"¡Buenos días!"
Esa mañana, la luz del sol se filtraba por las cortinas de la sala, iluminando suavemente el espacio donde Adore y Peri se habían quedado dormidos en el sofá. El aire fresco de la mañana traía consigo un nuevo día, lleno de promesas y actividades por delante.
Adore, aún acurrucada contra Peri, sintió que algo la sacaba lentamente del mundo de los sueños. Era una sensación cálida y reconfortante, interrumpida por la percepción de que alguien la observaba con insistencia. Abrió los ojos perezosamente, parpadeando para ajustarse a la luz del día, y se encontró con Heysel, que la miraba con una sonrisa traviesa.
Heysel parecía estar disfrutando el momento, claramente entretenida por la posición en la que había encontrado a su mentora y a Peri. La niña no pudo resistir la tentación de hacer notar su presencia, y al ver que Adore estaba medio despierta, decidió que era el momento perfecto para anunciar su propia llegada.
Con una voz alegre y llena de energía, Heysel les gritó.
-¡Buenos días!-
El saludo resonó en la sala como un disparo de arranque, despertando de golpe a Adore y a Peri. Ambos se sobresaltaron por la sorpresa, moviéndose torpemente y cayendo del sofá en una maraña de brazos y piernas.
-¡Heysel!- Exclamó Adore, riéndose mientras se levantaba del suelo, sacudiéndose los restos de sueño y acomodando su cabello revuelto- Dios mío, qué manera de despertarnos- Se estiró un poco para desentumecer sus músculos y se inclinó hacia Heysel con una sonrisa llena de ternura- Buenos días, cariño-
Peri también se incorporó, sonrojado y un poco desconcertado por el despertar abrupto, pero esbozando una sonrisa al ver la energía contagiosa de Heysel.
-¡Buenos días, Peri!- Dijo Heysel, dándole una pequeña ola con la mano-
-Buenos días, Heysel- Respondió Peri, frotándose los ojos-Tienes una forma muy especial de hacernos empezar el día-
Adore, recuperando su compostura habitual, se acercó a Heysel y le preguntó suavemente
-¿Y qué te gustaría desayunar esta mañana, pequeña?-
Heysel la miró con entusiasmo, como si hubiera estado esperando exactamente esa pregunta.
-¿De verdad puedo desayunar lo que quiera?- Preguntó con los ojos brillantes de emoción-
Adore asintió, entretenida por la idea de qué podría elegir Heysel.
-Por supuesto, lo que quieras-
Sin dudar un instante, Heysel exclamó.
-¡Helado!-
Adore no pudo evitar reír ante la ocurrencia. La imagen de Heysel desayunando helado le parecía completamente adorable, pero sabía que tenía que ofrecerle algo más nutritivo.
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No me hablen de "Amor" {Peri/Poof y tú}
Fanfiction-¡Es su culpa ella no quiere seguir con el legado familiar!- -¡Bah! Ya no creo en el amor-