Cap. 26 | Sorpresa

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Las primeras horas de la mañana bañaban la Preparatoria Itán con una suave luz dorada. El aire era fresco, y los estudiantes apenas comenzaban a llenar los pasillos con risas y murmullos somnolientos. No había pasado mucho desde la entrada a la escuela, pero Tadano, con una expresión inusualmente seria, se acercó a Itadori justo al llegar al aula.

—Itadori-kun, ven conmigo un momento —pidió Tadano en voz baja, mirando de reojo a los demás estudiantes.

—¿Eh? ¿Qué pasa? —respondió Itadori, notando el cambio en el tono de su amigo.

—Es Gojo-sensei. Está buscándote —explicó Tadano, sin detenerse para dar más detalles mientras comenzaba a caminar hacia el exterior del edificio.

Intrigado, pero confiando en Tadano, Itadori lo siguió hasta un rincón apartado del campus, detrás de un viejo cobertizo que apenas se usaba. Era un lugar tranquilo, alejado del bullicio matutino. Allí, Tadano sacó su celular y lo sostuvo entre ambos mientras la voz inconfundible de Gojo resonaba desde el altavoz.

—¡Buenos días, Yuji! —saludó Gojo con su habitual tono despreocupado—. ¿Disfrutando de tu vida escolar?

—¡Claro que sí! ¡¿Hay una misión?! 

Gojo dejó escapar una risa ligera. —Ah, no... todavía. Pero pensé que era mejor ponerte al día.

El cambio en el tono de su voz hizo que tanto Itadori como Tadano se pusieran más atentos.

—Oye... —empezó Gojo, su tono más agotado de lo habitual—, anoche tuve una charla con el director. Hubo un incidente con una maldición, lo normal...

—Por cierto, Yuji —añadió Gojo con un deje inquisitivo—, ¿alguna vez has hablado con tu amiguita sobre maldiciones y ese tipo de cosas?

—No... nunca —respondió Itadori rápidamente, llevándose una mano a la barbilla, su expresión reflejaba tanto preocupación como desconcierto—. ¿Por qué lo menciona?

Gojo rió levemente, pero su tono cambió a uno más serio. —Bien, no se lo menciones jamás.

En medio de la conversación, mientras Gojo seguía hablando con su tono despreocupado, la línea comenzó a llenarse de un ruido peculiar. No era exactamente una interferencia, sino algo más extraño, como si alguien más estuviera intentando colarse en la llamada.

De repente, una voz grave, familiar para ambos, se escuchó claramente al otro lado: —Satoru, deja de jugar y pásame el teléfono.

—Te paso a Nanami. Quiere hablar contigo.

Itadori parpadeó, sorprendido, mientras. Una nueva voz, grave y firme, se escuchó al otro lado de la línea.

—Nanami-san, ¿todo bien?

Desde el otro lado de la línea, Nanami se alejaba lentamente de donde Gojo y Masayoshi Komi se encontraban conversando. El ambiente era tenso, incluso para alguien tan despreocupado como Gojo. El padre de Komi, con su habitual inexpresividad, no necesitaba palabras para transmitir su descontento. Su mirada fija y su postura rígida eran suficientes para llenar la sala de incomodidad.

Gojo, que solía dominar cualquier conversación con su actitud despreocupada y comentarios sarcásticos, parecía ligeramente menos exuberante de lo habitual. Aunque mantenía su sonrisa relajada, había algo en su lenguaje corporal que delataba que incluso él sentía el peso de la presencia de aquel.

Nanami, por su parte, se movió a un rincón más apartado del lugar, buscando un poco de privacidad para continuar la llamada con Itadori.

—En lo personal, estoy bien. Pero en términos de la situación actual, no. —Nanami hizo una breve pausa antes de continuar—. ¿Qué hiciste ayer?

Komi-san Can't Exorcise (Komi-san x Jujutsu Kaisen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora