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"Nunca dejes de hacer eso que te sienta tan bien"
Adore estaba en casa con Dev, disfrutando de una tarde tranquila. El abuelo de Peri había tenido un problema inesperado, y Peri tuvo que salir apresuradamente para atenderlo, dejando a Adore y Dev solos. La casa estaba en silencio, salvo por el suave rasgueo del lápiz de Dev y el ocasional sonido de las tijeras y telas que Adore manejaba mientras trabajaba en sus diseños. Era un momento de calma que Adore apreciaba mucho; la compañía de Dev, aunque tranquila, llenaba el ambiente de una calidez reconfortante.
Adore levantó la vista de su trabajo para echar un vistazo a lo que Dev estaba haciendo. Para su sorpresa, el niño estaba dibujando con mucha concentración, y a medida que Adore miraba más de cerca, se dio cuenta de que estaba diseñando una prenda de ropa. Se sorprendió por lo detallado y bien hecho que estaba, especialmente para un niño de su edad.
Una suave risa escapó de sus labios, una mezcla de orgullo y ternura.
-Lo estás haciendo muy bien, Dev- Comentó con un tono amable y cálido-
Pero en lugar de recibir un agradecimiento o una sonrisa, Dev se sobresaltó, como si lo hubieran pillado haciendo algo terrible. Con una rapidez que desconcertó a Adore, arrancó la hoja de su cuaderno y la rompió en pedazos, dejando caer los fragmentos al suelo. El repentino cambio de comportamiento la dejó perpleja.
-Dev, ¿por qué hiciste eso? Tu diseño era hermoso- Dijo Adore, tratando de entender qué había pasado-
Dev, con los ojos llenos de un miedo inexplicable, murmuró una disculpa apresurada antes de levantarse y salir corriendo hacia su habitación, como si hubiera cometido un error irreparable.
Adore lo siguió, preocupada por lo que había sucedido. Entró en la habitación de Dev y lo encontró sentado en la cama, su pequeña figura encorvada y su mirada fija en el suelo. Se veía como un niño que había sido castigado, aunque Adore no entendía por qué.
Se sentó en la cama junto a él, con una expresión suave y llena de cariño. Sin decir una palabra, comenzó a acariciar su cabello rizado, dejando que el gesto hablara por ella. Dev no levantó la vista, pero no se alejó de su toque.
-Dev- Comenzó Adore en un susurro suave- Mi niño ¿por qué hiciste eso? Tu diseño estaba hermoso, tenías mucho talento-
Dev permaneció en silencio por un momento, antes de hablar en voz baja, como si tuviera miedo de ser escuchado.
-Un Dimadon no se dedica a mariconadas como la moda… ellos hacen dinero, no visten a mujeres tontas-
El comentario fue como un golpe al corazón de Adore. No podía creer lo que estaba escuchando, pero al mismo tiempo, entendía que esas palabras no eran realmente de Dev, sino algo que había sido inculcado en él por su padre. Adore sintió una mezcla de rabia y tristeza al darse cuenta de cuánto daño había hecho Dale Dimadon al autoestima y la percepción del mundo de su hijo.
