𝟏𝟐| Trol

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⋆˚࿔ʚ Trol ɞ˚࿔⋆

Era Halloween en Hogwarts, y la emoción llenaba los pasillos de la escuela. Meredith y Jeshia descendieron las escaleras de caracol que llevaban a la sala común de Gryffindor, donde Hermione ya las esperaba. Meredith, con una sonrisa traviesa, se acercó sigilosamente a Hermione desde atrás.

—¡¿Dulce o truco?!— exclamó con entusiasmo, casi saltando de la emoción.

Hermione, sorprendida, dio un salto en el sofá y se llevó una mano al pecho.

—¡Por Merlín! Casi se me sale el corazón— respondió, riendo, mientras trataba de recuperar la compostura.

Las tres chicas compartieron una carcajada, el tipo de risa que solo se tiene entre amigos.

Después de calmarse, se dirigieron juntas a la clase de Encantamientos. El profesor Flitwick estaba particularmente emocionado ese día, anunciando que finalmente estaban listos para aprender a hacer volar objetos, un hechizo que todos los estudiantes esperaban con ansias. Flitwick, para demostrarlo, hizo volar a Trevor, el sapo de Neville, alrededor del aula, lo que provocó risas y asombro.

—Hoy formarán equipos de dos para practicar—anunció el profesor Flitwick mientras revisaba su lista—. Grindelwald, tú con Diggory. Y Granger… con Ron Weasley.

Hermione frunció ligeramente el ceño. Meredith sabía que Hermione no le hablaba a Harry ni a Ron desde que Harry recibió su Nimbus 2000.

—No se olviden de ese bonito movimiento de muñeca que hemos estado practicando—recordó Flitwick, subido en su pila de libros—. Agitar y golpear. Y recuerden, pronunciar las palabras correctamente es esencial. No querrán terminar como el mago Baruffio, que dijo «ese» en lugar de «efe» y terminó con un búfalo en el pecho.

Meredith y Jeshia intentaron el hechizo, pero la pluma apenas se movió.

—¡Wingardium Leviosa!—gritaron al unísono, intentando desesperadamente hacer que la pluma levitara, pero lo único que consiguieron fue un par de miradas curiosas de sus compañeros de clase.

La frustración comenzaba a asentarse. Meredith vio de reojo cómo Seamus hacía prender fuego a su pluma, lo que la puso nerviosa al recordar la pesadilla que había tenido días atrás. El nerviosismo se extendió entre los alumnos, excepto por Hermione, que observaba a Ron con creciente exasperación.

—¡Wingardium Leviosa!—gritó Ron, agitando los brazos como un molino de viento.

—Lo estás diciendo mal—le corrigió Hermione—. Es Win-gar-dium Levi-o-sa, pronuncia «gar» más claro y largo.

—Dilo tú, entonces, si eres tan inteligente—respondió Ron con tono molesto.

Con determinación, Hermione agitó su varita y dijo: «Wingardium Leviosa». La pluma se elevó con gracia, flotando por encima de sus cabezas. Meredith, impresionada, no pudo evitar sonreír.

—¡Excelente trabajo, señorita Granger!—exclamó Flitwick, claramente impresionado—. ¡Cinco puntos para Gryffindor!

Meredith y Jeshia intercambiaron miradas. Hermione había sido de gran ayuda para ellas en los estudios, aunque a veces su perfeccionismo podía ser un poco agobiante. Aun así, Meredith decidió que era mejor aprovechar su talento.

𝐈 𝐀𝐦 𝐌𝐞𝐫𝐞𝐝𝐢𝐭𝐡 𝐁𝐥𝐚𝐜𝐤 | Harry Potter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora