𝟎𝟒| Andén 9¾

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⋆˚࿔ʚ Andén 9¾ ɞ˚࿔⋆

Meredith empezó a guardar sus pertenencias en el baúl, luchando un poco con Vanier  para meterla en la jaula. Con su boleto ya en la mano, se miró por última vez en el espejo. Sus ojos negros se encontraron con su reflejo, y aunque su cabello azabache había tenido que ser cortado recientemente, todavía le caía suavemente sobre los hombros. Se acomodo el cabello y se colocó uno de sus esenciales moños en el cabello.

Al salir de su habitación, vio a Severus guardando algo rápidamente. Decidió no darle importancia y, con una sonrisa, corrió hacia la sala.

—¡Vamos, o llegaremos tarde! —exclamó.

Severus miró el reloj con cierto interés. Apenas eran las siete de la mañana, y Meredith ya estaba llena de energía. Con un suspiro, Severus decidió que era hora de partir.

Llegaron a King's Cross justo a tiempo. Severus se despidió de Meredith con rapidez, dándole las instrucciones necesarias antes de marcharse. Meredith, por su parte, empujó su baúl sobre un carrito con la ayuda de algunos señores de la estación y comenzó a buscar el andén nueve y tres cuartos.

Mientras se dirigía hacia la entrada, escuchó unas risas familiares y, al voltear, vio a los Dursley. Dudley, como de costumbre, reía de manera irritante. Meredith le lanzó una mirada fulminante, y Dudley, al notar su expresión, se asustó y se apresuró a seguir a sus padres, quienes ya se alejaban.

Siguió su camino, hablando con Vanier, aunque sabía que la lechuza no entendía. A lo lejos, vio a un muchacho con un baúl y una lechuza, y eso le indicó que estaba cerca del andén correcto. Estaba a punto de acercarse cuando notó un grupo de pelirrojos que le resultaba dolorosamente familiar.

Era la familia Weasley. Meredith se detuvo en seco, sintiéndose incómoda. Habían sido sus vecinos por años, pero la relación entre ellos y su padre siempre había sido tensa. No estaba segura de si debía acercarse o esperar a que se fueran, pero el reloj seguía avanzando, y el tiempo se agotaba.

Finalmente, cuando faltaban solo diez minutos para la partida, Meredith reunió el valor para acercarse lo suficiente como para escuchar la conversación entre los Weasley.

—Fred, tú eres el siguiente —dijo la señora Weasley.

—No soy Fred, soy George —respondió el muchacho—. ¿De verdad, mamá? ¿No te das cuenta de que soy George?

—Lo siento, George, cariño.

—Estaba bromeando, soy Fred.

Meredith sonrió débilmente, recordando cómo esos dos siempre la habían confundido cuando eran más jóvenes. Observó mientras los gemelos cruzaban la barrera, seguidos por Percy. Ron fue el siguiente en la fila, y justo cuando iba a pasar, Meredith decidió acercarse más.

—Discúlpeme —interrumpió un muchacho, pero Meredith ya había llegado hasta la señora Weasley.

—Hola, querida —dijo la señora Weasley al verla—. Primer año en Hogwarts, ¿verdad? Ron también es nuevo este año.

Ron miraba a Meredith con una mezcla de curiosidad y sorpresa, mientras ella evitaba su mirada, enfocándose en la señora Weasley. No estaba segura de si los Weasley realmente querían que estuviera allí, después de todo lo que había pasado entre sus familias. Pero cuando sus ojos se encontraron con los de Ron, él le sonrió, y ella intentó devolverle la sonrisa, aunque se sintió más como una mueca.

Perdida en sus pensamientos, no se dio cuenta de que Ron ya había pasado la barrera hasta que la señora Weasley le tocó suavemente el brazo.

—Vamos, cariño, te toca.

Meredith, aún nerviosa, empujó su carrito hacia la barrera. Cerró los ojos, temerosa de chocar, pero para su sorpresa, cruzó sin problema y se encontró en el andén lleno de magos y brujas, con una enorme locomotora de vapor esperando.

Sus ojos brillaron al pensar en Hogwarts. Observó los vagones, llenos de estudiantes que hablaban animadamente. Caminó con su carrito, buscando un compartimento vacío, pero todos estaban ocupados.

Finalmente, encontró a Ron junto a Fred y George. Se sintió un poco aliviada de ver caras conocidas.

—Ron, tienes algo en la nariz —dijo la señora Weasley, frotándole la punta con un pañuelo.

—¡Mamá, déjame!

Meredith dejó de prestar atención cuando, por el rabillo del ojo, vio a un muchacho de cabello negro que la observaba desde una ventanilla. Frunció el ceño. Había algo en él que le resultaba familiar, pero no lograba recordar de dónde lo conocía.

—¿Quién? —preguntó Ron, siguiendo su mirada.

—¡Harry Potter! —exclamó Ginny, emocionada.

Meredith frunció el ceño al escuchar el nombre. ¿El «Niño que sobrevivió»? No podía ser. Pensó en las historias que había escuchado sobre él.

El tren dio un silbido y todos comenzaron a entrar. Ron, Fred y George caminaron hacia un compartimento, y Ron hizo un gesto para que Meredith los siguiera.

Ella los siguió, entrando detrás de Ron, pero se detuvo cuando vio a Harry sentado junto a la ventana. Ron se sentó frente a él, dejando a Meredith de pie. Dudó un momento, y aunque quería sentarse junto a Ron, terminó ocupando el asiento junto a Harry, solo por una razón. El puesto que ella iba a ocupar junto a Ron estaba ocupado por su rata Scabbers .

El ambiente se volvió tenso. Meredith sentía la mirada de Harry sobre ella, y aunque intentó ignorarla, no podía evitar sentir que él sabía algo que ella no.

Harry la miraba con intensidad, como si tratara de desentrañar un misterio. Meredith, incómoda, desvió la mirada hacia la ventana, pero el sentimiento de que algo no estaba bien no la abandonó.

—¿Te conozco de algún lado? —preguntó Harry finalmente en un susuro, para que solo Meredith escuchara.

Meredith lo miró, confundida. ¿Por qué le preguntaría algo así? Sacudió la cabeza.

—No, creo que no.

Se quedaron viendo por un tiempo, hasta que la puerta se abrió.

—Eh, Ron—los gemelos habían vuelto—. Vamos a la mitad del tren... Lee Jordan tiene una tarántula gigante y vamos a verla.

—De acuerdo—respondió Ron.

Meredith miró a la rata, que seguía observándola de forma extraña, sin pestañear. Lo tomó como un desafío y también comenzó a mirarla fijamente, hasta que Ron rompió el silencio después de que los gemelos se fueron.

𝐈 𝐀𝐦 𝐌𝐞𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐡 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 | Harry Potter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora