𝟏𝟔| Reflejos de una Noche Inquieta

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⋆˚࿔ʚ Reflejos de una Noche Inquieta ɞ˚࿔⋆

El Gran Comedor de Hogwarts estaba animado como de costumbre, con los pocos estudiantes que se había quedado, charlando alegremente mientras devoraban el festín que aparecía mágicamente en sus platos. Meredith, Harry y Ron estaban sentados juntos, disfrutando de la comida. Ron había llenado su plato hasta el borde, y aunque ya se veía satisfecho, seguía comiendo con entusiasmo.

Meredith, por su parte, apenas había tocado su comida. Sin mucho apetito, decidió que sería mejor compartir lo que tenía con Ron.

—¿Quieres mi pastel de calabaza, Ron?—preguntó, extendiéndole el plato.

—¿Estás segura?—respondió Ron con una sonrisa, aunque no esperó a que ella contestara antes de tomar el pastel—. ¡Gracias, Meredith!

Mientras Ron devoraba su nuevo botín, Meredith miró hacia la mesa de los profesores y se sorprendió al ver una escena peculiar. Hagrid, evidentemente borracho, se inclinó hacia la profesora McGonagall y, con una sonrisa bobalicona, le plantó un beso en la mejilla. Lo más sorprendente fue que la siempre severa profesora McGonagall se sonrojó, lo que hizo que Meredith soltara una risa ahogada.

Después de la cena, los tres amigos se dirigieron a la sala común de Gryffindor, donde la atmósfera siempre era cálida y acogedora. Los gemelos Weasley estaban tramando algo, como de costumbre, y Meredith no pudo evitar involucrarse cuando descubrió que su plan consistía en robar la insignia de prefecto de Percy.

—Vamos, Meredith, ayúdanos—le susurró Fred.

Meredith no necesitó mucha persuasión. Con su ayuda, lograron quitarle la insignia a Percy, pero el prefecto no se rindió fácilmente y comenzó a perseguir a los gemelos por toda la sala común, mientras Meredith se reía a carcajadas. Fue una de las noches más divertidas que había tenido en Hogwarts.

Más tarde, cuando la sala común se oscureció más y el fuego en la chimenea comenzó a apagarse, Meredith sintió el cansancio apoderarse de ella. Se dio cuenta de que sería la única en la habitación de las chicas esa noche, lo que no le hacía mucha gracia, así que decidió algo impulsivo.

Meredith les dijo a Ron y Harry que no quería dormir sola—por sus pesadillas—. Así que Harry y Ron aceptaron que ella durmiera en la cama de Neville.

Ron, lleno de comida, también cayó rendido en su propia cama. Fred y George, que subieron más tarde, tuvieron que cargar a Meredith desde el sofá hasta la cama de Neville cuando la encontraron dormida a medio camino.
Estaba tan agotada que apenas se dio cuenta cuando se quedó dormida.

A la mañana siguiente, Meredith despertó con la sensación de haber dormido demasiado. Harry estaba sentado en el borde de su cama, mirando al suelo con una expresión pensativa.

—Harry, ¿qué ocurre?—preguntó Meredith, aún somnolienta.

—He encontrado un espejo—dijo Harry lentamente, sin apartar la mirada del suelo—. Vi a mis padres.

La curiosidad de Meredith despertó por completo.—¿Puedo ir contigo la próxima vez?

—Claro—respondió Harry, esbozando una pequeña sonrisa—. Creo que le agradarías a mi madre.

—Seguro que sí—respondió Meredith con una sonrisa divertida—. Yo le hubiera caído genial.

Ambos se rieron, pero Ron, que acababa de despertar, no estaba tan contento.

—¿Por qué no me despertaste?— preguntó, con un tono de reproche. Sin embargo, se calmó cuando empezaron a planear ir juntos esa misma noche.

Esa noche, los tres se escabulleron fuera de la sala común. El frío del castillo se filtraba a través de sus ropas, y Meredith estaba cansada, deseando regresar a la cama. Ron se quejaba de que se estaba congelando, pero Harry no se detendría hasta encontrar el espejo nuevamente.

𝐈 𝐀𝐦 𝐌𝐞𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐡 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 | Harry Potter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora