Hola, hola, aquí su querida amiga Lujuria. Muchos se preguntarán: ¿qué hago presentando este capítulo? Bueno, déjenme contarles una historia, una historia muy buena.
Verán, así ha estado mi día: fui a prisión, perdí a las chicas de mis sueños y me dieron una golpiza de lo lindo. Aún así, las cosas podrían estar mucho peor... ¡Ah! Lo olvidaba, voy cayendo a mi muerte. Entonces no. ¿Cómo llegué a esto, dirán? Mi fin comienza al principio, en el punto de partida.
—¿Por qué eso suena a una película? —preguntó una nueva voz, extrañamente familiar, pero no voy a revelarles a su dueño aún.
—Tal vez exageré un poco. Digamos que mi fin comienza cuando decidí que era buena idea rebelarme —le respondí a la pequeña criatura alada a la cual manipulé hasta llegar a esto.
—Sigo sin entender con quién hablas... ¿Lujuria?
—Ya lo sé, Venalita. Solo permíteme continuar con mi narración, ¿sí?
—Bien, me limitaré a escuchar.
Suspiré por la frustración; era más divertido cuando estaba del lado de Utena.
En fin, todo comenzó cuando decidí rebelarme. Como ya saben, Tribulation ha estado poniendo trabas en mi camino maléfico, así que tuve que trazar un plan para darle una lección.
Cuando entramos en la mente de Venalita y nadie nos observaba, decidí dejar un pequeño fragmento de mí atrás. Claro, de eso dependía mi plan; si por alguna casualidad no lograba mantener mis recuerdos durante los reinicios, tendría que probar otra estrategia. Sin embargo, aquí estamos, entonces no deben preocuparse por mí —dije, sonriendo hacia mis queridos lectores.
El entrenamiento de Utena avanzó rápidamente. Yo, por mi parte, solo podía verlo desde los ojos de Venalita. El plan era simple: Venalita creó para mí un cuerpo, conmigo trayendo sus recuerdos al pasado con cada reinicio. Venalita, siendo la genio que es, pudo optimizar el proceso hasta que logró hacerme un cuerpo funcional en tan solo medio día, lo que significaba que tendría mi cuerpo listo para la noche de bebidas con las chicas mágicas.
Siendo también ese el día en que finalmente pudo transmitir los recuerdos guardados a una de las chicas mágicas. Ahí es donde entro yo...
Mientras Utena y Magia Magenta dormían (proceso necesario para que Utena traspase los recuerdos a Magenta), yo me escabullí entre ellas, tomé a mi pequeña Cronos, y dejé una nota entre la ropa de Utena. Además, golpeé la máquina expendedora con mi propia varita convertidora de monstruos; no cambió mucho en un principio.
Ambas, mi querida gata maléfica y yo, observamos pacientemente desde un lugar oculto. Cuando ambas despertaron, Magenta se sujetó la cabeza, acomodando sus pensamientos.
—Oh, sí que hicimos muchas cosas —dijo Magenta antes de sonreír.
—Jaja, sí, digamos que me aburrí un poco. Tómate tu tiempo, te compraré algo de tomar —dijo Utena, levantándose y caminando hasta la máquina expendedora.
Mi travesura estaba por iniciar. Utena pidió su bebida y la de Magenta, pero antes de que la máquina entregara las bebidas, se trabó...
—¿Eh? Qué raro, esta máquina nunca me ha fallado —dijo Utena, pensativa. Haciendo sus pensamientos a un lado, sacó su varita, lista para golpear la máquina, y en ese momento ocurrió: un par de brazos robóticos en forma de cilindro salieron, capturando a Utena y dejándola incapaz de moverse.
Todas debieron preguntarse qué estaba pasando, incluida Magenta.
—¿Eso está planeado? —preguntó, mirando cómo el robot máquina expendedora se levantaba con Utena entre sus brazos.
—No, esto es nuevo. ¡Ayúdame, no puedo golpearlo! —dijo Utena, forcejeando mientras trataba de liberarse.
Magenta rápidamente materializó su lanza de corazón y trató de golpear la máquina; sin embargo, también fue capturada.
—Maldición, supongo que no queda de otra —dijo Utena, preparándose—. ¡La ve...! —No pudo terminar de gritar "La verita" porque el brazo mecánico se enrolló alrededor de su boca, impidiéndole hablar.
Desde la distancia, observé todo el caos, y entonces apareció Leopard, con su porte siempre altivo. Me dirigió una mirada que no supe si interpretar como curiosidad o suspicacia.
—¿Por qué tú y Baiser son tan parecidas? —preguntó, sin rodeos.
Le sonreí de lado, jugando con la varita entre mis dedos. —Porque somos la misma persona, querida Leopard. O al menos, lo fuimos en algún momento. Pero eso ya no importa. Lo que importa ahora es cómo vamos a lidiar con este pequeño inconveniente.
Leopard entrecerró los ojos, claramente no satisfecha con mi respuesta. Antes de que pudiera decir algo más, apunté mi varita hacia ella, la sonrisa nunca abandonando mis labios.
—¿Te parece si utilizo la misma estrategia que Utena? Después de todo, ha demostrado ser muy efectiva... —dije, lista para dar el siguiente paso en mi plan.
Leopard frunció el ceño al escuchar mis palabras, claramente irritada por mi reto. Sus ojos, normalmente fríos y calculadores, ahora ardían con una mezcla de furia y orgullo herido.
—¿Te atreves a desafiarme, Lujuria? —gruñó, su voz cargada de veneno.
Yo solo me limité a mantener mi sonrisa, sabiendo perfectamente que no tenía nada que temer. Leopard, a pesar de sus habilidades, no tenía ninguna oportunidad contra mí. Lo sabía, y pronto, ella también lo sabría.
—Oh, querida, no lo tomes como un desafío —le respondí, acercándome lentamente hacia ella—. Simplemente, es un recordatorio de quién lleva el control en este juego.
Leopard se avanlanzo totalmente enojada por mis palabras, sin embargo fue rapidamente atrapada por un monstruo foco y electrocutada.
La energía la envolvió por completo, y su cuerpo se tensó, sus músculos contrayéndose bajo el dolor.
No pude evitar admirar su resistencia; Leopard era una luchadora hasta el final, incluso cuando sabía que la batalla estaba perdida. Cuando la electricidad finalmente se disipó, su cuerpo cayó al suelo, exhausto y debilitado.
Me acerqué a ella con calma, la varita aún en mi mano, y me incliné para abrazarla, rodeándola con mis brazos. Leopard, sorprendida por mi gesto, intentó apartarse, pero estaba demasiado débil para resistirse.
—Eres realmente bella, ¿sabes? —le susurré al oído, mi tono dulce pero cargado de intención—. Eres la fuente ineludible de toda mi fuerza.
Leopard, jadeando por el esfuerzo, levantó la vista para mirarme, sus ojos llenos de preguntas sin respuesta. Sabía que no entendía del todo mis intenciones, pero eso era lo que hacía todo esto tan divertido.
—¿Qué... qué quieres de mí? —logró decir, su voz apenas un susurro.
—Oh que gran pregunta, y tiene una simple respuesta, quiero que me des todo de ti...
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La rara historia de cuando Utena quedo atrapada en un bucle temporal
FanfictionUtena, la malvada líder de Enormeeta de alguna forma extraña se encuentra en una situación peculiar, atrapada en un bucle temporal que solo avanza con ciertas circunstancias, ¿será está una malvada tortura que se gano por su maldad? ¿Un accidente fu...