La rara historia de cuando Utena quedo atrapada en un bucle temporal

Magia Miracle

Utena despertó en su cama antes del amanecer. Se sentó y se agarró la cabeza; el dolor había disminuido, pero seguía ahí.

Lujuria se materializó al lado de su mesa de noche, recargada en la pared. —Al fin despiertas, Venalita se fue hace rato —dijo, mirándose las uñas.

—¿Seguimos en el mismo ciclo? —preguntó Utena, frotándose los ojos.

—Sí, te dije que el día estaba solucionado. Eso debería confirmar todas nuestras teorías —dijo Lujuria, dando una vuelta por la habitación antes de dejarse caer en la cama de Utena—. Ah, Venalita dejó esto —añadió, extendiéndole una hoja doblada en tres partes.

Utena la tomó. Era una carta. Encendió la luz de su mesa de noche y comenzó a leer:

"Hola Utena, no sé cuándo despiertes, dale las gracias a Kiwi por cargarte a tu cama. En fin, no sé cuánto tiempo quede para que te reinicies, espero que no mucho. Solo te dejo esto para explicarte qué hacer con los dispositivos. Solo tienes que intentar transformarte usando los en lugar de el tuyo, tienen magia residual, deberías poder descifrar cómo usar los diferentes poderes a partir de eso. Si necesitas ayuda, puedes verme en la base Natch por la tarde."

La letra eran prácticamente garabatos, y Utena tuvo que leerla un par de veces para poder entender.

—¿Por qué no simplemente me dejó un mensaje? —se preguntó Utena.

—Porque todos los villanos son dramáticos, ¿no? —Lujuria se encogió de hombros.

Utena dejó la carta sobre su mesa de noche, donde notó que estaban los dispositivos de transformación. Su reloj marcaba las 3 de la mañana.

—¿Tenemos que hacer algo hoy, Lujuria? —preguntó Utena, tomando el dispositivo de Magia Miracle.

—Ir a la escuela. No sé cuál sea el evento de hoy, pero debería ser un día fácil.

—Bien, podemos hacer esto más tarde entonces —dijo Utena, dejando el dispositivo en su mesa nuevamente y levantándose para ir por café a la máquina.

Más tarde, ese mismo día, Utena se dirigía hacia la escuela cuando fue abordada por Haruka.

—Hola Utena-chan, te ves... ¿Estás bien? Pareciera que no has dormido, ¿es por los exámenes? —dijo Haruka, tratando de no sonar grosera.

—Ah, Haruka-chan, buenos días. Sí, podría decirse que sí —respondió Utena, metiendo una mano en su bolsa escolar donde llevaba otra lata de café.

Lujuria apareció nuevamente, pero solo el espectador podía verla. —Ahora que lo pienso, Haruka se peina igual que Magia Magenta. ¿Estás pensando lo mismo que yo, Lector-chan? —dijo, sujetándose la cabeza al darse cuenta de un hecho bastante claro—. Claro, cómo no nos dimos cuenta antes, Haruka es fan de Magia Magenta. Ahora todo tiene sentido.

En ese momento, un grito se escuchó, y Lujuria desapareció. —¡UTENA-CHAN! —Kiwi apareció arrojándose contra Utena.

"Me había olvidado de esto", pensó Utena, sobándose la cabeza. —Kiwi-chan, ¿qué haces aquí?

—¿No te has reiniciado o sí? —preguntó Kiwi en un susurro.

—No, si no, no estaríamos aquí. —Kiwi sonrió y comenzó a abrazar a Utena, ambas aún en el piso.

—Traté de cambiarme de escuela antes, pero el tipo que autoriza eso estaba de vacaciones y tuve que esperar —explicó Kiwi.

—¿Es amiga tuya, Utena? —preguntó Haruka, alcanzándolas.

Kiwi volteó a verla con una sonrisa maliciosa. —Yo soy su futura esposa.

Utena se puso nerviosa en ese instante. —Espera, Kiwi, eso es... aún no... ay —dijo finalmente dándose por vencida—. Sí, algo así. —Mientras lo admitía, recuerdos del futuro llegaban a ella, especialmente recuerdos del motel y de su batalla contra Pantano Pesca.

Haruka había puesto una expresión extraña, como procesando lo que habían dicho, y solo atinó a reír con un lento "jejeje". —Bueno, deberíamos ir a clases, antes de que esto se haga más incómodo —dijo, comenzando a caminar.

El día continuó con normalidad, salvo por un par de miradas indiscretas de Haruka hacia Utena. Cuando terminaron las clases, Utena fue rápidamente por el dispositivo de transformación de Magia Miracle y abrió un portal hacia la base Natch.

Una vez allí, se sentó en uno de los cubos flotantes.

Lujuria se materializó junto a ella. —Utena, solo vengo a decirte que escuché el sonido cuando Kiwi te tacleó. Este día debería estar completado con eso. —Utena simplemente asintió, destransformándose y dejando su dispositivo a un lado para sostener el de Miracle. Lujuria desapareció después de eso.

—Discúlpame, Miracle, pero realmente necesito hacer esto si no quiero morir por el dolor de cabeza —dijo antes de alzar el dispositivo—. ¡Trans Magia!

El dispositivo brilló tanto que Utena tuvo que cerrar los ojos. Cuando los abrió, estaba parada en un lugar completamente negro, pero no por falta de luz simplemente era negro aunque se podia ver perfectamente en el, no podía distinguir ningún borde y por mas que caminara parecía no moverse.

"¿Dónde estoy?", pensaba para sí misma. —¿Lujuria? ¿Estás allí? —preguntó, pero no había respuesta.

—Vaya problema el tuyo —se escuchó una voz por todos lados, llena de compasión, casi lamentándose por el problema de Utena.

—¿Quién está ahí? —por más que volteaba a todos lados, no podía ver nada.

—Oh, sí, perdona mis modales. Esto consumirá energía, pero debería servir —dijo, y en ese momento, una figura empezó a materializarse frente a Utena. Su cabello dorado tenía un par de mechones azul claro y rosa. Su traje era el típico de una chica mágica, con los tres colores de su cabello, además de blanco. Era aproximadamente una cabeza más alta que Utena.

—Soy Magia Miracle, del viento tricolor —dijo, tomando una pose heroica. Aunque su figura semitransparente le quitaba un poco de epicidad.

Utena quedó boquiabierta. El anime que vio de niña definitivamente no le hacía justicia a la belleza de la verdadera Magia Miracle.

Saliendo de su estupor con un ligero sonrojo, Utena preguntó: —Oh, ¿sabes dónde es este lugar, señorita Miracle?

Dejando su pose, Miracle comenzó a explicar: —Pues no estoy del todo segura. Tu amiga Lujuria dijo que era tu mente o algo así, y me enseñó algunos de tus recuerdos. Debe ser duro estar en tu situación actual, pequeña.

—Espera, ¿eres real? —preguntó Utena, estirando una mano para tratar de tocarla.

—No, soy algo así como la voluntad que hay en la magia que quedó en mi dispositivo de transformación —usó su mano translúcida para demostrarle a Utena que no podía tocarla—. Y hablando de eso, la magia de mi dispositivo se está acabando. Así que, si quieres aprender una de mis técnicas, primero tendrás que responder un par de preguntas —dijo, haciendo aparecer su báculo y apuntándolo a la cara de Utena con una mirada de desconfianza.