. Es crucial que Louis deje de tomar este medicamento de inmediato y que sigamos un régimen de cuidado para mitigar los efectos —dijo la doctora, comenzando a escribir en una hoja.

Intrigues of Nobility 〔omega!louis〕Donde viven las historias. Descúbrelo ahora