Fuiste la claridad en días tristes [♡.｡.:*๑ Sterek ๑*:.｡.♡]

Capítulo 24. El nacimiento de Alexis

Los últimos días del embarazo eran un poco pesados, Derek andaba mucho más romántico conmigo no había día que no me hiciera sentir la persona más especial del mundo, los chicos me brindaban mucho apoyo y demasiada seguridad. Lydia y Isaac nos llenaron de regalos en navidad para la pequeña Alexis, si nuestra pequeña sería una hermosa niña la que tendríamos, en nuestros brazos en pocos días.

Mis ansias por querer conocerla eran enormes nos la pasábamos contando los días, horas y minutos.

Deaton quien se encargaba del control del embarazo me dijo que la fecha estaba próxima al nacimiento de nuestra pequeña. Nos comentó que no podría ser sólo la única que podríamos engendrar, cabía la posibilidad de que pudiéramos tener más hijos.

Nuestro cuarto lo habíamos adaptado para cuidar de nuestra pequeña. No hicimos lo típico de crear un cuarto especial para nuestro bebé, pero tuvimos en cuenta hacerlo. Pero al ser padres primerizos teníamos que tener en cuenta que teníamos que cuidar bien de nuestro hijo.

Los nervios nos mataban pues no teníamos ni la más mínima idea de lo que era cuidar, criar y ver por un bebé. Para eso tuvimos que recapitular información a través de revistas, internet y de vez en cuando una que otra vez le preguntábamos a su tío Peter y a mi papá, por que ellos supieron como criarnos desde pequeños, también teníamos en cuenta que nadie nace sabiendo pero teníamos que estar preparados lo más que se pudiera; los chicos nos inscribieron en clases de paternidad, pero de todos modos teníamos en cuenta que teníamos que recolectar mucha más información.

El semestre estaba iniciando y eso me facilitaba las cosas pues no me agotaba mucho haciendo tareas, Deaton me recomendó que saliera a correr para que mi cuerpo se adaptará al movimiento pues últimamente me la vivía comiendo y durmiendo.

Los cambios en mi cuerpo fueron mínimos sólo creció mi barriga, pero mi cuerpo flaco ya no era flaco ni mucho menos gordo, era más bien fornido extrañaba mucho poder ver mis piernas o poder dormir bocabajo. Derek se regocijaba pues me acariciaba cada día.

La última vez que viajamos al pueblo no enteramos que Liam se fue a vivir con Scott, pues no soportó tenerlo lejos de el. Seguía estudiando hasta donde nosotros sabíamos Scott se encargaba de él, así como lo hacía su madre y su padrastro. Sabíamos que igual ellos eran un emparejamiento lobuno, al igual que Ethan y Danny, y por supuesto Boyd y Jackson.

Sabía por mi padre que Scott iba muy bien en la carrera que había tomado, pues a pesar de que estaba iniciando sus estudios sus calificaciones eran excelentes lo contemplaron para una beca y si seguía así tendría la oportunidad de trabajar en una de las mejores agencias de diseño automotriz, ganando miles de dólares al año.

Me alegraba mucho por Scott y por Liam eran personas importantes en mi vida, se merecían lo mejor pues eran buenas personas y muy maravillosas.

-¿Stiles amor que tanto haces?- me dirigí hacia él, pues estaba en el baño. Salí de el y mi lobo estaba recostado sobre la cama, con su pantalón pijama y el pecho totalmente desnudo leyendo uno de los libros que adquirimos en una de las tantas librerías y tiendas departamentales que visitamos, fueron tantas que se me dificultaba tanto reconocer en cual se había comprado.

-¡Que paso amor estaba observando mi figura en el espejo!- respondí mientras me sentaba en el borde de la cama donde el estaba recostado.

-Este libro contiene mucha mayor información en cuanto la alimentación- sonrió y quitó sus lentes los cuales usaba sólo durante la lectura que era habitual desde que sabía que esperaba un hijo suyo.

-Lo sé, pero ahora es momento de que me dediques tiempo a mi- su barba un tanto crecida me resultaba muy exitante, me acerque a sus labios y los bese apasionadamente.