15💘

442 59 17
                                    

Sunghoon regresó a casa después de unos días, se había estado quedando con Ni-ki mientras los golpes de su rostro mejoraban. Le dijo a su abuela que estaba con Sunoo y que todo iba perfecto entre ellos. La pobre mujer estaba feliz.

Ya después se las arreglaría para explicarle que lo de Sunoo se había terminado.

Dejo el trabajo del bar y vendió su vieja moto para invertir en el taller con Ni-ki. Empezaría desde cero, trabajando duro y sin aspirar a cosas que no estaban a su alcance. Por las noches llegaba a casa agotado, física y mentalmente. Esperaba que pronto las cosas mejoraran y pudieran conseguir más clientes.

Esa noche no fue la excepción. Sunghoon deseaba llegar a casa, tomar un baño y comer algo rico cocinado por su abuela. Todos los días pensaba en Sunoo. Lo extrañaba, pero se había terminado. ¿Qué estaba pensando cuando creyó que podía llegar a algo con un omega inalcanzable?

Sunghoon entró a casa y el delicioso olor a comida hecha en casa invadió sus fosas nasales haciendo que su estómago gruñera.

—¡Abuela! Estoy en casa.—gritó.

—Cariño.—su abuela salió de la pequeña cocina sonriendo.—La cena está lista. Ve a lavarte, tenemos visitas.

—¿Visitas? ¿Qui-Quién....?.—la pregunta se atascó en su boca.

Sunoo salió de aquella cocina sonriendo.

—¡Sunghoonie! ¡Llegaste!.—chilló el omega emocionado y corrió a colgarse de su cuello.

El delicioso aroma a vainilla que tanto extrañaba golpeó a Sunghoon pero se recompuso.

—¿Qué haces aquí Sunoo?.—murmuró frunciendo el ceño.

—Yo vine, quería conocer a tu abuela. Ayude a cocinar, hicimos galletitas y comida deliciosa.

—Ve a lavarte cariño, cenaremos.—interrumpió su abuela.

—Espera, ¿puedo tener un minuto con Sunoo?.—Sunghoon arrastró a Sunoo a su habitación.

—¿Qué haces aquí Sunoo? Tienes que irte.—bufó el alfa.—¿Cómo supiste dónde vivía?

—Fui a tu antiguo trabajo y conseguí la dirección con un compañero tuyo.—Sunoo puso sus manos detrás y se balanceó como un niño pequeño con esa sonrisa tan hermosa que hacía a Sunghoon sentirse embobado.—Vine a conocer a tu abuela. Es tan linda y amable, me enseñó fotos de cuando eras bebé y cocinamos.—sonrió Sunoo.

—Sunoo, no puedes venir aquí.

—No respondías y yo te extraño.—Sunoo abrazó al alfa.

—Escucha Sunoo, se acabó.— dijo liberándose del abrazo.—Te dije que se había terminado. Tienes que irte.

—¡No! Ya te dije que lo siento Hoonie. Tienes que perdonarme.

—No hay nada que perdonar Sunoo.

—Entonces estaremos bien.—sonrió Sunoo.—Eres mi alfa y yo soy tu omega.

—¡No! Se acabó. No hay nada para nosotros.

—¿Sigues enojado?.—puchereo triste el omega.

—No se trata de eso. Se trata de que no podemos estar juntos. Te engañé ¿recuerdas? Esto es lo que soy.

—Y yo te amo así. Le hablé a mi madre de ti. Quiere cono...

—¡No Sunoo! Entiéndelo, somos distintos. No tengo nada que ofrecerte. No puedes estar con alguien como yo. Tú necesitas un alfa que te de todo...

—¡No quiero! ¡Te quiero a ti!.— pataleó.—¡Tu eres todo para mí!

—No podemos. Tampoco puedes venir a mi casa así.

Inocente Mentiroso || Sungsun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora