el plan revelado por una...[borrado]...bajo el puente

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La noche era un manto denso, lleno de estrellas que brillaban como testigos mudos de un mundo en ruinas. La ciudad dormía en una penumbra inquietante, sus calles desprovistas de luz eléctrica, un recordatorio cruel de lo lejos que había llegado Lujuria con su dominio. Tres figuras avanzaban por la calle, sus sombras proyectadas por la pálida luz lunar. Había algo en su forma de caminar, un cansancio no solo físico, sino también emocional. Sus pasos eran rápidos, pero sus rostros denotaban resignación, como si estuvieran preparadas para el próximo golpe del destino. "¿Qué más da ya?" parecía gritar cada movimiento de sus cuerpos. 

Al frente iba Utena, liderando el camino con una determinación vacilante. Una de sus manos estaba presionada contra su sien, luchando contra un dolor invisible que se negaba a darle tregua. La otra mano apretaba con fuerza su estrella de cuatro puntas, el dispositivo de transformación que había sido tanto su salvación como su maldición. Sus ojos estaban encendidos con una mezcla de furia contenida y agotamiento. Su postura decía que sabía exactamente a dónde se dirigían, pero su respiración entrecortada la traicionaba; todo en ella era una batalla interna. 

Haruka caminaba justo detrás, su mirada fija en Utena. Algo dentro de su mente no dejaba de girar. Desde que todo comenzó, no había tenido un momento para procesar el caos. Magia Baiser era Utena, la misma chica reservada que apenas hablaba en clase. Pero ahora, viendo cómo se movía, cómo su aura era diferente, Haruka no podía reconciliar ambas imágenes. Había tan poco de la tímida Utena en la peligrosa Magia Baiser, y sin embargo, parecía que aquella máscara había comenzado a desdibujar las líneas. Haruka se mordió el labio mientras un pensamiento incómodo cruzaba su mente: "¿Cuánto tiempo había estado reiniciando Utena la línea temporal, viviendo todo una y otra vez, solo tratando de avanzar?"

A cierta distancia detrás de ellas caminaba Kiwi, envuelta en su propia nube de dolor. Sus brazos estaban cruzados sobre su pecho, como si intentara protegerse de algo invisible, pero devastador. Sus ojos estaban fijos en el suelo, evitando cualquier contacto visual. Era como si las sombras hubieran encontrado un hogar en ella. ¿Cómo no sentir rabia? Había visto a Azul ser capturada por Enormeeta, y todo lo que pudo hacer fue mirar, impotente, mientras se llevaban a una de las personas que más amaba. Las lágrimas amenazaban con desbordarse, pero se negaban a caer, retenidas por una furia que ardía silenciosa en su interior. 

Pronto llegaron a su destino: un puente que Utena y Haruka conocían demasiado bien. El lugar donde una vez una máquina expendedora, en apariencia inofensiva, las había atrapado y conducido a una prisión. 

—¿Dónde estará ahora esa traidora? —dijo Utena con sarcasmo, al recordar aquel objeto traicionero. 

Sin detenerse, bajaron por uno de los lados del puente hasta la orilla del río, ocultándose bajo el arco que brindaba un refugio precario. Kiwi y Haruka se sentaron en el suelo, agotadas, mientras Utena comenzaba a caminar de un lado a otro, incapaz de quedarse quieta. 

El peso de todo lo ocurrido las aplastaba. Habían intentado regresar por Azul. No podían dejarla sola enfrentando a Enormeeta. Pero entonces apareció Morpheus, pequeña y aterrada, gritando que las copias de Utena habían escapado de su control. En medio del caos, la única opción viable fue huir. 

El recuerdo más doloroso era la sonrisa de Azul. Una sonrisa sincera, aunque sabían que detrás de ella había un sacrificio consciente. Habían huido, dejando a Azul atrás, y ese hecho se sentía como una espina clavada en sus almas. 

—¿Cómo pudo suceder esto? —gruñó Utena, jalándose un mechón de cabello con frustración. Su voz era baja, pero cargada de un dolor profundo que no podía esconder. 

Haruka levantó la mirada, pero no dijo nada. Sabía que cualquier palabra sería insuficiente. Kiwi, en cambio, cerró los ojos con fuerza, apretando sus manos contra sus rodillas mientras la rabia luchaba por salir de ella. 

La rara historia de cuando Utena quedo atrapada en un bucle temporalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora