¿otra vez?

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En esta ciudad hay chicas mágicas. Son un grupo de heroínas justicieras que luchan contra una organización llamada Enormeeta, que quiere dominar el mundo...

En este momento, la líder de Enormeeta, Hiiragi Utena, dormía plácidamente en su cómoda cama. *Ring ring* su reloj de edición limitada de Tres Magia sonó, y Utena volteó para apagarlo con un movimiento sistemático. "¿No lo había desactivado? Ya acabaron las clases", pensó medio adormilada. Un rebelde rayo de sol entró por su ventana, aterrizando en su rostro y obligándola a despertar.

Utena hizo su rutina diaria de las mañanas: tendió su cama, lavó sus dientes y bajó a desayunar, esperando encontrar a su mamá preparando algo, pues recordaba haberla escuchado decir que entraría a trabajar tarde ese día.

—Utena, ¿sigues aquí? ¿Te sientes mal? ¿Por qué no te has vestido? —Su madre apareció por las escaleras bombardeándola con preguntas. Después de ponerle una mano en la frente para comprobar su temperatura, dijo—: Corre a cambiarte, se te va a hacer tarde. Te dejaré dos tostadas en la mesa —dijo entrando rápidamente a la cocina.

—Pero, ¿cambiarme para qué, mamá? —preguntó Utena, verdaderamente desconcertada.

—Para la escuela. ¿En serio te sientes mal? —preguntó su madre, acercándose a ella y pegando su frente con la suya para comprobar mejor su temperatura—. Si realmente te sientes mal, quédate a descansar. Hay sobras de ayer para que comas. Tengo que apurarme, se me hace tarde —dijo su mamá saliendo por la puerta, dejando a una muy confundida Utena en el pasillo.

Utena estaba más que desconcertada. ¿Escuela? Pero las clases habían terminado hacía una semana. Con el ceño fruncido, decidió subir las escaleras de nuevo y entrar a su habitación. Miró su calendario y, para su sorpresa, marcaba que quedaba al menos un mes para que terminaran las clases.

—Esto debe ser una broma —murmuró para sí misma.

Desconcertada, se vistió rápidamente con el uniforme escolar. Bajó las escaleras, agarró las tostadas que su madre había dejado sobre la mesa y salió de la casa. El trayecto hacia la escuela le pareció extrañamente familiar, como si ya hubiera caminado ese camino cientos de veces, pero hoy, todo parecía diferente. "¿Estoy soñando?" se preguntó durante el trayecto.

Llegó a la escuela justo a tiempo y se sentó en su lugar correspondiente. Algo la inquietaba; Kiwi no estaba en su lugar ni en ningún otro lado. Pensó en llamarla. "Maldición, olvidé mi teléfono en casa", pensó para sí misma. Si era un sueño, era muy real.

Haruka, Kaoruko y Sayo pidieron permiso para ir al baño, que fue concedido. De pronto, Utena notó que ya había tomado la lección que estaban viendo. Aunque pronto algo llamó su atención: Tres Magia estaba teniendo un combate contra un raro demonio. "Es verdad, eso podría animarme", dijo empezando a buscar su dispositivo de transformación.

—Maldición, creo que también lo olvidé —pensó golpeando su cabeza contra el escritorio.

La campana sonó y todos los estudiantes salieron. Utena fue directamente a su casa; aún tenía esa extraña sensación de déjà vu en su cuerpo. Al pasar cerca de un parque, escuchó una voz conocida.

—¿Te gustaría probar transformarte en una chica mágica? —dijo Venalita detrás de Utena.

—Oh, Venalita-san, ¿sabes si esto es un sueño muy vívido o algo así? —preguntó.

—¿Cómo sabes mi nombre, Hiiragi Utena? —preguntó con una voz nerviosa pero amenazante.

Utena se giró rápidamente al escuchar la voz de Venalita, sintiendo una mezcla de alivio y confusión.

—¿Cómo que cómo sé tu nombre? —replicó Utena, frunciendo el ceño—. Hemos trabajado juntas desde que me convertí en Magia Baiser.

—Utena, es la primera vez que interactúo contigo. Llevo meses observándote, pero nunca antes te había hablado. Hoy iba a reclutarte —dijo Venalita, más confundida que Utena.

—Diablos, todo esto me está dando dolor de cabeza —dijo Utena, poniendo sus dedos en sus sienes—. Solo vayamos a la base Natch a planear el ataque de hoy.

—¿Cómo sabes de la base Natch? —preguntó Venalita, aún más nerviosa.

—Ya te lo dije, llevamos meses trabajando juntas. ¿No recuerdas nada? —preguntó Utena, empezando a preocuparse.

—Y yo te dije que es la primera vez que interactúo contigo. Parece que eres más rara de lo que anticipé —dijo Venalita, retrocediendo un poco.

—¿Espera, qué estás queriendo decirme? —preguntó Utena, un poco ofendida por el comentario.

—Nada, solo olvida todo, ¿vale? Imagina que esto no pasó —dijo Venalita desapareciendo por un portal.

—Espera, Venalita, yo... —no pudo detenerla, y su dolor de cabeza creció—. Maldición, bien, tengo que llegar a casa.

En su casa, Utena trató de buscar su dispositivo de transformación, pero fue en vano. No lo encontró por ningún lado. "Tal vez Kiwi se lo quedó. Debería llamarla." Utena revisó su teléfono en busca del contacto, pero...

—No está. ¿Por qué? ¿Por qué no está? Ni el de Korisu, ni su mamá, ni Matama, ni Nemo, ni siquiera los del grupo de Sayo —murmuró para sí misma entrando en pánico.

—Claro, debe ser un sueño —dijo Utena pellizcándose, pero podía sentir dolor—. Tal vez si me mojo me despierte —dijo Utena corriendo a la regadera y abriéndola, aún estando vestida. Pero no despertó—. Creo que no estoy soñando, ¿fue entonces todo lo que viví un sueño? ¿Acabo de perder mi oportunidad de ser Magia Baiser?

Ese último pensamiento hizo entristecer a Utena. Empezó a llorar y no paró en el resto del día. Lloró tanto que terminó por quedarse dormida.

Hiiragi Utena dormía plácidamente en su cómoda cama. *Ring ring* su reloj de edición limitada de Tres Magia sonó y Utena volteó para apagarlo con un movimiento sistemático.

Se levantó ya habiendo asimilado que había perdido su oportunidad. Aún estaba triste por ello, pero no podía hacer nada.

Llegó más temprano ese día, pero notó que el tema que estaban viendo era el mismo que el anterior. Pero creyó que había quedado inconcluso. De cualquier forma, el día anterior no había puesto atención.

De pronto, Haruka, Kaoruko y Sayo pidieron permiso para ir al baño, el cual fue concedido. Y después, Tres Magia apareció, peleando con un extraño demonio.

"Déjà vu" pensó Utena para sí misma. La clase acabó y Utena empezó a dirigirse directamente a casa.

Mientras pasaba por un parque, escuchó: —¿Te gustaría probar transformarte en una chica mágica? —dijo Venalita apareciendo detrás de Utena.

—¿Venalita? ¿Vas a darme otra oportunidad? —preguntó Utena, extasiada.

—¿Cómo sabes mi nombre? —preguntó Venalita.

—Te lo dije ayer, ¿no? —preguntó Utena, confundida.

—¿Ayer? —preguntó Venalita.

—Sí, me preguntaste lo mismo ayer. ¿No recuerdas? —preguntó Utena.

—Es la primera vez que hablamos, Utena —dijo Venalita.

Algo hizo clic en la mente de Utena, fue una idea fugaz, algo que había leído alguna vez en algún fanfic sobre chicas mágicas.

—Venalita, no me hagas mucho caso, pero creo que he vivido este día ya tres veces. Y algo me dice que mañana será igual —dijo Utena mirando fijamente a la nada en shock.

No notó cuándo Venalita se fue, ni cuándo regresó a casa y se durmió, pero notó cómo la maestra daba exactamente la misma clase, cómo Haruka, Kaoruko y Sayo salían al baño juntas otra vez, cómo Tres Magia peleaba contra un demonio y cómo Venalita volvía a aparecer detrás de ella.

—Venalita, estoy atrapada en un bucle temporal...

La rara historia de cuando Utena quedo atrapada en un bucle temporalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora