La rara historia de cuando Utena quedo atrapada en un bucle temporal

las observaciones de Lujuria

-Claro que soy yo, ¿no te reconoces a ti misma? -dijo Lujuria.

-¿Estás frente a mí? ¿Eres real? -preguntó Utena, frotándose los ojos.

Lujuria tomó la mano de Utena y la puso sobre su pecho. -Real para ti -dijo, haciendo lo mismo con su propia mano y guiñándole un ojo.

"Esto sí que es bastante raro," pensó Utena.

-Sí lo es -le contestó Lujuria, y ambas se miraron. -Sí, puedo leer nuestra mente, porque somos la misma persona.

"Este día va a ser muy largo," pensó Utena.

Ambas se sentaron en una pequeña banca en la parte trasera de la escuela. Aún era bastante temprano, por lo que tenían buen tiempo para hablar sin ser interrumpidas.

-¿Por qué estabas llamándome idiota antes de aparecer? -preguntó tranquilamente Utena.

Lujuria, por su parte, estaba muy empalagosa, abrazando a Utena. -Llevo tiempo viendo lo que haces, y realmente eres un desastre, ni siquiera sabes aún qué es lo que te hace avanzar.

-¿Y supongo que tú sí?

-Por supuesto, pero eso no es lo importante -dijo Lujuria, empezando a actuar como un piano embrujado. -Lo importante es que tenemos una oportunidad de oro para hacer todo lo que queramos, y no la estamos aprovechando.

Utena miró extrañada a Lujuria, quien parecía excitarse de solo pensar en las miles de opciones que les traía el bucle temporal. Un poco de eso se le pegó a Utena, y sus mejillas se enrojecieron.

Utena le dio un golpe en la cabeza a Lujuria. -Lujuria, compórtate. Necesitamos romper el bucle, ¿puedes decirme lo que has averiguado? -dijo Utena.

-Aguafiestas -dijo Lujuria, sobándose la cabeza. -Bien, está claro que hay algunos eventos que están ligados a ciertos días, pero hay otros que no y que pueden completarse en días diferentes. Pero eso ya lo sabías -comenzó su explicación Lujuria. -Convertirte en magia Baiser, la pelea del almacén y conocer a Lord Enorme deberían ser eventos ligados al día, pero cualquiera que tenga que ver con dejar una impresión en alguien, como lo de Kiwi o Azul, debería poder completarse en cualquier momento.

-Pues realmente creo que es toda información que ya sabíamos. Pero, ¿cómo llegaste a deducirlo? -preguntó Utena, poniéndose pensativa.

-Ah, por poco lo olvido. Cada vez que cumplimos un requisito para avanzar el día, escucho un sonido, como de temporizador de cocina -dijo Lujuria, restándole importancia.

-¡¿PUEDES SABER CUÁNDO CUMPLIMOS LOS REQUISITOS?! ¿Sabes cuántas lágrimas podría haberme ahorrado si me hablabas antes? -dijo Utena, primero zarandeando a Lujuria y luego con la mirada cabizbaja.

-Disculpa, es que necesitabas el desarrollo de personaje -dijo Lujuria, guiñando un ojo directamente al lector. -Digo, estaba dormida. Desperté cuando te dejaste llevar con Azul la primera vez, y las veces posteriores -se corrigió rápidamente.

-Espera, ¿entonces tienes alguna idea de cómo avanzar en el día de Azul? -preguntó Utena esperanzada.

-Claro que sí. Decirle lo mismo que la primera vez debería funcionar; es algo así como su evento canónico, que la hará más fuerte -Lujuria volvió a guiñar el ojo hacia el lector, pero Utena no lo notó.

-No había pensado en eso, tienes razón, Lujuria -dijo Utena, poniéndose pensativa.

En ese momento sonó la campana de la escuela, que indicaba el inicio de las clases.

-Tengo que apresurarme -dijo Utena, yendo a su salón de clases, con Lujuria desapareciendo simplemente.

Todo ocurrió como de rutina: la maestra dio la clase aburrida, Utena estaba esperando el mensaje de Venalita para ir al almacén, y antes de eso, el grupo de Haruka pidió permiso de ir al baño.

Lujuria se materializó justo después de eso; nadie más que el lector podía verla.

-Qué extrañas son esas tres, ¿no, lector? Cada una de un color distinto, como Tres Magia, de diferentes tamaños, como Tres Magia, y desaparecen siempre juntas antes de que aparezca Tres Magia -un suspiro salió de la boca de Lujuria. -Es una lástima que posiblemente nunca hayan visto a Tres Magia en acción -volvió a desaparecer, negando con la cabeza.

El día avanzó sin incidentes, todo fue como de costumbre hasta después de la pelea del almacén.

-Qué gran combate, Utena -dijo Venalita, pero notó que Utena no le estaba prestando la más mínima atención.

-¡Utena! -gritó Venalita.

-Disculpa, Venalita, no estaba prestando atención -dijo Utena, excusándose.

-¿Lo del bucle? ¿Estás atorada en algún punto? -preguntó Venalita. Solo tenía la información mínima, pero comprendía un poco el tema.

Utena asintió un poco cabizbaja.

-Pues, sé bastante de magia. Si hay algún dispositivo que pueda ayudarte a completar un día, solo pídemelo. También he convivido con muchas chicas mágicas, tanto buenas como villanas. Podría enseñarte alguna que otra de sus técnicas, aunque es complicado aprenderlas.

Utena se interesó en ese instante, sin embargo, sabía que podría probarlo en otro reinicio. Primero tenía que completar el día y hacer lo posible con Azul al día siguiente.

-Está bien, Venalita. Te tomaré la palabra. En otro reinicio probaré a aprender de otras chicas mágicas, pero ahora necesito completar este día y el de mañana -explicó Utena antes de irse a casa a dormir.

-¿Ahora confiamos en Venalita? -preguntó Lujuria, materializándose junto a Utena.

-No nos queda de otra, es nuestra mejor opción. Pero de igual manera necesitamos pensar bien si aprender alguna técnica de alguien más y cuál, algo que nos sirva -dijo Utena dejándose caer en su cama una vez habían llegado.

-Buen punto -dijo Lujuria desapareciendo.

Al día siguiente, Utena fue al templo.

-¿Qué estás haciendo en terreno sagrado...? -Azul fue interrumpida por la llegada de la máscara.

Utena aprovechó la situación de Azul para hacer lo que quiso con ella, tal vez se sobrepasó un poco, por influencia de lujuria, pero definitivamente no demasiado.

-Vaya, parece que ya vienen tus amigas, mi querida Azul. Espero que la próxima vez podamos divertirnos un poco más -dijo acariciando los labios de Azul.

Baiser desapareció por un portal un segundo antes de que aparecieran las chicas de Tres Magia.

-Esa maldita escapó otra vez -dijo Sulfur.

-¿Azul, estás bien? -preguntó Magenta, recogiendo a Azul en su abrazo.

Azul no respondió, en su lugar se acurrucó y llevó su mano hasta sus labios. Su corazón latió un par de veces antes de calmarse, pero algo se implantó profundamente en su pensamiento.

"¿Divertirnos un poco más?" Se repetían las palabras de Baiser una y otra vez en su cabeza.

Utena se recostó en su cama. -Diablos, espero sea eso suficiente para pasar de día -dijo a un paso del colapso mental.

Poco a poco se durmió. Cuando despertó, era la una de la mañana del día siguiente.

-Bien, lo logré. Ahora, ¿qué se supone que va a pasar con Kiwi? -se preguntó Utena, mirando al techo, su dolor de cabeza se alivio un poco.