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—¿Has conseguido algo?.—preguntó Sunghoon a su amigo faltando menos de una semana para cumplirse el plazo que Sunoo le había dado.

—Hay algo...—resopló el alfa mayor.— Sunghoon, no sé si sea lo correcto. Es muy arriesgado...

—¿La paga es buena?—interrumpió Sunghoon.

—Ocho mil dólares si ganas. Tres mil, si pierdes.

—Voy a ganar, puedo hacerlo Ni-ki.

—Sunghoon, hace mas de un año que no peleas de verdad. Tu abuela...

—¡Mi abuela estará peor si se entera de lo que hice! ¡Sobre todo si voy a la cárcel!—interrumpió Sunghoon exasperado.

—Está bien, si crees que es lo mejor. Les diré que aceptas. Si pierdes...

—¡No lo haré, Ni-ki! Tengo que devolverle su dinero a Sunoo.

—Pero tú no lo robaste, Sunghoon. El te regalo ese reloj.

—¡Lo engañé! Engañé a Sunoo, lo hice creer que era alguien distinto. Tengo que devolverle su reloj. Al menos con eso tal vez sienta que no fui tan imbécil.—Sunghoon pasó las manos por su cabeza.—Yo, no puedo seguir soportando su desprecio. Viene aquí y me dice todas esas cosas que son verdad y duele Ni-ki, duele como el demonio.

—Lo sé.—asintió Ni-ki a su amigo.

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Sunghoon recibía a diario la visita de Sunoo, ya sea en el bar o en aquel taller por las tardes. En los ratos libres que le quedaban, el alfa entrenaba duro para la pelea que su amigo había aceptado. Le pagaría finalmente a Sunoo y continuaría con su triste vida.

—¿Van a seguir viniendo aquí a molestar?— preguntó Ni-ki en tono hostil a los omegas que recién llegaban por cuarto día consecutivo.

—Solo me aseguro que tu amigo no huya.—dijo Sunoo mirando con una mueca molesta el lugar.

—Sunghoon, no va a huir, omega. Vayan a casa. Si están aburridos vayan de compras gastar el dinero de sus padres.—respondió Ni-ki.

—Sunoo, mi nombre es Sunoo.—respondió el rubio molesto poniendo las manos en su cintura.

—¡Si, si! Como sea. No digan que no se los advertí, este lugar es peligroso por las noches.—advirtió el alfa para volver a su trabajo.

Minutos mas tarde un Sunghoon sudoroso y sin camisa entró al garage para continuar con su trabajo. Tenía que reunir todo el dinero necesario para pagarle a Sunoo en caso de perder esa pelea, y por supuesto seguir ayudando en casa.

—¡Ponte una camisa!.—bufó Sunoo apenas lo vio.

—¿Qué haces aquí Sunoo?—Preguntó Sunghoon tallándose el rostro molesto.

—Me aseguro de que tengas mi dinero a tiempo, pero por lo que veo...no será así.—dijo refiriéndose al único auto que tenían en servicio.

—Lo tendré Sunoo, te prometo que tendrás tu dinero.—murmuró Sunghoon.

Ambos omegas se sentaban al menos una hora ahí a "vigilar" a los alfas. Tecleaban en sus teléfonos y actuaban como dos cobradores molestos, pero lo que en realidad hacían era observar los torsos desnudos de Ni-ki y Sunghoon. Pero eso no lo decían.

—Tengo que hacer pis.—susurró Jake a Sunoo veinte minutos después.

—Acabamos de llegar. ¿No puedes esperar?—dijo bajito Sunoo y su amigo negó haciendo un puchero.

—¿Qué hacemos?—preguntó el rubio.

—Pídele el baño al alfa tatuado.—respondió Jake refiriéndose a Sunghoon.

Inocente Mentiroso || Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora