una nueva alternativa

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Después de salir de la celda, Baiser y Magenta siguieron a Azul y Leopard a través de la extraña base secreta. Las paredes de piedra, frías y húmedas, daban la sensación de estar dentro de un castillo medieval olvidado por el tiempo. Las antorchas parpadeaban, lanzando sombras inquietantes que se alargaban hasta desaparecer en las esquinas.

—Esto parece un castillo medieval —murmuró Magenta, aún con las mejillas encendidas por la vergüenza de su reciente incidente. Se abrazó a sí misma, tratando de sacudirse la sensación de que alguien, o algo, las observaba desde las sombras.

El grupo se detuvo abruptamente en una intersección. Azul y Leopard fruncieron el ceño, claramente desconcertadas. Utena y Magenta intercambiaron miradas, sintiendo que algo no andaba bien.

—Esta intersección no estaba aquí antes —dijo Leopard, mirando a Azul en busca de confirmación.

Azul asintió lentamente, sus ojos recorriendo cada pasillo que se desplegaba frente a ellas. Sin más opciones, eligieron un camino y continuaron avanzando. No tardaron en encontrarse con un grupo de demonios slime, que fueron despachados con facilidad. Pero justo cuando pensaban que estaban avanzando, se toparon con otra intersección.

—¿Otra vez? —Magenta frunció el ceño, sintiendo un nudo de incomodidad en su estómago. Esta vez, Azul eligió un camino diferente, pero la situación se repitió: pasillos que parecían idénticos, intersecciones que no deberían estar ahí, demonios slime y una sensación creciente de que estaban caminando en círculos.

—Creo que estamos caminando en círculos —dijo Azul. Llevaban corriendo un buen rato, así que respiraban con dificultad.

Desde el fondo de su mente, la voz de Magia Miracle aconsejó a Baiser:

—Tal vez simplemente sea un lugar muy grande.

—Solo hay una forma de averiguarlo —dijo Baiser, dando un golpe a una de las antorchas cercanas.

Baiser sintió cómo su magia se drenaba excesivamente, mientras que la antorcha se convirtió en una bella mujer de madera con la cabeza encendida en fuego. Con un gesto simple, se paró en el medio de la intersección y dibujó una pequeña estrella de cuatro puntas en el suelo, por si algo llegaba a pasarle. Entonces las cuatro se aventuraron hacia un solo lado, sin la intención de girar en ningún momento.

Avanzaron una vez más. En algún punto, Baiser sintió que perdía la conexión con la chica de fuego. Habían pasado definitivamente varias intersecciones, pero al llegar a la siguiente intersección, ahí estaba la marca. Baiser suspiró, mirando a las demás con una sonrisa sardónica.

—Estamos atrapadas en un bucle. Es oficial —dijo Baiser, recostándose contra una de las frías paredes de piedra. Una sonrisa irónica se dibujó en su rostro—. Lujuria nos está jugando una mala pasada.

—¿Qué hacemos ahora? —preguntó Magenta. Su tono era una mezcla de preocupación y cansancio. Ninguna sabía cuánto tiempo habían estado allí, pero lo sentían como una eternidad.

Azul y Leopard comenzaron a discutir, tratando de desentrañar el misterio. Sabían que este lugar era parte del sistema de seguridad que Lujuria había implementado. Aunque ninguna de ellas conocía todos los detalles del plan, pequeñas pistas se habían filtrado en sus conversaciones anteriores. Sabían que involucraba a toda la ciudad y que estaba relacionado con algo que Lujuria llamaba "el banquete."

Mientras las tres hablaban, Baiser se hundió en sus propios pensamientos. Se recargó en la pared, cerrando los ojos y permitiendo que su mente se sumergiera en su propio mundo interior.

Tribulation, estaba sentada frente a ella con los ojos cerrados y los brazos cruzados, pensando intensamente en una solución. Miracle propuso:

—¿Qué tal si todas toman caminos distintos?

Pero Morpheus, intervino, su tono aburrido y con un bostezo:

—Nos arriesgamos a ser atacadas por separado. Es demasiado peligroso.

Miracle propuso entonces:

—¿Y si destruimos un muro?

Pero Morpheus negó con la cabeza.

—No sabemos qué hay detrás de estos muros. Podríamos encontrarnos con algo peor.

De pronto, Tribulation se levantó, visiblemente molesta. Sin pensarlo dos veces, se dirigió a la pequeña celda imaginaria donde Lujuria yacía desde la revelación de que ella había iniciado todo este caos. La rabia ardía en sus ojos mientras se acercaba.

—Debes tener al menos una pequeña idea de qué es este lugar, ¿no? —exigió Tribulation, pateando la celda con frustración. La celda vibró levemente ante el impacto, pero Lujuria permaneció en silencio. Miraba al suelo, triste. Utena no pudo evitar preguntarse: ¿Para qué era la celda? ¿Para evitar que Lujuria saliese? ¿O para evitar que Tribulation entrara?

Lujuria negó con la cabeza, levantando la vista por un breve instante antes de volver a fijarla en el suelo.

—No sé qué es este lugar —respondió, su voz apenas audible.

Tribulation entrecerró los ojos, claramente molesta por la evasiva. Pero antes de que pudiera presionar más, algo llamó la atención de Utena en el mundo real. Su mente se desconectó bruscamente de su espacio mental, y volvió a la realidad para ver que estaban rodeadas por una oleada de demonios slime.

—¡Estamos rodeadas! —gritó Magenta, poniéndose rápidamente en guardia.

Las cuatro se pusieron espalda con espalda, preparándose para la inminente pelea. El combate comenzó frenéticamente, con las fuerzas oscuras y viscosas arremetiendo contra ellas. Azul invocó múltiples espadas de hielo que volaron a su alrededor, cortando a los demonios con precisión. Magenta, blandiendo su lanza de corazón, perforaba sin piedad a los slimes, mientras Leopard no dejaba de arrojar granadas y disparar su arma, causando explosiones que salpicaban la gelatina demoníaca por todas partes. Utena, con su varita en mano, lanzaba cortes oscuros que se propagaban como sombras afiladas.

La batalla era agotadora. Los demonios parecían no tener fin, y poco a poco, las fuerzas de las chicas comenzaron a menguar. Dentro de la mente de Utena, sus inquilinas discutían frenéticamente una posible solución.

—¡Esto no puede seguir así! —gritó Miracle, su preocupación evidente—. Nos van a sobrepasar.

De pronto, Tribulation tuvo una idea. Sus ojos brillaron con una chispa de determinación.

—Utena, necesito que me envíes a uno de esos demonios.

Sin tiempo para cuestionar, Utena asintió. Con un golpe preciso de su varita, dirigió a Tribulation hacia uno de los slimes. Ella fue introducida en el demonio, que comenzó a retorcerse de manera violenta. Los gritos de la criatura resonaron por los pasillos mientras su forma gelatinosa comenzaba a cambiar, sus contornos distorsionándose y moldeándose hasta que, finalmente, el demonio adoptó la apariencia de Tribulation.

La nueva forma de Tribulation, viscosa y desnuda se erguía en medio del caos, con una sonrisa sombría en sus labios, quitándose el cabello viscoso de la cara miro a los demonios enfrente de ella.

—Ahora sí, esto va a ponerse interesante —dijo, antes de abalanzarse hacia ellos.

La rara historia de cuando Utena quedo atrapada en un bucle temporalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora