Después de lograr que mi querida Leopard se pusiera de mi lado, solo quedaba un objetivo: mi queridísima Magia Azul, a quien por razones obvias necesitaba para mis cavilaciones malvadas. Así fue como sucedieron las cosas:
Desperté por la mañana como todos los días, fui a la escuela. Casualmente, mi querida compañera Magenta no se encontraba en ningún lado. No sé el porqué, tal vez presenció todo la noche anterior y decidió no venir por su seguridad, o por observar la pelea terminó resfriándose. Realmente era un hecho trágico; de cualquier forma, no es como que fuese a hacerle algo a ella. Mi enfoque estaba en las chicas mágicas. Definitivamente la Utena original se habría ofrecido a ir a visitarla junto a sus amigas, pero desafortunadamente para ella, yo soy Lujuria, no tengo tiempo para ese tipo de cosas.
De pronto, y como es de costumbre para este segundo día del bucle, Koaruko y Sayo salieron al baño al mismo tiempo. Era extraña la coordinación que las tres, contando a Haruka, tenían. No pude evitar preguntarme si, dondequiera que estuviese, Haruka también tuvo la necesidad de ir al baño.
Sacudí mis pensamientos antes de escabullirme también para poder ir a encontrarme con Venalita en el almacén.
—Todo listo, Lujuria-sama —me dijo al verme llegar, tan radiante como siempre.
—Estoy seguro de que no usé "sama" para referirme a ti —me interrumpió Venalita mientras les contaba.
—Déjame continuar narrando, Venalita, a ellos les gusta mi forma de narrar —le respondi con una linda sonrisa, refiriéndome por supuesto a ustedes, mis queridos lectores.
—Yo no describiría tu sonrisa como linda, es más, das miedo —me dijo la pequeña rata voladora, hiriendo mi pobre corazón.
—Bueno, solamente trata de no mentir y no tendré que interferir más —dijo Venalita. Aunque parecía molesta por lo de rata voladora, en el fondo sé que lo tomó como una broma y está riéndose.
Por ahora no prestemos atención a la cara de molestia de Venalita. Como les decía, Venalita me dijo:
—Todo listo, Lujuria-san, pero debo preguntar, ¿por qué pediste específicamente una máscara de ese templo?
Con una sonrisa contesté:
—Oh, ya lo verás, es la parte divertida.
Las dos integrantes de Tres Magia ya habían acabado con aquel demonio, aunque siempre me pregunté:
—¿De dónde vienen esos demonios, Venalita? —pregunté interrumpiendo mi narración sin disculparme con mis queridos lectores.
Venalita me miró con una expresión extrañada.
—Te parecerá increíble, pero no lo sé. Solo recuerdo a una miembro de Enormeeta que podía controlarlos, pero no los creaba, que yo recuerde —me contestó.
Inmediatamente volví a referirme a los lectores, continuando mi narración.
Cuando Azul y Sulfur sintieron una presencia, ya era demasiado tarde. Habían sido capturadas por los maniquíes y empezaron a sufrir el tradicional ataque de cosquillas.
La tortura duró un buen rato hasta que Azul, como de costumbre, terminó por hartarse y rompió el maniquí. Yo, por mi parte, solo activé la segunda parte del plan malvado.
Antes de que pudiera decir nada, la máscara la atrapó y un portal se abrió detrás de ella.
—¿Qué es esto? —dijo, tratando de liberarse.
—No creas que te saldrás con la tuya —dijo Sulfur, liberándose con su modo batalla. Sin embargo, un brazo cilíndrico robótico salió del portal y sujetó a Azul para llevársela. Por mi parte, volé rápidamente a través del portal antes de cerrarlo tras de mí.
El lugar donde aterrizamos estaba envuelto en una oscuridad casi palpable, apenas iluminado por la tenue luz de unas antorchas que parpadeaban en la distancia. El suelo era de piedra fría y el aire olía a humedad y olvido. La atmósfera era opresiva, un eco distorsionado del templo donde Azul y yo habíamos estado antes, pero esta vez, la escena era mía.
—¿Dónde me has traído, Villana? —exigió, su voz firme pero con una pizca de incertidumbre. Aún luchaba contra la máscara, pero pronto comprendió que era imposible deshacerse de ella.
Me acerqué a ella con pasos lentos, saboreando cada segundo de su desconcierto. Mi figura se movía con gracia, casi danzando en la penumbra que nos rodeaba. Finalmente, me detuve a unos centímetros de ella, lo suficientemente cerca como para que sintiera el calor de mi presencia, pero no tan cerca como para que pudiera atacarme sin pensarlo.
—Este es nuestro pequeño rincón secreto, mi querida Azul —susurré con un tono seductor—. Un lugar donde podemos estar a solas, sin interrupciones, sin la presión de nuestros roles. Aquí, no eres una heroína y yo no soy una villana... aquí, solo somos nosotras.
Mis palabras la desconcertaron por un momento. Pude ver cómo su postura se relajaba ligeramente, como si intentara procesar lo que acababa de decir. Pero no le di tiempo para responder. Con un movimiento suave, extendí mi mano y rocé su mejilla, dejando que la calidez de mi toque se filtrara en su piel.
Azul se quedó petrificada; no encontraba por ningún lado el mango de su espada. Con un movimiento suave, retiré la máscara y la miré con una sonrisa.
—Tú eres realmente hermosa, Azul... —continué, mi voz apenas un susurro mientras mis dedos trazaban un delicado camino desde su mejilla hasta su cuello—. Siempre lo he sabido. Incluso cuando luchábamos, nunca pude dejar de admirar tu fuerza, tu determinación... y esa belleza que trasciende todo.
Azul me miró, sus ojos ahora confusos, tal vez incluso cautivados por mis palabras. Pero debajo de esa confusión, sabía que había una parte de ella que respondía a lo que estaba diciendo. Sabía que, en el fondo, había algo en mí que la intrigaba, algo que la atraía a pesar de sí misma.
—No te acerques más... —susurró, pero su voz carecía de la firmeza de antes. Sabía que estaba luchando contra sus propios sentimientos, contra la parte de ella que quería ceder.
Sonreí, complacida, y me incliné un poco más cerca, hasta que nuestros rostros casi se tocaron.
—No tienes que resistir, Azul. —Mis palabras eran como una caricia, suaves y persuasivas—. Aquí, podemos ser libres. Aquí, puedes dejar de luchar y simplemente... dejarte llevar...
ESTÁS LEYENDO
La rara historia de cuando Utena quedo atrapada en un bucle temporal
FanfictionUtena, la malvada líder de Enormeeta de alguna forma extraña se encuentra en una situación peculiar, atrapada en un bucle temporal que solo avanza con ciertas circunstancias, ¿será está una malvada tortura que se gano por su maldad? ¿Un accidente fu...