"Yoongi y Jimin son amigos, están enamorados uno del otro pero ninguno lo sabe, cuando al final lo descubran será muy tarde, podrá Jimin tener una oportunidad junto a Jungkook de recuperar el tiempo perdido? "
La operación de Yeri había sido exitosa, la chica cumplió su parte del trato y estaba estudiando Derecho como su padre, su ex suegro y su ex esposo. Incluso ella llamó a Jimin cuando obtuvo los primeros resultados de sus exámenes, ahora si bien seguía cumpliendo condena, se había vuelto una reclusa ejemplar y trataba de ayudar a las demás, ahora tenía más beneficios, más amistades y aunque no era fácil, su vida había mejorado sustancialmente, hasta había podido ver a su hijo algunas veces, cuando Mina o la señora Min la visitaban.
Jimin disfrutaba de una copa de champagne y de los dulces besos de su esposo, sí, ahora Jungkook era su esposo, pues hace apenas unas horas habían contraído nupcias en una capilla de Las Vegas, teniendo a Tae y a Hobi como testigos, pues viajaron con ellos para casarse también. Si bien su matrimonio era legal, sabían que no podrían reconocer su unión al volver a su país, para ellos era suficiente saberse esposos, de todas formas no necesitaban un papel que los uniera, su amor era suficiente. Aunque Jungkook al haber estado tantos años en los Estados Unidos, deseaba convencerlo de quedarse a vivir ahí, pues anhelaba vivir su amor sin restricciones.
__Espera amor, no te comas todas las fresas.
__Pensé que ya no querías beber, pues dejaste la copa de lado_dijo Jimin con las mejillas algo calientes por el alcohol.
__No ocupo la copa__ respondió mientras desnudaba a su pareja para acostarlo en la gran cama de la hermosa habitación del Hotel París y tirando las cobijas al suelo para no ensuciarlas.
Roció un poco del champagne sobre el cuerpo del rubio, quien se estremeció por el frío.
__Qué haces??
__Te dije que bebería champagne con fresas directamente desde tu piel__respondió Jungkook mientras colocaba unas fresas en la clavícula ajena, para comerlas y lamer las gotas de la bebida.
__Estás loco, pero me encanta.
Jungkook continúo embriagándose con cada beso, cada lamida y mordida que daba al cuerpo del más bajo, quien ya no le importaba sentirse mojado y pegajoso debido al licor y a la fruta.
No hubo parte que el pelinegro no probara, sustituyó la champaña para beber la esencia de su marido, luego de darle mucho placer con su boca.
Sus dedos hicieron estragos y debió subir la música para que no se escucharan los gemidos contrarios, a riesgo de que los llamaran de recepción para callarlos.
Estar dentro de Jimin, tener sus piernas sobre sus hombros mientras entra y sale de él era ver la gloria, pero verlo cabalgarle era incomparable, ver la cara de satisfacción de su pareja mientras sube y baja, ver como frunce el ceño cuando está por alcanzar el orgasmo y como se muerde el labio mientras se corre, le hacía querer más y más.
__Te dije que te haría el amor bajo la Torre Eiffel, bueno quizás no sea la verdadera Torre ni estemos abajo, pero al menos tenemos una linda vista de la más famosa réplica desde nuestra cama, mientras lo hacemos una y otra vez. Esto te parece romántico Minnie?
__Contigo cualquier escena estará siempre llena de pasión y romanticismo, porque te amo Kookie.
__Yo también te amo Jiminie.
Esa noche se amaron de todas las maneras y posiciones posibles, hasta que los venció el cansancio y se quedaron dormidos en los brazos del otro, cuando el sol ya empezaba a salir. Era apenas el inicio de su luna de miel.
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