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—Maldición Sunghoon! Esto vale mucho dinero.—dijo Jay mientras una semana antes, veía el reloj que Sunoo le había regalado al alfa.

—Si, bueno. Veré la forma de devolvérselo.—respondió Sunghoon arrebatando el reloj de sus manos.

—Para Sunoo veinte mil dólares no son nada.

—¿¡veinte mil dórales!?—dijo boqueando sorprendido.

—Si, al menos unos veinte.—sonrió Jay.—Pero para el, eso no es nada. Así que no te sientas tan mal por ello. Recuerda los ricos manejan autos más caros que tu casa.

—Ni siquiera tengo una casa.—se burló de él mismo.

—Bueno, pero tu abuela tiene una y algún día será tuya.

—Espero que pase mucho tiempo antes de que eso suceda y prefiero trabajar por ello.

—¿Estas enamorado?—preguntó Jay.

—Un poco, si.—murmuró porque ya no podía esconderlo.

—Sunghoon amigo.—rió Jay.—No deberias.

—Lo sé. Tal vez si le digo a Sunoo la verdad...

—¡Oh! No lo sé. Puede que te lleves una decepción...

Sunghoon quería creer en ello. Quería creer que Sunoo lo amaría a pesar de todo. Aquella tarde, mientras se acurrucaban después de follar. Sunoo le dijo finalmente que lo presentaría a sus padres y Sunghoon sabia que antes tendría que decirle toda la verdad.

Ese día nunca llegó. Sunoo descubrió todo.

Se había equivocado. Sunoo estaba furioso y fue peor de lo que imaginó. Sunoo lo despreciaba, despreciaba al verdadero Sunghoon. El alfa le había mentido pero lo amaba, no le importaba nada más que ese hermoso omega mimado. ¿Dinero? Eso no era lo que le gustaba de él. Si hubiese podido elegir algo diferente en Sunoo, sería eso. Pero era un pensamiento demasiado egoista.

Sunoo se merecía el mundo entero.

Todos aquellos insultos que le dijo eran ciertos. La verdad dolía, siempre dolía. Sunghoon sabia que era un don nadie, un simple mecánico mentiroso y pobretón que lo había engañado y robado.

Estaba avergonzado pero dejo al omega descargar todo el coraje. Lo merecía.

Al día siguiente, como era de esperarse, lo despidieron del trabajo. Sunoo había hablado con el gerente y le había dicho que tomaba los autos para encargos personales.

Ahora tenía que pagar el reloj de Sunoo y estaba desempleado.

Acudió a Ni-ki. Ambos hacían reparaciones de autos en el garage de casa de Ni-ki ,para obtener dinero extra pero no tenían las herramientas suficiente así que no había muchos clientes últimamente.

Sunoo le escribió un día después de ser despedido.

Sunoo
Recuerda que tienes una semana para devolver el jodido reloj.

Sunghoon
Sunoo, yo no puedo hacerlo en una semana. Solo dame una semana más y tendrás el reloj. No tengo trabajo ahora y me costará un poco más conseguir el dinero.

Sunoo
¡Ja! Por supuesto que no tienes trabajo. ¡Espero que con eso aprendas a no volver a tomar lo que no es tuyo! Una semana más Sunghoon. Si en dos semanas no devuelves el reloj, irás a prisión. Voy a asegurarme de que te arrepientas de haberme engañado.

Bueno, al menos ahora tenía dos semanas. Si encontraba un trabajo podría pedir un préstamo al banco y pagar el dinero, pero después de 4 días, Sunghoon aún seguía sin conseguir un empleo.

Inocente Mentiroso || Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora